Dominicanos, con la solidaridad de cubanos, norteamericanos, venezolanos, puertorriqueños y españoles y guatemaltecos ofrendaron sus vidas por la libertad del pueblo dominicano
SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Hoy se conmemora el 54 aniversario de la gesta patriótica de Constanza, Maimón y Estero Hondo, del 14 de junio de 1959, cuando patriotas dominicanos, con la solidaridad de varios norteamericanos, cubanos, puertorriqueños, venezolanos, españoles y guatemaltecos, entraron a la República Dominicana decididos a liberar al pueblo de la dictadura trujillista que gobernaba desde el año 1930.
La expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, 14 de Junio de 1959
Esta expedición estaba programada para llegar por aire y mar a suelo dominicano el 14 de junio. Sin embargo, las dos embarcaciones facilitadas por los cubanos llegaron a la costa norte seis días después, debido a un sabotaje y al mal tiempo.
El desembarco aéreo ocurrió el domingo 14 de junio, con 54 expedicionarios a bordo del avión C-46 Curtiss, en el aeropuerto militar de Constanza. La ruta de incursión aérea fue dirigida por Juan de Dios Ventura Simó y la expedición comandada por Enrique Jimenes Moya. El avión, adquirido en Miami utilizando parte de los 250,000 dólares donados por los venezolanos, fue camuflado con las insignias de la Aviación Militar Dominicana y regresó a Cuba, piloteado por el venezolano Julio César Rodríguez y el co-piloto cubano Orestes Acosta.
El desembarco aéreo, en sentido general, fue exitoso y sin bajas, logrando los expedicionarios desplazarse hacia las montañas en dos grupos, uno dirigido por Enrique Jimenes Moya con 33 hombres, que avanzó hacia Tireo, mientras que los otros 20 expedicionarios, avanzaron hacia las montañas de El Botao, bajo la dirección del comandante cubano Delio Gómez Ochoa.
El régimen desplegó unos 3,000 soldados, desplazando camiones y aviones, a los que se sumaron los grupos de campesinos y civiles. El 15 de junio temprano los cielos de Constanza se vieron ennegrecidos por los bombardeos de la Aviación Militar Dominicana. Mientras se internaban en las montañas, uno de los expedicionarios perdió la mochila que contenía los planos de los desembarcos marítimos. Esto constituyó un revés, al revelar los planes precisos de los desembarcos marítimos no realizados aún.
El 20 de junio, la lancha Carmen Elsa desembarcó por Maimón, con 96 expedicionarios, comandada por José Horacio Rodríguez y finalmente capitaneada por José Messón. A su vez, la Tínima desembarcó en Estero Hondo con unos 48 expedicionarios, comandada por José Antonio Campos Navarro.
Los desembarcos fueron combatidos por el Ejército y la Aviación Militar, con el despliegue de otros 3,000 soldados. Los expedicionarios de Maimón y Estero Hondo fueron duramente atacados por la Marina, con la presencia de un guardacostas, una corbeta de guerra y un barco destructor, además de bombardeos por la Aviación Militar Dominicana.
La menor parte de los expedicionarios de ambos frentes cayeron en combate. La mayoría fueron hechos prisioneros por militares y civiles, algunos asesinados de inmediato o enviados a la Base Aérea de San Isidro, donde finalmente eran interrogados, torturados y fusilados.
De los 196 expedicionarios sólo sobrevivieron 6; dos cubanos: Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal, y cuatro dominicanos: Gonzalo Almonte Pacheco, Francisco Medardo, Mayobanex Vargas y Poncio Pou Saleta
Un último reducto de 5 expedicionarios de Constanza fue hecho prisionero el 10 de julio, compuesto por los dominicanos Poncio Pou Saleta y Merardo Germán, mientras que los cubanos Delio Gómez Ochoa, Frank López y el adolescente Pablito Mirabal, se les capturó al día siguiente.
Existen evidencias de la pervivencia hasta el mes de septiembre de 1959 de dos expedicionarios que habían desembarcado en Maimón, logrando permanecer con vida de manera aislada. Ellos fueron el norteamericano Larry Bivins -veterano de la guerra de Corea, y el español Francisco Álvarez, quien fue el último en morir el día 14 de septiembre, tras ser torturado, tal y como lo reflejan sus restos
Ejército de Liberación Dominicano
Dado el carácter eminentemente dominicano del movimiento, el Ejército de Liberación tenía a Enrique Jimenes Moya como comandante en jefe y, como 2do. comandante, encargado de asuntos políticos del mismo, a Rinaldo Sintjago. El entrenamiento se realizó en el campamento Mil Cumbres, en Cuba, congregando unos 250 expedicionarios. La dirección de este campamento recayó en el comandante Dr. José Horacio Rodríguez. Los entrenamientos militares estuvieron a cargo del oficial mayor cubano Roberto Fajardo. Durante el campamento sus miembros se reagruparon en seis pelotones, comandados por dominicanos y denominados, respectivamente, Juan Pablo Duarte, Simón Bolívar, Duvergé, José Martí, Gregorio Luperón y Máximo Gómez.
A los dos meses de entrenamiento, Jimenes Moya seleccionó a los que integrarían las fuerzas expedicionarias. El día 13 de junio partió el primer grupo, distribuido en dos lanchas que zarparon desde la Bahía de Nipe, cuyos integrantes fueron despedidos por el comandante Camilo Cienfuegos; al día siguiente, el 14 de junio, el grupo que iría por avión fue despedido por el capitán Manuel Rojo del Río, en la Bahía de Manzanillo.
La Creación del Movimiento de Liberación Dominicano
A partir del 1ro. de enero de 1959, con el triunfo de la Revolución, Cuba ofreció las condiciones la ayuda económica necesaria y la ayuda económica necesarias para establecer los campamentos de entrenamiento de los expedicionarios que irían a suelo dominicano. A finales de enero llegan a la isla hermana José Horacio Rodríguez, Rinaldo Sintjago y Poncio Pou Saleta, para dar inicio a los preparativos de reclutamiento de las tropas que se entrenarían en los campamentos de Mil Cumbres, provincia Pinar del Río, y el campamento San Julián, este último abortado por diversas razones. A partir de marzo fueron llegando desde diferentes países americanos, más de trescientos voluntarios. A solicitud de Fidel Castro, se designó a Enrique Jimenes Moya como enlace oficial entre los dominicanos y los revolucionarios cubanos.
Con la participación de casi todas las organizaciones políticas del exilio dominicano, se celebró en el mes de marzo, gracias a la convocatoria realizada por la Unión Patriótica Dominicana de Venezuela, un congreso donde formalmente se constituyó el Movimiento de Liberación Dominicana, con la integración del Frente Unido de Puerto Rico, el Frente Unido Dominicano de New York, la Unión Patriótica Dominicana de Cuba, el Partido Socialista Popular, el Frente Independiente Democrático de Venezuela y la Unión Patriótica Dominicana de los EE. UU.
En el acta constitutiva esta entidad patriótica, figura el nombramiento de Enrique Jimenes Moya como comandante en jefe del Ejército de Liberación Dominicano, así como la creación de un Consejo Asesor de la Revolución Dominicana integrado por dos representantes de cada una de las instituciones arriba firmantes. A su vez, se eligió un Comité Central Ejecutivo conformado por los señores Dr. Francisco Castellanos, Dr. Francisco Canto, señor Cecilio Grullón, Dr. Luis Aquiles Mejía y el Dr. Juan Isidro Jimenes Grullón.
Al general Juancito Rodríguez se le designó Consejero de dicho Comité y suplente en ausencia de alguno de ellos. Como resolución fundamental de esta asamblea quedó redactada y aprobada su plataforma de gobierno, contenido en el Programa Mínimo de la Revolución Dominicana. Ese documento explicaba las transformaciones económicas, sociales y políticas, que el MLD pondría en práctica luego del triunfo. Establecía también el compromiso de respaldar el ejercicio de la democracia representativa, y en el plano internacional "fomentar las relaciones con los demás pueblos, basadas en la comprensión y el mutuo respeto que inspira la igualdad privada de los estados y la libre determinación de los pueblos".
En este Movimiento de Liberación y en su Ejército confluyeron un grupo heterogéneo y plural de hombres de distintas ideologías políticas, clases sociales, religiones, razas y nacionalidades. Capitalistas y socialistas, intelectuales y obreros, profesionales y campesinos. Jóvenes y viejos, dominicanos y extranjeros se reunieron con un mismo ideal: la defensa de la LIBERTAD y la DEMOCRACIA en la República Dominicana.
El exilio dominicano en función de la Expedición de Junio. La caída de Pérez Jiménez, el exilio en Venezuela. Unión Patriótica. Primer Movimiento de unidad. La Caída de Batista, el exilio en Cuba. Fidel Castro apoyo del MLD.
Hacia la segunda mitad de la década del cincuenta se había creado en la región caribeña un ambiente de ebullición libertaria producto de la caída de varios dictadores: Rojas Pinilla, en Colombia (1957), Marcos Pérez Jiménez en Venezuela (1958) y Fulgencio Batista, en Cuba (1959). Los exiliados dominicanos entendieron que Trujillo debía ser el próximo.
Muchos de los exiliados dominicanos residentes en Venezuela habían participado en las luchas libradas para derrocar la dictadura de Pérez Jimenes, al dictador, asegurando así el futuro apoyo de esa nación hacia la causa dominicana del gobierno provisional de Wolfgang Larrázabal y el electo presidente Rómulo Betancourt. Tiene lugar entonces la fundación de la Unión Patriótica Dominicana, en Venezuela, constituida en la casa de Rinaldo Sintjago, en febrero de 1958, apenas una semana después de finiquitada la dictadura en ese país suramericano.
Para alcanzar sus ideales democráticos, esta organización no partidista decide colaborar con la guerrilla cubana, contribuyendo con dinero y armas a Fidel Castro, viejo compañero de los dominicanos en la frustrada expedición de Cayo Confites, máximo líder de la insurrección contra el dictador Batista, con ese propósito fue designado como enviado especial a Enrique Jimenes Moya, quien se integró a la lucha del pueblo cubano alcanzando el grado de capitán. Todo lo anterior contribuyó a que, luego de derrotada la dictadura de Batista, el gobierno revolucionario dirigido por Fidel Castro autorizara la instalación en esa isla hermana de los campamentos de entrenamiento de los dominicanos.
La lucha para darle fin a la dictadura trujillista prontamente ganó expresiones de solidaridad y de adhesión de demócratas procedentes de diversas naciones: 22 cubanos, 13 venezolanos, 5 puertorriqueños, 2 españoles, 2 norteamericanos y 1 guatemalteco.
En Cuba, el 14 de junio de 1959, circulaba el rumor de que la República Dominicana había sido invadida; a su vez, los programas radiales dominicanos captados en Haití, Cuba, Puerto Rico continuaban sus programaciones regulares. Pero los viajeros que hacían escala al aeropuerto Bowen Field en Puerto Príncipe confirmaban que “algo está pasando” en el país vecino.
El 15 de junio, el programa radial en La Habana, “La hora Radial de Dominicana Libre”, que anunciaba que se había dado enfrentamientos a tiros en la República Dominicana. El programa citaba al New York Times que había reportado el día anterior, el 14 de junio, un convoy de soldados dominicanos había sido emboscado por un grupo revolucionario cerca de las montañas del pueblo de Constanza, 60 millas al noroeste de Ciudad Trujillo.
Mientras, el editorial del matutino El Caribe, firmado por su editor Rafael Herrera, decía que en el país reinaba la calma.
El 21 de junio, por despacho caligrafiado desde Puerto Príncipe, se confirmaba por el New York Times, que publicó la información, que se habían escuchado varias transmisiones radiales donde se instruía a fuerzas irregulares del régimen de Trujillo, “Los Jinetes del Este” (unos 4,500 hombres que integraban delincuentes homicidas) que debería atacar cualquier rebelde “a machetazo limpio”.
En ese momento la dictadura tenía otros grupos paramilitares trujillistas bien activo en busca de los invasores; uno de estos grupos era los “Jinetes del Este”, organizada por Félix Bernandino que contaba con varios miles de campesinos armados con machetes.
En la zona de la cordillera central, estaba en el grupo Los Cocuyos de la Cordillera (grupo paramilitar al mando de Petán Trujillo, hermano del dictador dominicano. En la frontera con Haití estaban Los Cimarrones de la Frontera y La Legión Dominicana, esta última organización estaba compuesta por 600 legionarios extranjeros todos ex soldados miembros de la organización fascista europea Camisa Negra de Italia o ex integrantes de la SS de la Alemania Nazi; entre ellos estaban un grupo especial de comando navales entrenados por extranjeros de 50 hombres “los vestidos de negro”: Los Hombres Ranas, ubicados en la Casa Naval Las Calderas, en el Sur del país.
En Ciudad Trujillo, estaba la Guardia Universitaria, compuesto de jóvenes estudiantes trujillistas, y armados con carabinas San Cristóbal (arma muy similar a la carabina M1 pero de disparo selectivo) fabricadas en el país.
En las zonas urbanas de la ciudad capital, los agentes del SIM del coronel Johny W. Abbes García rondaban las calles en sus automóviles negros, conocidos como Cepillos (Volkswagen Escarabajo), los cuales apresaron todo conocido anti-trujillista. Muchos dominicanos fueron apresados solamente por estar reunidos en una esquina hablando. Algunos valientes que se aventuraron al interior del país tratando de unirse a los invasores, encontraron que todos los caminos vecinales y carreteras principales al interior de pueblos y ciudades estaban bloqueados por militares o agentes del SIM. Las tropas del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), un cuerpo blindado “elite” con sus cascos alemanes, formaban al batallón de soldados con tanques de guerra fueron despachados a combatir a los rebeldes.
La expedición que llegó el domingo en la tarde del 14 de junio de 1959 en un avión de carga C-46, navegando por la ruta comercial de La Habana, aterrizó en el aeródromo de Constanza cerca de la colonia agrícola japonesa que vivía en la zona. Este avión era piloteado por el piloto venezolano Julio César Rodríguez y el copiloto principiante cubano, Orestes Acosta.
El capitán Ventura Simó iba a bordo guiando la navegación del avión en esas zonas montañosas de la Cordillera Central dominicana. El avión fue camuflajeado como si fuera un avión de transporte de la aviación Militar Dominicana y dentro venían 54 expedicionarios entre dominicanos, cubanos, puertorriqueños, venezolanos y un norteamericano veterano de la Segunda Guerra Mundial y experto en explosivos, Charles White.
Estos al aterrizar se enfrentaron a tiros con el destacamento que custodiaba el aeródromo. Después de ese corto enfrentamiento con la guarnición militar del pueblo de Constanza, el grupo se interna en la Cordillera Central, esperando hacer una revolución al estilo Fidel Castro en la Sierra Maestra. El avión logró despegar sin contratiempos y llegando a Santiago de Cuba.
Los expedicionarios se encontraron que los campesinos dominicanos no eran tan amigables a las guerrillas como los campesinos cubanos. Estos permanecían leales a Trujillo y a su régimen. La propaganda del régimen del gobierno dominicano supo persuadir a los campesinos sobre invasiones extranjeras años anteriores después que el régimen había sido víctima de los intentos de invasión. Además las montañas dominicanas cubiertas por bosques vírgenes, con escasos caminos vecinales estaban muy pocos pobladas. El líder de los expedicionarios era el guerrillero dominicano Enrique Jimenes Moya.
El segundo en mando del grupo era el guerrillero cubano Delio Gómez Ochoa. Al internarse en las montañas, el grupo se divide en dos: uno de 33 hombres bajo mando de Jimenes Moya y el otro de 20 hombres, bajo el mando de Delio Gómez. Ambos marcharon en dirección a las alturas de las montañas de El Botao. Los campesinos de la zona avisaron a las tropas del gobierno. El gobierno dominicano desplegó una fuerza inicial de 3,000 soldados, que llegaron en camiones y transportados en aviones a Constanza.
El mismo día 14 de junio; uno de los expedicionarios perdió la mochila de Jimenes Moya mientras trataba de escapar a las tropas que perseguía el grupo; en la mochila los soldados de Trujillo encontraron los planos de los desembarcos de la segunda oleada de guerrilleros que venía por vía marítima y miles de dólares.
El capitán piloto dominicano Juan de Dios Ventura Simó quien había desertado en un avión de combate Vampiro a Puerto Rico el 30 de abril de 1959, fue capturado en Constanza. Ventura Simó fue ejecutado en la Base Aérea de San Isidro por un pelotón de fusilamiento integrado por cadetes y oficiales.
El sábado 20 de junio, una fuerza de exiliados dominicanos procedentes de Cuba desembarcaba en las costas dominicanas en las Playas de Maimón y Estero Hondo, unas 15 millas al sureste de la Ciudad de Puerto Plata. El desembarco fue saboteado por dos marinos griegos que residían en Cuba, Stelio Bellelis, agente encubierto de la CIA, y Constantin Theodoraquis.
Esta fuerza expedicionaria estaba repartida en dos embarcaciones, La Tínima y la Carmen Elsa. Habían partido desde bahía Nipe, en las costas sureste de Cuba. La Carmen Elsa se averió con problemas en los motores. Luego de varios días a la deriva, fue reparada y desembarcó en Maimón con expedicionarios.
La Tínima desembarcó 48 expedicionarios en las playas de Estero Hondo, al mando de José Antonio Campos Navarro. Mientras la Carmen Elsa llegó a las playas de Maimón, intentaba desembarcar sus 121 expedicionarios bajo el mando de los Doctores José Horacio Rodríguez Vázquez y Virgilio Mainardi Reyna.
La fragata dominicana Presidente Troncoso F-103 había zarpado desde el puerto de Puerto Plata en patrulla para interceptar a los expedicionarios, ya que los militares dominicanos sabían de los desembarcos por los planes capturados en Constanza el 14 de junio. El bombardeo del buque no se hizo esperar.
Las bajas reportadas en las filas de las tropas del ejército de Trujillo fueron de 42 muertos, 32 heridos y un soldado desaparecido.
La mayoría de los expedicionarios fueron capturados torturados y asesinados. El norteamericano Larry Bivins, un veterano de la Guerra de Corea y el español Francisco Álvarez, ambos miembros del grupo expedicionario de la lancha Carmen Elsa, lograron escapar en el desembarco siendo los últimos dos capturados en ocasiones separadas en septiembre de 1959. Francisco Álvarez fue salvajemente torturado y asesinado por el SIM.
De los 196 expedicionarios sólo sobrevivieron 6; dos cubanos: Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal, y cuatro dominicanos: Gonzalo Almonte Pacheco, Francisco Medardo, Mayobanex Vargas y Poncio Pou Saleta.
(Texto cortesía de http://www.museodelaresistencia.org)
Tomado de acento.com.do
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