miércoles, 4 de abril de 2012

CORRUPCIÓN Y LATROCINIO

La sociedad dominicana no debe seguir tolerando tanto primitivismo, tanto despojo y tanta impunidad. La pregunta es: ¿En qué medida y de qué forma está involucrado el Presidente Leonel Fernández en esos hechos?

FÉLIX BAUTISTA: UN CASO EMBLEMÁTICO
Por Sara Pérez

Tomado de acento.com.do

La pasada semana, la excelente periodista Nuria Piera hizo un programa antológico para la historia del país, para la historia del periodismo dominicano y para la historia de cómo puede la quebrada administración pública, generar tantos opulentos patrimonios privados.

En ese programa se presentaron unos documentos e informes de actividades bancarias, que muestran distintos manejos de las relativamente recién nacidas, pero singularmente pujantes, empresas de bienes raíces y constructoras del señor Félix Bautista, Senador de la República, Secretario de Organización del Partido de la Liberación Dominicana y colaborador y socio -no se sabe en qué medida- del Presidente Leonel Fernández.

Entre otras interesantes revelaciones, hay cuatro que simplemente no se pueden pasar por alto.

Primero, los documentos muestran una lista de los apartamentos, propiedad del señor Senador y ex -sastre de San Juan de la Maguana, Félix Bautista, en distintas torres de lujo en el Nueva York chiquito de la capital dominicana y uno en Miami, valorados en 407 millones de pesos, que es solo una parte del voluminoso patrimonio acumulado en los últimos tiempos, por este emprendedor político criollo.

Esto, que solo se trata de bienes inmuebles, contrasta con la declaración jurada presentada en el 2010 por el honorable legislador, cuyos bienes ascendían a 16 millones de pesos y sin remontarse al medio millón de pesos que era todo lo que el destacado servidor público tenía en el 1996, cuando despuntaba en la industria de tener una afinidad con el Presidente del país.

Segundo, los documentos presentados por Nuria ponen en evidencia que el señor Bautista tiene unas relaciones muy peculiares con varias empresas y empresarios, favorecidos por el gobierno de Leonel Fernández con contratas que envuelven miles de millones de pesos.

Con eso se incurre en manejos flagrantemente inconstitucionales, y es como si nosotros, la gente, el país, las leyes, no estuviéramos ni pintados en la pared.

Como si fuéramos nadie. Como que se nos puede pasar por encima una y otra vez sin que reaccionemos, sin que pidamos cuentas, sin que pase nada, sin que cueste nada.

Como que somos un grupo de idiotas. Como que somos una plasta. Como que se nos puede robar y agredir sin que resistamos y sin que exijamos nada. Como que cuentan con la poca memoria, la infinita paciencia y la larga ignorancia.

Esas peculiaridades de las relaciones de Don Félix con empresas contratistas incluyen pagos de nóminas empresariales, viajes, viáticos y hasta uniformes, de forma tal, que cualquiera confundiría a Bautista con uno de los dueños de las empresas agraciadas con las contratas gubernamentales, que se concedieron cuando el señor Bautista dirigía la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado, la tristemente célebre OISOE.

No se trata de centavos. Una de esas empresas recibió contratas otorgadas por el gobierno, para reparaciones viales y construcción de viviendas, por valor de 18 mil millones de pesos y otra también obtuvo contratas para obras por más de 8 mil millones, en un caso y 9 mil millones de pesos, en otro.

En la abrumadora – por momentos sobrecogedora- presentación, los miles de millones de las obras del gobierno andaban como chivos sin ley, brincando cuentas bancarias como si fueran precarias cercas de potreros.

Entre los varios problemas detectados por Nuria, hay contratas concedidas y firmadas con anterioridad a la fecha en que se publicaron las convocatorias para licitaciones, es decir, que el llamado a concurso fue una farsa. Las contratas fueron concedidas dedocráticamente a allegados y asociados de Don Félix, aparte de que dada la imprecisión en la descripción de las obras, ahora también se dificulta saber qué parte específica de esas obras realmente se construyó, qué falta y cuáles jamás se iniciaron, aunque se hicieran los desembolsos.

En las cuentas bancarias de las empresas de Don Félix hay múltiples transacciones que demuestran una relación de estrecha confraternidad comercial con esas empresas, a pesar de que el Senador negó que tales conexiones existan, en una entrevista concedida a Acento la semana pasada, cuando ignoraba que esos documentos serían publicados.

Esto sugeriría que Don Félix y cualquier otro funcionario a quien él represente, se asignaron a sí mismos y mientras desempeñaban cargos públicos, obras encargadas por su propio gobierno.

El tercer aspecto a considerar es el trasiego de millones de dólares entregados al Presidente haitiano, Michel Martelly, por conceptos no especificados, pero que harían temer la expansión de redes mafiosas y consorcios internacionales financiados con el drenaje de los bienes públicos de la República Dominicana, sin entrar en consideraciones como el asalto de los fondos internacionales para la reconstrucción de Haití.

La simple negación, a pesar del carácter arrollador de las evidencias, permite pronosticar la escasa disposición para el esclarecimiento, pero tal vez se podría esperar que a la sociedad dominicana, conociendo que está financiando campañas electorales en Haití y Perú,-aparte de la propia y quién sabe qué otras- finalmente algo le parezca demasiado.

El cuarto aspecto a examinar es la distribución de miles de dólares que hacen las empresas de Bautista a numerosos políticos del Partido de la Liberación Dominicana, tal cual se ha registrado en las cuentas bancarias. No se sabe si esas dadivosidades se circunscriben en el marco de las leyes, pero de todas formas, ponen en evidencia la necesidad de reglamentar y transparentar la captación de recursos de los partidos.

La sociedad dominicana no debe seguir tolerando tanto primitivismo, tanto despojo y tanta impunidad.

El pueblo dominicano tiene el derecho de saber todos los detalles y el deber de averiguar con precisión, cómo Don Félix Bautista se ha convertido en un tutumpote, con contratas concedidas de manera irregular por el gobierno.

Debe saber cuál es la relación del legislador con el caso de Figueroa Agosto. Tiene el derecho a establecer cuáles han sido las fuentes de financiamiento y enriquecimiento del Senador.


También tiene el derecho a saber y el deber de averiguar lo que muchos nos preguntamos desde hace rato:

¿En qué medida y de qué forma está involucrado el Presidente Leonel Fernández en esos hechos?

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