CARTA ABIERTA A DANILO MEDINA
Saludos, don Danilo.
Espero que estas líneas lo encuentren bien de salud. Me gustaría que se tomara unos minutos para leer mi humilde carta y mi modesta lista de 11 propuestas para cuando gane las elecciones… Porque, ¿va a ganar, o no? De eso no creo que tenga usted ninguna duda, ¿o sí? Eso es lo que dicen todas esas encuestas. Esas que tienen los márgenes de error más pequeños y que el PLD no es verdad que ha comprado, como quiere dar a entender la camorra perredeísta, esos desclasados… ¡Bleh!
Don Danilo, existe mucha gente, demasiada diría yo, que no lo toma en serio. Consideran que es usted un guiñapo de Leonel, una marioneta, un títere, un muñequito de trapo, un… bueno, usted me entiende. Se ha incluso acuñado el término miquifriqui para referirse a usted, un verdadero insulto, una falta de respeto. Pero no podemos culparlos: la población ha sido testigo de cómo lo mangonean, lo empujan, lo zarandean por el cuello de la camisa y le imponen una candidata a vice presidente que prácticamente garantiza que quien gobernará en estos próximos cuatros años será Leonel… Don Danilo, usted me excusa, pero lo único que falta es que le den una pescozada en público. No es injustificada, pues, la desconfianza que manifiesta la población respecto de su candidatura… por lo menos esa parte de la población que conserva intacta su capacidad crítica y que no han dejado el cerebro empeñado en la dirección de algún partido.
Permitiéndome una expresión machista indigna de un texto mío, el problema estriba en que la gente teme que a usted no le hayan descendido los testículos lo suficiente como para manejar un país tan difícil de manejar como este, y menos para zafarse de la influencia perniciosa de su predecesor y de los esbirros de su predecesor, que son peores aún. Pero, ¿sabe algo? Yo sí lo tomo en serio. Y mucho. Muy en serio. No lo estoy diciendo con sarcasmo, se lo juro. Yo lo he escuchado hablar y admito que me he estremecido; esta confesión de algo vale, viniendo como viene de alguien que no cree ya ni en el agua tibia. Por eso, que le digan miquifriqui no me da a mí ninguna risa. Los miquifriquis a mí lo que me dan es miedo. ¿Sabe usted quién era también un miquifriqui, un rebejío, un supuesto gallo capón? Balaguer.
Y ese no creo yo que se haya dado a conocer por haber sido colofón de ningún chiste. ¿O sí?
Con eso mente, yo creo que usted tiene mucho potencial para poner en su puesto a todos aquellos que, dentro de su propio partido, lo desconsideran y lo usan para cualquier julepe. Yo vi el video que circula por las redes, ese en el que usted se sale de sus casillas, harto de que lo cojan de mango bajito, de guame. Usted tiene algo que probar, y yo quiero ayudarlo a que lo pruebe. Déjeme exponerle cómo puede canalizar toda esa energía, toda esa autoridad, toda esa indignación, poder, asertividad y verbo fulminante encadenados en su interior para que pueda desatarlos como un torbellino de verdadero cambio sobre su partido y sobre el país.
Es imposible que no sepa que anda circulando por ahí una Carta abierta a Hipólito Mejía. Seguramente ya la leyó. O bien alguno de sus asistentes y edecanes le proveyó un resumen; entiendo que no tenga tiempo para leer misivas que no van dirigidas a usted. Esta sí quiero que la lea y sé que la leerá. Pero me entristecería, don Danilo, que se me ponga a comparar cartas, o que se me ofenda por los puntos que tienen en común: hay cosas que hay que hacer porque hay que hacer, no importa quién termine ganando la presidencia, de modo que habrá frases a las que no les cambié ni una coma. Tampoco quiero que se me enchisme porque la de Hipólito tiene quince puntos y la suya solo once. Recuerde que don Hipólito ya gobernó y, por ende, hay más cosas que reprocharle. Usted es virgen y, obviamente, todavía no ha tenido la oportunidad ni de pegarla ni de fallarla. En ese tenor, siga los pasos a continuación para que, puesto a eso, falle lo menos posible. Los lectores de esta carta abierta ya saben dónde pegar la lista.
1. Encarcele a Leonel Fernández y a toda su cohorte. Luego de una investigación meticulosa, claro está; y ¿quién mejor posicionado que usted mismo para estar al tanto de todas las trapacerías por las que deben responder? Dé ese golpe de efecto y conviértase de la noche a la mañana en un prócer, en un padre de la patria. Yo creo que luego de una actuación así, el PRD se disolvería para siempre y el PLD absorbería a todos sus correligionarios; aparte de que todos los ladrones, matones, malversadores, estrupadores, abusadores, rastreros, saltapatrases y demás gente maldita que se han infiltrado en el partido del profesor huirían por sus vidas como tijeretas ante el exterminador. Que se enteren de una vez que usted no es miquifriqui de nadie, ni guiñapo ni zángano ni mequetrefe ni… usted me entiende. Respalde con acciones su afirmación de ser un boschista puro. Con la boca es un mamey.
2. Deslíguese de Félix Bautista y encarcélelo. Si es que pudo eludir la redada del primer punto, que no se le escape ahora en el segundo. Demostrar sus fechorías no ha de ser difícil: Nuria Piera, la mejor procuradora que tiene este país, ya realizó la mitad del trabajo. Además, ¿cómo perseguir de manera convincente a un Pepe Goico, por ejemplo, tolerando la vigencia y la participación de alguien como Félix? Apunte a la coherencia; esa debe ser la virtud más codiciada de un líder. Si le hace falta inspiración, recuerde a Bosch. ¿Acaso no es el PLD, supuestamente, la creación predilecta del profesor? ¿Cree usted que don Juan hubiera distinguido a este tenebroso personaje declarando que es “como un hijo suyo”?
3. Persiga realmente la corrupción. Destituya a Hotoniel Bonilla de la DPCA y póngalo de archivero en alguna dependencia de perfil irrelevante, o mejor, mándelo para su casa a seguir viendo Discovery Kids. La DPCA debe ser el organismo más temible de todo el estado, una paila del infierno, un calabozo inquisitorial, una ciénaga llena de caimanes, no el huacal donde pueda calentarse el trasero la botella más inútil e insulsa de la historia. Proteja la independencia de este organismo para que pueda mantener limpia su gestión y hacer alarde de un gabinete irreprochable. He aquí una idea: designe para ese puesto a un verdugo… pero un verdugo que pertenezca a un partido opositor. ¿Le da risa? Trate, mientras lo doblan las carcajadas, de pensarlo como pensaría una jugada de ajedrez: anticipe cuál sería la respuesta de su contrincante, trate de visualizar tres, cuatro, cinco jugadas más… ¿Verdad que ya no se ríe?
4. No sea hipócrita ni tolere la hipocresía. Cuando alguien dice ser cristiano, significa que imita o trata de imitar a Cristo. Cuando alguien dice ser budista, significa que imita o trata de imitar a Sidarta Gautama, el Buda. Si alguien dice ser boschista, significa que imita o trata de imitar a Juan Bosch, el escritor y político dominicano, no a Jerónimo Bosch, el pintor neerlandés famoso por sus cuadros apocalípticos y monstruosos. Juan Bosch Gaviño se caracterizó por haber desdeñado la acumulación de riquezas y aborrecido las prebendas del poder para más completamente sacrificarse por su país. Siendo esto así: ¿cuántos de sus compañeros de partido y futuros miembros de su gabinete son realmente boschistas? Lo cierto es que si llegara hoy un visitante sideral y se propusiera conocer a Juan Bosch analizando el comportamiento de todos los autoproclamados “boschistas” del PLD, concluiría que el profesor era mínimo un Donald Trump, un Bernard Madoff o un Dominique Strauss-Kahn. ¿Es así como debe honrarse la memoria y las ideas del fundador de su organización? Desenmascare a los apóstatas y destruya el fariseísmo: o se ajustan a la ideología que dicen profesar, o renuncian al epíteto que tan alegremente manosean.
5. Asigne el 4% a la educación. No se suscriba a la siniestra, recalcitrante, nefaria y cretina terquedad que ha mostrado su partido a la hora de acoger este justo reclamo de la población para que se cumpla lo que estipula la ley. Al mismo tiempo, le recuerdo que no se trata solo de una cuestión legal. Me veo obligado a informarle que únicamente los países que invierten en la educación de su pueblo, fomentando la curiosidad científica, el rigor académico, la honorabilidad del quehacer intelectual y el espíritu universitario, han podido dar saltos cualitativos en el desarrollo de sus sociedades. Y habrá que admitir, con tristeza, que usted mismo es evidencia viva de esa carencia nacional y propulsor (sin querer-queriendo) del generalizado menosprecio de nuestros jóvenes por las exigencias académicas, como lo demostró más allá de toda duda el profesor Génove Gneco al descubrir y revelar que usted plagió su tesis de grado en el 1980. ¡Maravilloso ejemplo para nuestra juventud de un destacado boschista! ¡Y cuánta hidalguía al no intervenir cuando Mateo Aquino Febrillet, magnífico rector de la UASD, canceló a quien cumplía con sus funciones como Coordinador de la Oficina de No Plagio de Tesis! ¡A quién podría ocurrírsele no votar por usted!
6. Reduzca el gasto fiscal. La población está pensando elegirlo porque piensa que usted es fundamentalmente distinto de Leonel y virtualmente el opuesto polar de Hipólito Mejía. ¿Seguirá haciendo crecer la nómina para adjuntar a amigos y familiares? ¿Le asignará a la oficina de la primera dama los mismos escandalosos 400 millones de que dispone Margarita Cedeño? ¿Los aumentará para su esposa? ¿Los disminuirá? Mejor aún: ¿eliminará esa ridícula capilla fomentadora de mendicidad y humillación? ¿Viajará por el mundo haciéndose acompañar de multitudinarias comparsas de lambones? ¿Permitirá que funcionarios de los escalafones más ordinarios atraviesen la ciudad como sheiks valiéndose de comitivas uniformadas que obstruyen la circulación del tráfico, generan caos vial y encrespan a la población? Acabe con esa inclinación de su partido a la extravagancia y el derroche. Castigue a los que, siendo funcionarios públicos de un país pobre, exhiben actitudes de príncipes sauditas. Arrase con las botellas, con las nominillas, con las igualas, con las dietas, con los comités, con los “asesores”, con los privilegios que el voto no les otorga.
7. Desbande el aparato judicial y renuévelo. Su eslogan de campaña dice que usted pretende “corregir lo que está mal”. Esa es una meta loable, pero para cumplirla primero hay que identificar lo que está mal y esa es la parte difícil, porque hay cosas muy malas para el país que son muy beneficiosas para el partido. Entre las cosas que se deben corregir, ¿está usted dispuesto a incluir la destrucción de la independencia del poder judicial? Porque si usted no está en posición de entender, por ejemplo, que la obediencia perruna de la Suprema Corte de Justicia a los lineamientos del partido representa un tumor maligno en el hígado de nuestra naciente democracia, ¿de qué nos sirve su intención correctora? ¿Está usted dispuesto a quitarse poder por el bien del país? ¿Existe en sus filas alguien capaz de hacer algo así? ¿Existe todavía ese tipo de hombres y de mujeres en la República Dominicana? ¿Es usted uno de ellos?
8. Rehaga la Junta Central Electoral. Se lo digo porque, si cumplió con el punto 1, no debió haber quedado nadie en la JCE.
9. No endeude más al país. Dijo John Adams: “Hay dos maneras de conquistar y esclavizar a una nación. Una es la espada. La otra es la deuda”. Aleje a los vampiros del FMI y del Banco Mundial con un colín afilado. Resguarde al país del ataque persistente de esas y otras giardias del primer mundo. Irán a venderle dinero a usted, y si usted declina, seguirán tanteando a todo su gabinete hasta que den con el funcionario adecuado y lo corrompan. Si quiere saber cómo es que funciona, lea Confessions of an Economic Hitman, de John Perkins, o vea este video. Controle la importación y favorezca la exportación. ¿O permitirá que Amílcar Romero siga campeando por sus respetos? ¿Desoirá usted también los gritos de la Federación Dominicana de Comerciantes? ¿Coronará otra vez a Chío Jiménez? ¿Se rodeará usted también de personas entregadas en cuerpo y alma a trabajar las 24 horas del día, los siete días de la semana, en contra de los intereses de la República Dominicana?
10. No se declare derrotado por el estado. Ni vuelva a proferir sentencias que revelen un espíritu escuálido y victimizado. Usted corre por el puesto de mayor importancia en el país. Su voz solo debe conocer el timbre de la asertividad y el triunfo, no los lloriqueos y jipios del manganzón que se deja salsear por los vecinitos. ¿Quiere que lo elijamos presidente de un país como el nuestro exhibiendo titubeos, confesando pisoteos, admitiendo que claudica ante la fuerza de la claque leonelista? Rehuya expresiones que lo revelen como un desvertebrado, por más desvertebrado que en realidad sea. Esfuércese por al menos parecer un líder. Repetía Forrest Gump: “Estúpido es lo que el estúpido hace”. Lo mismo aplica a la bolsería.
11. Recupere el dinero de la nación. Esta sí que es difícil. A ver: yo le pido, en nombre de toda la sociedad, que forme una comisión de expertos nacionales e internacionales para ubicar y repatriar el dinero que sin ningún género de dudas han desviado del erario nacional y depositado en cuentas extranjeras los salvajes enemigos de la República Dominicana que han hecho su madriguera en el PLD… y en el PRD… yen el PRSC. Los recientes escándalos destapados por Nuria Piera no deben haber dejado en ningún ciudadano o ciudadana de inteligencia promedio la más mínima sombra de incertidumbre acerca de las colosales sumas de dinero que manejan y malversan los rufianes a quienes hemos entregado el destino de nuestros hijos. Las cuentas del Danske Bank y del Credit Suisse denunciadas por Marcos Martínez, depositarias de sumas que en aquel entonces le parecieron a muchos hijas de la fantasía y la hipérbole de falsificadores pepehachistas, deben, al día de hoy, resultarnos completamente insuficientes y míseras. Los cuentahabientes deben ser más, tienen que haber más bancos involucrados y la gangrena necesaria para mantener en silencioso funcionamiento toda esta podredumbre debe alcanzar profundidades transpartidistas insospechadas y contar con la participación criminal de los bancos en cuestión. La tarea es dura, pero no imposible. Una buena parte del botín de Muamar Gadafi ha sido ya recobrada de bancos europeos y por lo menos doce cuentas asociadas a Zine El Abidine Ben Ali y sus funcionarios han sido congeladas en bancos franceses. Piense… ¡cuán diferente se vería nuestra bella y riquísima república si los líderes elegidos para guiarla protegieran sus recursos y los invirtieran cien por cien al beneficio de su gente!
Don Danilo (me resulta imposible llamarle ingeniero): con un solo eslogan basta; no necesita tres. Elija “hacer lo que nunca se hizo”. Para lograrlo, esta breve lista es un comienzo. ¿Se siente cualificado para el reto? Fracasar, en este caso, es confirmar que usted no es fundamentalmente distinto de Leonel o de Hipólito, y que lo único que distingue al PLD del PRD es, esencialmente, un asunto de sombreros.
Reciba un cordial abrazo.
Pedro Cabiya
P.D.: Mi lista no pretende ser exhaustiva. Invito amistosamente a todos los lectores de esta correspondencia abierta entre Don Danilo y yo a que la amplíen en la sección de comentarios.
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