martes, 22 de mayo de 2012

LA OPINIÓN DE MELVIN

Y SE ATREVIERON (I)
Por Melvin Mañón

Algunas de las historias que me han contado merecen ser conocidas. Al publicarlas, aspiro a que se extienda y perdure el sentimiento de indignación que sienten millones de dominicanos que presenciaron el obsceno y truculento espectáculo de la compra masiva de votos por parte de agentes del PLD y aliados.

La indignación es buena para la salud física y política de los pueblos. Revitaliza, energiza, les hace luchar por sus derechos. Y llega un punto, arriba un día cuando dejamos de quejarnos y actuamos. ¿Será esta la coyuntura que lo provoque? No lo sé. Ojalá.

La compra de votos se ha hecho práctica y casi costumbre. Pero estamos hartos. También sé que hay muchos que lo creen un chiste, un saberse más listos que los demás, todo eso lo sé; pero también sé que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

En Palenque, San Cristóbal, se produjo un enfrentamiento entre la vice-síndico y Timoniel Pérez, un pelotero, a resultas del cual, y al momento de escribir estas líneas, aquel sigue bajo arresto.

Según el relato que me hizo un testigo presencial, la vice-síndico peledeista se apersonó donde Timoniel se afanaba en actividades perredeístas. Un poco en tono de burla, la señora que, de nuevo según el relato, se llama Wendy le hizo saber a Timoniel que estaba perdiendo su tiempo, que el PRD no iba para ningún lado y que ellos estaban ganados. Naturalmente debe haber añadido otras observaciones del mismo tono y menos agradables.

Timoniel respondió a la señora con evidente enojo y se enzarzaron en una discusión que debe haber incluido algún manoteo y fue justamente este accionar lo que provocó que la cartera de la mujer cayera al suelo, se abriera y al hacerlo... ¡ohh, estupor y sorpresa!, una gran cantidad de cédulas se desparramó por el suelo.

Los allí presentes, al ver la cartera abrirse aun en medio de la disputa no pudieron evitar darse cuenta de las cédulas y rápidamente se apoderaron de ellas.

Pero eran muchas.

Y decidieron contarlas.

Para sorpresa de todos, en la cartera había 700 cédulas. Como las gentes que estaban ahí eran todos del mismo lugar pudieron reconocer a muchos de los que figuraban como propietarios de esas cédulas.

En ese momento, se soltaron los demonios, las acusaciones sobre la mujer llovieron y fue entonces cuando, y según el mismo relato, Timoniel no se pudo contener y le bajó el puño.

Poco después fue arrestado.

Aún lo está.

¿Por qué?

¿Para qué?

¿Quién más debería estar preso?

¿Cuál delito es más grave? ¿El del pelotero o el de la vice-síndico?

¿Bajo que lógica reconocer y legitimar estas elecciones?

El que tenga una buena razón que por favor me la explique.

No he encontrado ninguna.

Por eso me planteo y digo: A votar otra vez.

¿Y quién es el gran culpable de todo esto?

No se equivoquen. Es Leonel Fernández; no Danilo Medina, quien en todo caso sería más bien cómplice que autor.

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