sábado, 18 de junio de 2011

Pepín exhorta a los jóvenes a prepararse

Al compartir su experiencia con los jóvenes, el empresario busca ayudar por un futuro mejor... “La situación social de hoy es mucho más compleja que cuando había menos competencia...”, reconoce.

Por SOILA PANIAGUA

El empresario José Luis Corripio Estrada exhortó ayer a los jóvenes dominicanos a prepararse más de lo que crean necesario para enfrentar los retos de una economía abierta y altamente competitiva y para que no dependan de la ayuda de otros.

Sus conceptos fueron externados en la conferencia “Grupo Corripio: Estrategia de Diversificación”, que pronunció ante estudiantes del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) que llenaron varios salones para aprender de la experiencia del empresario.

“La situación social de hoy es mucho más compleja que cuando había menos competencia. Ahora la juventud tiene una cuesta más inclinada. El esquema actual hace a la juventud más pobre de lo que era hace 50 ó 60 años, y no porque no viva mejor, sino porque las diferencias sociales y económicas les crean una barrera superior a la que tenían cuando el sueldo mínimo se estableció por primera vez en RD$30.00”, refirió.

Reconoció que hoy se requieren mayores méritos para poder tener éxito en cualquier actividad y les sugirió que trabajen con la vehemencia de un misionero y que se exijan a sí mismos la excelencia.

“Reconozco que un éxito ahora para la juventud es complicado, en el país y en cualquier parte del mundo. Tenemos países donde la juventud se está insubordinando con cierta o legítima razón, porque se siente una generación atrapada. Mi misión hoy no es darles desánimo, pero sí alertarlos para que no se desanimen y hagan todo lo posible por sobreponerse al ambiente hostil económico de la sociedad que se ha preocupado más por crear una riqueza virtual entre la población que real”, dijo al responder una pregunta.

Comentó que en algunos países desarrollados se han inventado la fórmula del crédito para crear una sensación de bienestar que no es auténtica, porque no ha habido una participación igualitaria y proporcional de las riquezas generadas entre toda la masa de la sociedad, a lo que República Dominicana no es la excepción.

“Esfuerzo y todas las habilidades, ninguna sobra, porque se necesitan para triunfar en el entorno que hoy existe en el mundo, y la juventud se expone a quedar atrapada en muchos países, sin un futuro y una esperanza absolutamente clara”, concluyó el señor Corripio, recibiendo el aplauso de la audiencia que se puso de pie.

El inicio. Sobre los inicios del grupo de empresas que preside, refirió que su padre, Manuel Corripio García, llegó al país en 1917 junto a su hermano Ramón y empezaron a trabajar en un establecimiento dedicado al expendio de alimentos, y que un tiempo después formaron su propio negocio con un capital inicial de RD$3,000, que fue diversificando con el paso de los años, según el momento y las necesidades del país, llegando a ofertar más de 1,200 artículos diferentes. Contó que siempre buscaba alternativas para enfrentar las exigencias de los gobiernos de turno y la sociedad, que cuando iniciaron operaciones el país contaba con dos millones de habitantes. Dijo que en momentos críticos como el de la Segunda Guerra Mundial su padre tomaba todos los artículos que le ofrecían en venta, pues era escasa la oferta de productos y grande la demanda.

Refirió que en los años 60, cuando se implementó la Ley 299 de incentivo industrial, se frenaron las importaciones y empezaron a producir zinc.

La vicerrectora de Intec, Leandra Tapia, y el decano de Negocios, Diómedes Christopher, resaltaron la trayectoria de Corripio Estrada, cuyas empresas, que abarcan el comercio, la industria y la comunicación, generan 10 mil empleos. Entre los presentes estuvieron su esposa, Ana María Alonso; sus hijos Manuel, José Alfredo y Ana; sus nietos Mónika y José Luis Corripio, y sus yernos Alejandro González, Rafael Barceló y Radhamés García.

La clave: recomendaciones

Para tener éxito en los negocios hay que contar con gente leal y trabajadora; no pensar que el negocio “es un negocio”, obviando la vocación a la quiebra que tienen las empresas; evaluar el volumen del riesgo; no sentarse a esperar que llegue un gran negocio, sino empezar con lo pequeño y simple que se posee; identificarse con lo que se hace, concentrar responsabilidades, no destruir al enemigo pequeño, porque puede aparecer uno más grande y complicado.

Tomado de Hoy.com.do

27 Mayo 2011

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