Por Olaya Dotel
Cuando se dirige la mirada a los compromisos anunciados hay que reconocer que es más la propaganda mediática que lo concretado.
Al cumplir Danilo Medina su primer año de gobierno, logra el efecto mediático de generar la percepción de que su gestión constituye un cambio de gobierno y que ahora la sociedad dominicana está mejor.
El logro señalado fue posible gracias al anuncio de decisiones de fuerte apoyo popular y que enfrentaron de manera directa políticas de la anterior gestión de Leonel Fernández.
El cumplimiento nominal del 4 % del PIB para la educación pública, en los niveles inicial, básica y media, la revisión del contrato de la Barrick Gold, así como el envío a revisión de la concesión de explotación de Loma Miranda, forman parte de estas decisiones.
La sensación generada por los anuncios ha sido exitosamente explotada por el equipo de comunicación del gobierno, logrando superar, por lo menos momentáneamente, el detalle de que ninguna de las medidas anunciadas han sido concretadas o son decisiones temporales, con la posibilidad de ser revocadas.
Por todos es conocida la situación de subejecución en que se encuentran los recursos dedicados a la educación pública. Según datos ofrecidos por el economista José Rijo, para julio del presente año apenas se había ejecutado el 38.5% del presupuesto asignado, lo que representa el 1.54% del PIB. Según las proyecciones, para final de año, solo se alcanzaría ejecutar el 3.2% del PIB en educación.
En otro orden, ya finalizó el plazo que se había dado el propio gobierno para acordar un nuevo contrato con la Barrick, mientras esta continúa explotando el oro dominicano, sin que sus verdaderos dueños se beneficien de éste.
Por último, Loma Miranda se encuentra en compás de espera, puesto que lo que se ha desestimado es el estudio ambiental que hiciera Falcondo. Se sabe que esta mantiene sus instalaciones en la preciada loma, a la espera de un nuevo estudio que de seguro contará con la aprobación del Ministerio de Medio Ambiente, como ocurriera con el caso de la cementera y Los Haitises.
En adición a lo anterior, el gobierno incumplió con el establecimiento de un pacto eléctrico y con el pacto fiscal. En ese sentido, recién convocó al Consejo Económico y Social para discutir un pacto por la educación, cuando ya fueron asignados los fondos del presupuesto de educación y como si fuera poco, deja fuera de la discusión a la Coalición por una Educación Digna, organización con la cual el propio presidente Danilo Medina, firmó un compromiso para el fortalecimiento de la calidad de la educación.
Sin duda, la tasa de aceptación del presidente Medina es elevada, pero cuando se dirige la mirada a los compromisos anunciados hay que reconocer que es más la propaganda mediática que lo concretado.
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