martes, 8 de noviembre de 2011

Vice del PLD

Por Pedro P. Yermenos Forastieri
yermenosanchez@claro.net.do

La nominación a la candidatura vicepresidencial del PLD no puede desvincularse de la lucha interna de ese partido por su hegemonía; por su liderazgo; e incluso por el control del poder político de la nación a corto, mediano y largo plazos. El presidente Leonel Fernández, como es lógico que suceda, maniobra para preservar su liderazgo, su influencia en el próximo período, sea bajo un gobierno de su organización o de la oposición, y de esa forma incrementar sus posibilidades de retornar a Palacio en el 2016.

Las circunstancias, sobre todo las determinadas por la crisis económica, no le han sido favorables al mandatario en el último año. Eso le ha impuesto cambios de planes que han ido desde tener que abdicar de la idea de repostularse, que era su aspiración fundamental, hasta tener que rendirse ante el hecho consumado de la candidatura presidencial de Danilo Medina, que estaba lejos de ser su preferida.

Buen político como es, ante la inevitabilidad de los acontecimientos, no le ha quedado más que dirigir sus acciones para atar al candidato a sus gestiones, de tal suerte que éste no tenga posibilidad de marcar distancia y que, al contrario, deba convertirse en un apologista de su obra, al tiempo de garantizar su predominio en un posible nuevo mandato peledeísta, lo cual le allanaría el camino para su regreso.

Ha sido notorio cómo Danilo, desde una posición inicial en la cual hacía ingentes esfuerzos por tener identidad propia y establecer distancias y disidencias con la gestión a la cual pretende suceder, ha ido procurando un acercamiento con un litoral que ha terminado persuadiéndolo de que le resulta imprescindible para que sus aspiraciones puedan concretizarse.

La más reciente expresión de ese acorralamiento ha sido la proclamación que ha debido hacer, mucho antes de lo que había anunciado que lo haría, de su acompañante vicepresidencial.

Podrá simularse lo contrario, pero es cierto que en un hipotético escenario de plena libertad, Margarita Cedeño de Fernández no habría sido el nombre por el cual Danilo se hubiese decidido.

El razonamiento del candidato del PLD en el sentido de haber preferido otro compañero de fórmula iba en el camino correcto, por lo que, ahora tendrá que rediseñar su estrategia a partir de las nuevas características que definen su campaña con la imposición que se le ha hecho, lo cual aniquila sus posibilidades de satisfacer su necesidad de asumir una fisonomía propia.

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