domingo, 29 de abril de 2012

PROPUESTA ALTERNATIVA

VOTO ALTERNATIVO SIN MINIFUNDIOS PARTIDARIOS
Rafael Ciprian
fines.org.do

En el interés de que surja un espacio electoral diferente a los dos partidos (PLD-PRD) que hoy monopolizan, tornan violenta e instrumentalizan la actividad política, los llamados alternativos deben dar una muestra extraordinaria de desprendimiento para lograr unificar todos sus votos en una sola candidatura mediante la renuncia de las demás para poner todas sus simpatías al servicio de la unidad.

Sería una muestra de gran madurez crear un ambiente de desprendimiento y respaldar solo una candidatura, trabajando todos para que ella represente el voto popular y el que puede hacer surgir una tercera fuerza capaz de representar la dignidad, combatir la corrupción, el clientelismo y la impunidad.

Si ello fuera posible, personalidades progresistas debían convocar a una reunión de todos los candidatos alternativos, junto a los demás dirigentes de esos partidos, para allí discutir y decidir que solo uno de ellos los represente a todos en las elecciones. El 24 de abril sería una fecha simbólica porque se conmemora el 47 aniversario del inicio de la Guerra de 1965 que derribó del poder a los golpistas y derivó en lucha armada contra la agresión a un país soberano.

El método para escoger al candidato y al partido que ostente la representación alternativa debe ser tan sencillo y práctico como equitativo, porque ya no hay tiempo para estridencias o se perderá la oportunidad. Habría que partir de la aceptación del gran valor de la unidad, la disposición de sacrificarlo todo para darle oportunidad al pueblo de que tenga una ventana diferente para expresar su voluntad y no obligar a nadie a escoger entre cuatro candidaturas que pueden resumirse en una.

Se concertaría un programa elemental de tres puntos: cambio del modelo económico generador de pobreza y corrupción por otro concebido para dar empleo, generar riqueza y distribuirla en forma más equitativa; impulso decidido a la educación comenzando por la entrega del 4% del PIB a la educación, y castigo ejemplar a los corruptos y sus socios en todos los niveles de la administración pública.

Logrado el consenso y el entusiasmo en torno al valor político de la unidad, la sinergia que ella representa en todo el campo progresista y un programa elemental para sustentarla, deben ser suficientes para renunciar a los proyectos particulares para crear uno colectivo.

Como repetía tantas veces el comandante Pedro Pacho: “Bandera que cabe en un bolsillo no es bandera, es un pañuelo”. Lo que hay que enarbolar hoy en República Dominicana es una gran bandera que cobije a todo un pueblo, no pañuelitos en los bolsillos de cada dirigente alternativo para identificar su minifundio partidario.

A quienes piensan que eso no es político, que es una improvisación y que así no se puede decidir el destino de un país, les contesto que menos político es ir con cuatro candidaturas en cuatro recuadros diferentes, que solo dividen al electorado progresista sin que exista una razón política que lo justifique.

A mí me gustaría votar por Max Puig, candidato presidencial de Alianza por la Democracia (APD), que está en el recuadro 6 de la boleta única, pero no tengo motivos para dejar de hacerlo por Julián Serulle, en el recuadro 9, postulado por el Frente Amplio; pero para eso tendría que castigar en contra de mi voluntad a Eduardo Estrella, que está en el recuadro 14, de Dominicanos por el Cambio, y me resultaría cuesta arriba despreciar a Guillermo Moreno, que está en el recuadro 26, correspondiente a Alianza País.

En esas cuatro propuestas alternativas tengo amigos entrañables, compañeros de muchos años, que con tristeza vería cómo inútilmente parcelan su voluntad y su fuerza para que el que la gente percibe menos malo entre los malos, siga disponiendo del bien de todos, para él solo.

Si esas cuatro formaciones políticas se ponen de acuerdo y escogen a uno cualquiera de ellos, yo votaría entusiasmado porque constituye un paso importante para construir una alternativa en las elecciones y para reconstruir la oposición, sin la que no hay democracia ni debate libre de ideas de los problemas nacionales.

Pero si me obligan a escoger a uno entre ellos cuatro, tengo por obligación que negarme a votar porque todos me representan y la ley solo me permite votar por uno.

¿Acaso piensan que es político obligar a los progresistas y revolucionarios a escoger uno entre cuatro buenos de la misma manera que los partidos que nos han traicionado obligan a los electores a escoger a uno entre los dos malos? No se pierdan en lo claro, hermanos, salten por sobre los minifundios partidarios y corran a forjar una idea grande, fuerte, unida y unificadora, capaz de desafiar el clientelismo y mostrar al país y al mundo que República Dominicana no está en la galaxia de Andrómeda, sino en la Vía Láctea, aquí cerquita, en el Caribe, en América Latina, donde parece que hay un cambio de época.

Como yo hay mucha gente que se niega a consagrar la división de los alternativos y en cambio quieren ver la madurez de dirigentes que piensan en el pueblo y aprenden a dirigir escuchando, de la misma manera que mandan obedeciendo.

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