lunes, 8 de octubre de 2012

LA OPINIÓN DE MELVIN

LA POLITICA DE LOS MANGOS BAJITOS
Por Melvin Mañón


Danilo, ¿y qué es? Es cierto que tienes cara de menso, pero hasta estos a veces muestran que tienen espina dorsal y por dignidad reaccionan con vergüenza. No seas tan "mijijito". (Nota del editor)

Danilo Medina, como se esperaba, ha planteado una reforma fiscal, la suya. Él sabe que es una propuesta impopular. Me imagino que también sabe que es injusta. Asumo que él entiende que, desde el punto de vista de su popularidad y aceptación le hace daño. Sin embargo, la ha presentado.

¿Cuál ha sido la primera reacción de todos los sectores sociales?

Recorre una amplia gama pero puedo situarla entre el descontento y la indignación. No obstante, Danilo Medina la ha presentado.

Todos los economistas no solamente los que se adhieren a la oposición han criticado la propuesta de reforma fiscal algunos con más talento que otros, pero prácticamente hay consenso al menos en un punto: Ellos entienden que ninguna reforma fiscal se justifica sin que previamente dos condiciones sean satisfechas.

La primera, que la reforma fiscal sea una contrapartida a una brutal reducción del despilfarro público que los dominicanos conocemos como gasto público, pero que no lo es y debo insistir que se trata de despilfarro.

La segunda es que el gobierno persiga judicialmente a quienes se sospecha y/o la voz pública sindica como las personas físicas y legales que se apropiaron de sumas no solamente millonarias en dólares, sino de sumas que nuestra imaginación ni siquiera es capaz de aprehender y ese es un hecho sobradamente conocido, sabido y vivido por Danilo Medina.

Ni lo uno ni lo otro parecen estar en la agenda del Sr. Medina, es decir, ni perseguir a los corruptos capitaneados por Leonel Fernández ni producir una reducción brutal del despilfarro público.

Una reducción brutal del gasto público Danilo no se atreve a hacerla porque eso lo haría tan impopular dentro de sus propias filas que nadie sabe lo que pasaría pero todo el país sabe quien ocupa la vicepresidencia, pero el único culpable de esa vicepresidencia es el propio Danilo Medina.

Perseguir a la corrupción, si de por medio está una pelea seria, un nivel de riesgo alto y la necesidad de tomar decisiones claves, duras y peligrosas, no está en el carácter, ni en el historial, ni en las agallas ni en otras cosas de Danilo Medina. Por esa razón y la anterior, en lugar de subirse a la mata, “gabiarse hasta el cojollito“ y correr el riesgo de caerse, fracturarse la nuca, una costilla o ambas piernas Danilo Medina, que es un hombre de medias tintas, entiende que el dinero debemos pagarlo nosotros solamente porque hemos demostrado que somos más pendejos.

Dándonos de patadas, como hizo Leonel y antes que él, el propio Hipólito, Danilo Medina asume, calcula, mide y valora las encuestas que tanto le gustan y a las que tanto caso hace y llega a la conclusión de que es más práctico, más fácil y menos peligroso hacernos pagar a nosotros porque, después de todo, ya otros antes que él lo han hecho y les ha salido bien; así que, ¿por qué habría de salirle mal a él, que después de todo no se cree tan malo ni tan perverso ni tan sinvergüenza como su predecesor?

Esa es la ecuación. Una vez más que paguen los pendejos, que para eso son pendejos precisamente.

A menos que fuéramos capaces de…

Pero que va Eduardo (no Estrella en este caso, sino Álvarez) todavía estamos lejos. Tenemos tanto ruido en la cabeza y tanta mierda en los pantalones que no… Todavía falta… Y ojalá, como en la canción de Silvio, Ojalá carajo que yo estuviera equivocado, bien equivocado, irremediablemente equivocado…

Ahora, con todo y lo pendejos que somos, cabe hacerse una pregunta y es una que todo el que tenga la oportunidad de verse o hablar con Danilo Medina, debería hacerle y es la siguiente:

Tanto afán, tanto aguantar vainas de otro, tanto sufrir, tanto esperar, tanto querer ser presidente. ¿Para eso es que quería ser presidente?

¡Cómo han cambiado los tiempos!

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