lunes, 9 de septiembre de 2013

LA OPINIÓN DE MELVIN

NO VOY A COGER LUCHA
Por Melvin Mañón


En todos los casos, es la misma historia. Los que han tratado de poner orden abajo se cansan, se desmoralizan y desisten porque, ¿quién va a poner orden sin coger lucha? Y ¿quién quiere coger lucha si los primeros en dar el ejemplo de no hacerlo son los de arriba?

Voy rumbo sur por la avenida Duarte. Decenas de policías están a la vista para poner orden en el caótico tráfico. Pero sigue el caos y ninguno de ellos tiene ni se siente con autoridad para poner orden. ¿Saben por qué? Para no coger lucha, no buscarse problemas, no aguantar el discurso de la gente que a veces puede ser bien insolente y desafiante. En resumen, no buscarse problemas. Le pagan para poner orden, pero él no puede hacerlo sin enfrentar un cierto nivel de resistencia o de franca hostilidad.

En el Parque Mirador pasa a mi lado un policía, con otro uniforme y una moto enorme que dice “Policía Auxiliar” nadie sabe lo que es ni lo que hace, pero cuando caminaba hace unos días por la acera sur de dicho parque, una mujer policía, con otro uniforme y naturalmente de otra de las nuevas policías se acerca a mi acompañante. Algo alarmada, la mujer policía la tranquiliza y en voz baja le sugiere que guarde el pequeño y barato reloj que tiene una mano, que ande con cuidado y que abra los ojos. Yo me quedo de una pieza. La policía no me puede proteger, y esta mujer, muy amable por cierto y servicial también orienta sobre el peligro que ella no puede evitar ni tampoco conjurar.

En la zona colonial un auto de la Policía Turística se entiende con un buscón parqueador mientras a su lado un individuo, convencido de que él es el único que anda en las calles, conversa despreocupado con un taxista, todos, incluido el taxista están mal estacionados y los conductores de atrás que se exploten.

En la Máximo Gómez esquina Kennedy eran los motoristas los que se llevaban la luz roja. Ahora no, cualquiera lo hace en las mismas narices de los de AMET que conversan animadamente en la poca sombra de un mediodía inclemente. A su alrededor, atascos, maldiciones e insultos.

En la avenida Tiradentes esquina 27 de Febrero alguien tuvo la idea genial de levantar un muro que inútilmente trata de evitar un giro, prohibido y señalizado, a la izquierda en los vehículos que transitan norte-sur y viceversa, pero ni el muro resolvió la situación ni el creador de la idea calculó que obstruiría el tránsito en las direcciones este-oeste y viceversa.

Finalmente, y solo para no cansar, un policía se estaciona en la esquina Máximo Gómez/ Pedro H. Ureña donde el giro a la izquierda en la dirección norte sur está prohibido, pero el policía se limita a darle paso a los que insisten en perpetrar la violación, lo mismo que sucede dos esquinas más abajo y otras tantas más arriba. No quiere ni puede coger lucha.

En todos los casos, es la misma historia. Los que han tratado de poner orden abajo se cansan, se desmoralizan y desisten porque, ¿quién va a poner orden sin coger lucha? Y ¿quién quiere coger lucha si los primeros en dar el ejemplo de no hacerlo son los de arriba?

Danilo Medina tuvo la oportunidad de escoger el camino duro para llegar a la presidencia pero el más fácil estaba a la mano y parecía más barato. O lo que es lo mismo. Danilo Medina pudo haber llegado a la presidencia no sometiéndose a Leonel Fernández, sino enfrentándolo, pero, como él lo hizo era menos arriesgado. Era más fácil no coger esa lucha. Entonces...

¿Quién tiene moral para reclamarle a un policía que cumpla con su deber y sus funciones?

El ejemplo viene de arriba. Si los de arriba no quisieron coger lucha, ¿qué esperan que hagan los de abajo?

Hijo de gato caza ratón.

Danilo tiene lo que se buscó.

Nosotros sufrimos lo que permitimos.

Ninguno de los dos tenemos nada.

Por eso este país no funciona.

Como Eduardo Estrella: PROPONGO UN PAIS DISTINTO.

Tomado de fines.org.do

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