jueves, 16 de junio de 2011

La impunidad y el chantaje-1

Por Lilliam Oviedo
(lilliamoviedo@yahoo.es)

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Danilo Medina afirmó el pasado domingo que, de llegar a ser presidente de la República, no toleraría la corrupción. ¿Cuándo tomó esa decisión?

No se incurre en delito de prensa al decir que él está entre los sustentadores del pacto de impunidad que norma las relaciones entre los políticos del sistema a instancia de la clase dominante.

Ese sector se sirve de gobiernos corruptos con la única condición de que den continuidad a la política de salarios deprimidos y desconocimiento de los derechos de los trabajadores y mantengan la estabilidad utilizando la coerción de clase.

Hay que recordar que, en marzo del año 2005, siendo secretario de la Presidencia, el propio Danilo Medina dijo que el gobierno de entonces tenía en las manos ”una cantidad enorme” de auditorías a la gestión anterior (encabezada por Hipólito Mejía), cuyos resultados “harían estremecer el país”. En ese momento, refiriéndose a Hipólito Mejía, advirtió: “Si él lo que quiere es que todo se desnude, entonces, será su responsabilidad”.

¿Dónde guardó los resultados de esas auditorías, cuando, a la fecha, quien presidió ese gobierno, corrupto y hasta descarado, no ha sido sometido a la Justicia y es candidato? ¿Acaso no andan libres, integrados algunos a la politiquería sin disfraces, los civiles y militares que protagonizaron grandes escándalos de corrupción y violación a las leyes durante el gobierno que presidió Hipólito Mejía?

Si se toma la declaración como promesa de campaña, habría que preguntarle a Danilo Medina si, como presidente, no optaría, como en el año 2005, por guardar silencio y alegar que trata con ello de evitar las sacudidas que se producen al desnudar piezas de enormes dimensiones.

Pero no es solamente promesa de campaña, es también un mensaje a Leonel Fernández advirtiéndole que, en toda negociación, están involucradas las fuentes de recursos y las lealtades de civiles y militares que han sido adquiridas y son mantenidas con privilegios que se pagan con recursos del Estado.

La impunidad está en el centro de los acuerdos politiqueros.

No es casual que, en abril pasado, el propio Hipólito Mejía y sus abogados (varios de ellos vinculados a escándalos de apropiación indebida de terrenos y otros bienes) anunciaron que preparan expedientes contra funcionarios del actual gobierno.

Hipólito Mejía tiene tradición de pactar impunidad. Siendo presidente, declaró que no permitiría que ningún expresidente fuera procesado, y en el año 2004 obtuvo de Leonel Fernández la garantía de que no serían perseguidos sus protegidos.

Los expedientes existen, pero se usan para el chantaje... De corruptos se habla.

Tomado de elnacional.com.do

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