Julián Miglierini
Enviado especial de BBC Mundo a Puerto Rico
Barack Obama se convertirá este martes en el primer presidente de Estados Unidos que hace una visita oficial a Puerto Rico en casi 50 años y todo parece indicar que el tema principal de la visita va a ser uno que lleva décadas debatiéndose en esta isla: el estatus político del territorio y su relación con el resto de Estados Unidos.
¿Debería ser un estado más de la Unión Americana? ¿Un país independiente? ¿O es mejor mantenerse en su condición de Estado Libre y Asociado? Ésas son las preguntas que han marcado el ritmo de la política en la isla caribeña desde que, en 1952, adquirió su estatus político actual.
A quien le toca recibir a Obama en este contexto es a Luis Fortuño, el actual gobernador del territorio y una figura ascendente en el Partido Republicano de Estados Unidos.
El tiempo que lleva Fortuño en el gobierno de Puerto Rico ha estado marcado por una aguda crisis económica, por protestas sociales en contra de sus drásticas medidas de reducción del gasto fiscal y acusaciones de represión violentas de esas protestas que han llevado el caso a asociaciones de derechos civiles en Washington.
De estos temas habló BBC Mundo con Fortuño en su despacho de la Fortaleza, la sede del gobierno puertorriqueño en el centro histórico de San Juan.
¿Cuál es el significado de la visita del Presidente Obama este martes.
Es muy importante, ya que en casi cinco décadas no hemos tenido un presidente que nos visitase en funciones oficiales. Eso permite que todas aquellas personas que no saben que hemos sido parte de los Estados Unidos desde 1898, ciudadanos americanos desde el 1917 y que hemos luchado en cada una de las guerras con gran valor, sepan cuáles son nuestras aspiraciones y el hecho de que somos puertorriqueños y también americanos.
Usted defiende la opción de la "estatidad", que Puerto Rico se transforme en el estado número 51 de la Unión Americana. ¿Cuán posible es que eso pase en un futuro cercano?
¿Por qué no? Creo que nos hemos ganado el derecho de aspirar a ser parte de los EE.UU. de igual a igual, no como territorio sino como estado. Yo he estado proponiendo y he llevado a cabo discusiones con los partidos de Puerto Rico para lograr un consenso, que haya votación aquí para que el pueblo puertorriqueño sea el que escoja y decida qué preferencia tiene. Yo voy a respetar esa preferencia.
La visita de Obama también es vista como una presencia de "relaciones públicas" y recaudación de fondos para su campaña para la presidencia en 2012. Usted es republicano, de un sector opositor que critica fuertemente el gobierno de Obama. ¿Cómo conjuga eso?
Las elecciones presidenciales son en año y medio: ahora es momento de trabajar y no de hablar de política y elecciones. Por ende, yo voy a aprovechar la visita del Presidente Obama para hablar de los temas que son principales para nosotros: la creación de empleos, el costo de energía, seguridad pública -ya que se "cerró" la frontera con México, muchas de las drogas y armas que pasaban por allí pasan ahora por la zona del Caribe- y también la aspiración que tenemos todos los puertorriqueños para resolver de una vez por todas el tema del estatus.
Puerto Rico está pasando por una turbulenta crisis económica. Usted ha tomado medidas drásticas de reducción del tamaño del estado -como el despido masivo de funcionarios públicos- y hay mucho descontento en las calles respecto a las políticas de su gobierno. ¿Cuál es su perspectiva en este momento?
Puerto Rico hace dos años estaba quebrado. No haba dinero para pagar la primera nómina: tuvimos que tomar un préstamo. Yo me encontré con eso y tuvimos que tomar medidas drásticas para evitar la quiebra de Puerto Rico. La recesión comenzó dos años antes aquí que en el resto de Estados Unidos.
Pero ya estamos saliendo, las ventas de vehículos, de cemento, de viviendas están subiendo. Este año habrá una creación neta de empleos. Yo heredé una situación sumamente difícil, pero en tan solo dos años hemos podido virar esto.
En todo este proceso ha habido una serie de protestas sociales, como en la Universidad de Puerto Rico (UPR), que han sido reprimidas brutalmente por la policía, incluso provocando acusaciones de violaciones de los derechos humanos a las personas que estaban protestando. Muchos dicen que, bajo su gobierno, protestar en Puerto Rico es exponerse a ser golpeado por la policía o ser arrestado indebidamente...
Eso no es cierto. Y desgraciadamente la policía de Puerto Rico era parte de lo que no funcionaba aquí cuando yo entré. Y públicamente dije al entrar que íbamos a lograr un trabajo de equipo con la policía de la ciudad de Nueva York. Necesitábamos profesionalizar la policía de Puerto Rico.
Nosotros hemos logrado ese cambio de manera dramática: pero tú no logras los cambios de la noche a la mañana. Además, aquí hubo sólo dos días de protestas en dos años, además de lo que pasó en la Universidad. En la universidad el móvil era estrictamente político.
Eran estudiantes que afirman que no podrán pagar el aumento de 400 dólares por semestre en el pago de las cuotas que impulsó su gobierno.
El cien por ciento del aumento que se aprobó está cubierto por becas. Y para aquellos que por alguna razón no estuviese cubierto, el estado creó una nueva beca para cubrir el monto del aumento para que ningún estudiante se quedase fuera.
La mayoría de los estudiantes querían estudiar, graduarse, y los profesores dar clase, y había un grupo que no lo permita. Rompían vidrios, puertas, levantaban pupitres, tiraban bombas de humo, vandalizaron vehículos...
¿Eso justifica que usted envíe a la policía a reprimir fuertemente esas manifestaciones?
No. La regla fue: hay un área para protestar y un área para estudiar. Ustedes se mantienen en el área para protestar, como es frente a la Casa Blanca...
Pero la universidad es autónoma, debería ser un territorio donde usted no podría enviar la policía a intervenir...
La universidad solicitó la entrada de la policía para poner orden, porque estaban violando los derechos de la mayoría que quería estudiar y dar clases. Cuando solicitaron la ayuda, se la dimos. Y al final del día, el derecho de otro termina donde comienza el tuyo. Puedes tener el derecho a tu protestar todo lo que tú quieras, pero tú no puedes romperle cristales a los carros, vandalizar una biblioteca, eso ya es vandalismo. Le toca a la policía entrar para que se respete el derecho ajeno en todo momento.
Hay imágenes de policías avanzando violentamente sobre los que protestaban y usted como gobernador maneja la policía...
Se sacó a la mitad de las policías que eran miembros de esa unidad y se readiestró al grupo que quedo con la ayuda de la policía de Nueva York. Me ha tocado arreglarlo todo: en dos años no hemos terminado, pero por fin hay luz al final del túnel. Es importante respetar que aquí hubo unas elecciones y lo que yo estoy haciendo fue lo que el pueblo avaló con su voto por el margen más amplio en 44 años.
¿No teme que, como ha ocurrido en España o Grecia, los jóvenes que se encuentran excluidos de la universidad o del mercado laboral organicen una protesta aúnmás masiva, dado el clima de descontento social?
Todo el mundo tiene derecho a protestar. Gracias a Dios somos una democracia. Ahora, los derechos de los que protestan de un lado o del otro, terminan donde comienzan los del vecino. Si usted tiene que ir al trabajo, o llevar sus niños a su escuela, tiene derecho a llegar. Todo el mundo tiene que tener su espacio para llevar a cabo sus funciones como las quiera llevar a cabo.
Lunes, 13 de junio de 2011
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