lunes, 14 de noviembre de 2011

ORLANDO DICE...

La presente administración no dejará una buena herencia
Por Orlando Gil
orlandogil@codetel.net.do

LAS UÑAS
El debate alrededor del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el supuesto incumplimiento de parte del gobierno va a seguir un rato más. La oposición se niega a reconocer que se fue de boca y de papeles y la administración no tiene una fórmula que complazca al organismo y le permita acceder a los recursos pendientes.

Ninguno se ha dado cuenta de que están bordeando un precipicio peligroso en medio de una campaña: la reforma fiscal. Conversando ante un sector o el otro, los candidatos van a resbalar y desde el suelo aceptar lo evidente: los ingresos no son suficientes para cubrir tantas necesidades, solucionar todas las urgencias y cumplir los nuevos compromisos. Danilo Medina respondió a lo Mario Rajoy, sacando el cuerpo. No podía hablar del entendimiento con el FMI, ya que no estuvo entre los negociadores y no conocía las interioridades. No hay dudas de que se estaba haciendo, pero fue inteligente al salirse del encierro. Aunque Temístocles Montás, en una de sus tantas disertaciones, dejó ver una de las uñas largas y sucias del demonio. Dijo más o menos que se hace imperativa La Integral…

LA INTEGRAL
La reforma fiscal integral es la mampara detrás de la cual se esconden todos los sectores que se oponen a nuevos impuestos. La experiencia de todos estos años es que La Integral es más difícil que las parciales, pues nunca se hace la primera y sí muchas veces la segunda. Acaba de verse con el Presupuesto del 2012, en que todas las dependencias se quedaron a medias y hay poderes públicos que quisieron provocar crisis. ¿Se hace o no se hace? Que nadie hable de ahorro, ni de austeridad, pues la tendencia es al dispendio y ningún organismo se somete a los rigores de la Cámara de Cuentas. Es más, la discusión es más amplia, y hay países de Europa que afrontan el dilema como un imposible. ¿Qué es lo que realmente produce crecimiento, el guardar o el gastar? Aquí lo resuelven con financiamiento externo, que es una salida de locos, pero que tampoco es infinito. ¿Cuándo no sean posibles nuevos topes? Habrá que revisarse los bolsillos, y si no se tiene, buscar en los ajenos. De manera que por mucho que se le huya al problema, éste no va a desaparecer…

REACCIONES
El primero de los candidatos que hable de reforma fiscal integral o de nuevos impuestos, como remiendos ocasionales, va a tener problemas, muchos problemas. Pues los sectores productivos conocen el tema, y saben cómo condicionarla, pero la población de a pie será objeto de manipulaciones interesadas y reaccionará por acto reflejo. Los estrategas del principal candidato de oposición temen que en un repente se deje agarrar fuera de base y consienta en esa posibilidad. O en ese inevitable. Medina, como dije, supo jugar a las escondidas cuando le tocaron el tema de los incumplimientos del gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Pero ¿hasta cuándo? Aunque también llama la atención la poca presión que se les hace para que se definan en algo que es crucial. Todas las promesas que afecten lo estructural, y sean soluciones reales, no pueden afrontarse a menos que se aumenten los ingresos del gobierno. Los gastos crecen todos los días, y delante de los ojos de la gente, y solo se tiene conciencia de la situación cuando se dice que no hay…

HERENCIA
La nueva Constitución de la República, por muy liberal y buena que sea, tiene ese inconveniente: aumentará los gastos del Estado, puesto que todos esos órganos nuevos no vienen con sus propias arcas debajo del brazo, como los niños de antes con su pan. O los israelitas del Viejo Testamento con el maná que les caía del cielo. Se hará necesario financiamiento, y el Presupuesto se declaró agotado antes de aplicarse. Se habla mucho del incumplimiento de leyes, como la misma del cuatro por ciento, pero todas requieren fondos. Los candidatos tal vez no se atrevan a dar el grito, pero ya gobierno sí tendrán que hacerlo, con todos los riesgos posibles.

La revuelta hasta al doblar de la esquina, y no se puede aplicar la divisa del pícaro de que “las deudas viejas no se pagan, y las nuevas se dejan envejecer”. Los indignados están en las calles, pero esos jóvenes, aunque muestren sensibilidad social, no tienen cabal conocimiento y real conciencia de los problemas nacionales. La indignación que hay que temer es la otra, la que es rabia e impotencia. Esta administración no deja buena herencia…

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