Por Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, M.A.M.
Santiago.-El reciente anuncio de las autoridades de la superintendencia de electricidad respecto al aumento de la tarifa por servicios eléctricos en el área residencial y una disminución en el entorno empresarial ya había causado un malestar masivo a una ciudadanía hastiada de tantos aumentos y poco circulante.
Empero, la decisión posterior del presidente de la República Dominicana tomada un tiempo después de dicho ensayo, debe ser analizada sin pasiones, pues si bien es cierto que significa un alivio para contribuyentes que ya no soportan un aumento más, también es caldo de cultivo a la tesis de que subalternos del mandatario conspiran en contra de su popularidad o que él nos ve la cara de pendejos a sus gobernados.
Decimos esto, pues ante las críticas en pro y en contra a ambas decisiones de Medina y de los funcionarios de superintendencia eléctrica, no han faltado quienes han comenzado a descalificar el derecho de criticar que tiene el resto de la sociedad no Danilista y justo a esas voces se les recuerda que no podemos asumir las situaciones de manera tan simplista, pues el hecho no es que aumenten o que echen para atrás la medida.
Es que al decir el superintendente que no conocía la situación y el Ministro de la presidencia que el primer mandatario fue engañado sobre el alcance de la variación de las medidas y que por eso la anuló, entonces se nos está demostrando que desde el estado se improvisa y que los músicos de la orquesta estatal no tocan la misma melodía.
Esas conclusiones de ser compradas serían síntomas de una situación nacional muy grave, pues adjunto a la revocación el presidente Medina ha debido cancelar a todos los responsables del suceso, a menos que no se trate de una acción populista al comprobar el rechazo que ya estaba generando el aumento de la tarifa telefónica.
No se puede evaluar la medida con tal desparpajo calificando de perredeístas con ganas de joder a todos los que criticamos la improvisación acontecida en la víspera con el tema eléctrico en República Dominicana, pues le suponemos materia gris a los defensores del estado como a sus detractores en este tema y lo correcto es defender con argumentos, los que han sido muy nimios por parte del poder ejecutivo y sus interlocutores, a menos que no crean que la población se chupa el dedo.
Hasta un próximo Comentario.
Nota:
El autor es catedrático universitario, comunicador, educador, contador, administrador mercadólogo y maestrante en gestión de centros educativos. Periodista de Esperanza, Valverde, República Dominicana.
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