martes, 5 de noviembre de 2013

RIHANNA Y LEONEL

ENTRE USTED Y YO
Por Rafael Calderón


NEW YORK. Seguro que Rihanna no siente en estos momentos ninguna satisfacción, ningún placer, por su exagerada reacción al encontrarse con una cucaracha en un lugar inesperado como lo es una habitación de un hotel de lujo.

Es más, debe estar muy arrepentida de lo que escribió en su cuenta de twitter, por la extraordinaria andana en su contra de dominicanos de todas las clases que, sin pensarlo dos veces, le entraron como a la conga con escritos y montajes fotográficos de todos los calibres, mientras los demás tampoco pensamos dos veces para apoyar las reacciones de nuestros paisanos, aunque algunas fueran tan desproporcionadas como la de la cantante tras su encuentro con el insecto.

Rihanna nos enfogonó a todos por igual con su peyorativa expresión “¡sólo en la República Dominicana!” que evidencia un propósito de dañar que pudo ser impensado, producto del repulsivo momento -hay que reconocer que no pocas mujeres le tienen pánico a las cucarachas-, pero ninguno de nosotros reparó en esto y la repuesta a su afrenta ha sido de una contundencia descomunal.

Pensamos que sus palabras pueden afectar a la industria turística nacional, así que en un santiamén tumbamos a la nativa de Barbados del altar de la idolatría artística para hundirla en el foso de la abominación, donde tiene que ir a parar todo el que lastima al país.

¡Ay! Si los dominicanos actuáramos así siempre: SIN PENSARLO DOS VECES y con la misma diligencia usada contra Rihanna para ajustarle cuentas a la perversidad política dominante entre nosotros hoy tendríamos un país maravilloso, modelo.

Mire, por más influyente que pueda ser Rihanna a nivel mundial no es verdad que va a hacer que se tambalee nuestra economía turística. Sus palabras no causarán un daño al país similar al provocado por la entrega que del oro nuestro le hizo Leonel Fernández a la Barry Gold ni de la magnitud del causado por el déficit económico de más de $200 mil millones que generó el mismo tipo sólo en 2012.

No creo que el twitter ese nos provoque un mayor percance que el provocado por la desaparición de los $130 millones de la Sun Land. Es más, pienso que ni siquiera alcanzará la cuantía de los $3.4 millones dólares que el pago de soborno añadió a la factura por los aviones Tucano que el propio Leonel decidió comprar a Brasil, pero ya la cantante recibió su merecido.

¡Caramba! Comparando lo dicho por Rihanna con lo hecho por Leonel caigo en cuenta de que hemos actuado con el patrón de injusticia que rige a las altas cortes de la mafia política criolla, porque mientras a la cantante le dimos para que ni para allá se le ocurra mirar al capo de los capos todavía lo observamos por dondequiera haciendo campaña, mientras desde la presidencia Danilo Medina le hace el trabajo sucio de reventar con los impuestos a la población.

A Rihanna le dimos con todo y algo más, aunque sabemos que cualquiera de nosotros que se encuentre con una cucaracha en un hotel cinco estrellas no hablará de manera graciosa sobre ese asunto. La pusimos en su sitio por escribir “¡sólo en la República Dominicana!”, aunque sabemos que Leonel dijo lo mismo, pero de peor manera, en la ocasión que fue cuestionado sobre la corrupción de su gobierno a través de las “nominillas” -durante un encuentro con directores de medios en 2005- y respondió con descaro total que como presidente en cualquier otro país él hubiese tenido problemas judiciales por mantenerlas, pero que si las suspendía en República Dominicana lo tumbaban.

¡Oh, qué horror! Le lanzamos las piedras a la más chiquita. Gastamos la pólvora en garzas.

Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.

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