Por Eduardo Alvarez
Si sobrevaluar obras y asignarse contratas es ser “honesto”, según entiende el PLD –frente a los señalamientos del PRD a Bautista-, tendremos que ir revisando los valores éticos y religiosos que nos enseñaron nuestros padres y maestros.
No es extraño que el Comité Político del PLD haya defendido ardorosamente la sorprendente riqueza y los negocios de su secretario de organización, Félix Bautista, tanto aquí como en Haití.
Suponemos que Danilo Medina, quien es parte del principal organismo del partido oficial se suscribe, de alguna manera, en esa defensa, presentada tras la demanda formulada por el PRD para que el candidato presidencial fije su posición sobre las acusaciones que envuelven al senador de San Juan de la Maguana, fuerte sostenedor de su campaña.
Recurren, desde luego, a la propuesta original en la que se colocan su partido por encima de los intereses del país. “Servir al partido para servir al pueblo”. Decir que, más bien, se están sirviendo del presupuesto de la nación y más allá. Para ellos, la Constitución y las leyes de la República están por debajo del código de honor en que se protegen observando un alto grado de complicidad.
“Odio la idea de las causas justas y patrióticas, y si tuviera que elegir entre traicionar a mi país y traicionar a mi amigo, tendré las agallas de traicionar a mi país.” Jamás se me ocurrió pensar que esta extravagante y execrable idea de Edward Forsten, encontraría tan fieles seguidores y emuladores.
La situación apresura una reacción que nos resulta indeseable, delatando de paso el nivel de dependencia y los serios compromisos que unen al candidato presidencial del gobierno y la estructura mafiosa que hace casi ocho años opera desde el poder.
Hablando en la Cámara Americana de Comercio, Medina prometió ser inflexible con la corrupción, de ser elegido. Sin embargo, un día después se muestra complaciente frente a una serie de hechos probables de tráfico de influencia, peculado y prevaricación. Elude referirse a funcionarios del régimen actual, en el rumor público acusa de enriquecimiento ilícito. Nada indica que esté dispuesto a llevarlos ante los tribunales.
Si sobrevaluar obras y asignarse contratas es ser “honesto”, según entiende el PLD –frente a los señalamientos del PRD a Bautista-, tendremos que ir revisando los valores éticos y religiosos que nos enseñaron nuestros padres y maestros. La escuela, al orden legal y la necesaria rectitud nos convocan a un cambio radical y a sumarnos a la lucha tenaz en defensa de nuestra frágil democracia.
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