jueves, 29 de octubre de 2015

CARTA A FÉLIX BAUTISTA

Por José Luis Taveras
Abogado corporativo y comercial, escritor y editor.
Vía acento.com.do


Eres un prócer del peledeísmo fecal. Abogo porque la estatua de Bosch que pendejamente se erige a la entrada del partido sea demolida, como en los épicos momentos de la caída de Hussein, y, en su lugar, levantada una estatua a tu egregia figura, como mérito eterno a la lealtad en la era del peledeísmo de silicona.

Sospecho que al leer estas notas estarás ocupado en tu frívola cotidianidad, esa que nunca ha sido perturbada ni por una aparente molestia judicial. Tú y yo sabemos que el proceso acusatorio fue una farsa y que una condena jamás se vislumbró como una amenaza cierta, inminente ni probable; todo estuvo perversamente ordenado para fabricar la impresión de que la trama era real. Cada comparecencia al tribunal la disfrutabas con la misma euforia de quien sube a las tablas de la gloria, como en la fulgurante era de Moliére. No dudo que en algún momento te asaltara la alucinación de que vivieras verdaderamente lo interpretado; ese es un atisbo premonitorio que confiesan sentir los grandes genios del drama. Jugaste un papel inmejorable, justo aquel que te ha imputado el destino: ser un gran vasallo. Te felicito, en eso de ser segundo, eres el primero. Hasta ver el final del thriller mi devoción eran Morgan Freeman y Gene Hackman; ahora declaro mi confusión.

Uno de los aciertos más luminosos de Leonel fue descubrirte. No creo que haya alguien que pueda superarte, ni tú mismo. Eres el tipo ideal para lo que haces; naciste para eso como por designio del destino. Vladimiro Montesinos fue un idiota; enfrentó a Fujimori porque nunca entendió lo que para ti es dogma de vida: ser un actor de reparto en las sombras del poder. No eres nadie sin Leonel; esa mutua y simbiótica pertenencia está lacrada, como tatuaje, en sus genes. Tu vida, bienes, logros y fama son de tu patrón. ¡Dios! ¿No te das cuenta que vives como si no supieras ni te importara tu poder? Ahí mora tu vil grandeza. ¡Qué gran plebeyo eres, Félix! ¿Cómo han podido concurrir en una sola vida las virtudes más deseadas para un perfecto servil: discreto, leal, prudente, agradecido, frío, taimado y habilidoso? Eres inmenso, mi senador; cargaste con la hediondez de tus padrinos, te embadurnaste con sus defecaciones y redimiste la culpa de sus aberraciones. Obvio, no todo ha sido la magnánima expiación de un mártir: has vivido como un príncipe, usufructuando holgadamente los bienes de tu señor y asumiendo como propios los frutos de sus desmanes. Tu lealtad te puede acreditar un cimero puesto en la Yakuza japonesa o un asiento dorado en la Carrona de Nápoles.

Eres un prócer del peledeísmo fecal. Abogo porque la estatua de Bosch que pendejamente se erige a la entrada del partido sea demolida, como en los épicos momentos de la caída de Hussein, y, en su lugar, levantada una estatua a tu egregia figura, como mérito eterno a la lealtad en la era del peledeísmo de silicona.

El partido no tiene con qué pagar tu sacrificio, ni con los millones que te guardaste; todos ganaron con tu arrojada sumisión. El presidente Medina usó tu proceso para validar su discurso moral, consciente y seguro de que ya Leonel tenía en sus bolsillos a tus juzgadores: un mero entendimiento de señas entre pitcher y receptor. Sobraban las palabras; lo demás, un manoseo de apariencias. Para Danilo resultaba imperativo romper con el “viejo” modelo de impunidad y para Leonel saldar una deuda política cuyo pago pudo haber exigido de manera compulsiva otro gobierno.

En algún momento te percibí desconcertado, sobre todo cuando Danilo arrinconó a Leonel para arrebatarle la reelección. Te sentí como un apurado árbitro entre dos gladiadores de la lucha libre, en la que uno de ellos olvida la regla de los golpes simulados y empieza a soltar puñetazos reales, sin poderle advertir al agresor y, a la vista del público, que se está tomando el circo en serio. Debo confesar que me deslumbraste; no esperaste un segundo para evitar que las cosas perdieran sus cauces o que el guion se desbordara en su desenlace: te enredaste en la negociación de forma denodada, a la altura de tus diestros malabarismos en las telarañas del poder. Conseguida la reelección, se disiparon todos los temores; entonces la calma volvió a tu semblante y el libreto a sus líneas originales. Ya liberado del papel, no dudo de que te recojas por un tiempo a la espera de que los petardos gástricos del hambre detonen en la memoria de los parias y te reelijan con un caudal descomunal de votos. ¡Te juro que ganarás!

Me enteré que tuviste entero dominio de las implicaciones colaterales de tu acusación, al liberar a empresarios y contratistas que debieron aparecer en el reparto de los acusados; favoreciste “generosamente” la exclusión de algunos aun consciente de que eran copartícipes de tu suerte y que hicieron tanto o más, en dinero y en trastadas, para ser encartados. Espero que algún día sepan agradecértelo, especialmente aquellos impolutos que usaron sus medios de comunicación para sepultarte y evitar toda sospecha o relación de sus negocios contigo. Esos son tus verdaderos enemigos. Cuídate. Sé que, en el fondo, lo hiciste por Leonel, quien es un prisionero de sus gratitudes. Tú sabes a lo que me refiero, y ellos también. Ojalá en tus memorias tengas la “dignidad” de mencionarlos para que sus hijos sepan el origen sombrío de su heredad, aunque tarde o temprano se sabrá, como que hay un Dios justo.

Creo que no te atormenta vivir con el estigma de la duda. Esa que evitaste disipar en un juicio de fondo. Debes admitir que tu sueldo ni tu historia nunca podrán sustentar la fortuna que hoy tienes y que despierta la sospecha del dominicano más cándido. Félix, teníamos derecho a saber cómo lo lograste y darte la grandiosa oportunidad procesal para probarlo frente a la nación, pero huiste pusilánimemente, a imagen y semejanza de tu mentor. Era mucho pedirte, estando Leonel por el medio. Ese es el problema de los incondicionales: pierden identidad y enajenan su voluntad. Pronto te veré en la comparsa de la reelección recolectando favores y comisiones de contratistas para Danilo como si nada hubiera pasado. La guerra entre los rivales pasó; el negocio político se consumó: reelección por impunidad, y en el medio de las grandes lides, como siempre, don Félix Bautista, omnipresente. Insisto, eres inmenso, senador.
Siga Leyendo...

lunes, 26 de octubre de 2015

DESESPERANZA ANTE LA JUSTICIA

Por Fernando Rodríguez Céspedes

El reiterado dictamen de No ha lugar a favor del poderoso senador, secretario de organización del partido en el poder, Félix Bautista, la extraña negociación del Ministerio Público con el falsificador de medicinas José del Carmen Cruz, y más recientemente a la puesta en libertad del alcalde de Bayaguana Nelson Sosa Marte, son tres hechos representativos del accionar de una justicia que cae en el descrédito total.

Por "coincidencia", los favorecidos son personeros políticos, dos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y otro del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) aunque con vínculos tan estrechos con el primero que pudo hacer y mantener por largos años, negociaciones espurias con entidades oficiales que lo convirtieron en un poderoso empresario a expensa de la salud y la vida de cientos de indefensos ciudadanos.

La puesta en libertad del alcalde peledeísta de Bayaguana, Nelson Sosa Marte (Opi), acusado por la Policía y el Ministerio Público, junto a cinco individuos, de asesinar al regidor, del mismo partido, Renato Castillo Hernández por las denuncias de irregularidades administrativas que había realizado, provoca un drama humano conmovedor porque dejó desamparados a una joven viuda con tres niños a cuesta.

Mientras todo esto sucede, a la ciudadanía se le está coaccionando policialmente hasta el libre ejercicio de la protesta frente a entidades emblemáticas de la corrupción administrativa como es el caso de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), sede operativa, en el pasado reciente de una estructura mafiosa conformada, de acuerdo al Ministerio Público, por el propio senador Félix Bautista y compartes.

Ante tanta ignominia, el pueblo pierde las esperanzas y un pueblo sin fe ni esperanzas, ¡es peligroso!
Siga Leyendo...

viernes, 23 de octubre de 2015

APUNTES Y NOTAS PARA ROMPER EL CERCO (y II)

Por Melvin Mañón

Si las organizaciones y movimientos integrados por jóvenes, profesionales y técnicos de clase media quieren potenciar sus protestas y provocar consecuencias doblegando el poder, deberán asociar su accionar con el de los más pobres y esa asociación es necesaria y posible. Los más pobres necesitan representación, ayuda legal, asesoramiento, información, discurso, acceso a los medios de comunicación y a las redes sociales y, todas esas necesidades pueden ser resueltas o satisfechas en diferente grado y medida si las organizaciones y movimientos brindan a los otros esa ayuda que, dicho sea de paso, están en condiciones de ofrecer y cumplir. Ningún barrio, comunidad o municipio es tan encerrado y torpe como para despreciar el tipo de ayuda que estos dirigentes y movimientos pueden ofrecerle.

La clase media tiene mucho de lo que le falta a los manifestantes de las barriadas y viceversa, estos pueden suplir a aquellos de otras carencias básicas en el reclamo de derechos secuestrados, promesas incumplidas o necesidades insatisfechas.

Muchos de clase media que protestan son profesionales, abogados, médicos, oficinistas, técnicos, comunicadores, y aquellos que no lo son, están vinculados por familia o vecindario con quienes lo son. Además de estos vínculos y conexiones tienen conocimiento de cómo funcionan las diferentes instancias y agencias del gobierno y allí conocen muchas personas, allí están más o menos acostumbrados a entrar y son por tanto conocidos y aceptados que es justamente lo que no ocurre con la población de las barriadas que siempre ha estado marginada y sometida.

La clase media, por su condición social y profesional, por la cultura en medio de la cual se han formado y por los hábitos que con dicha cultura han adquirido toman y asumen como natural la acción de comparecer ante cualquier departamento del gobierno a gestionar un trámite. Por lo mismo, las autoridades militares, policiales o judiciales no le son extrañas y cuando no las conocen personalmente han oído de ellas o cuentan con algún familiar, vecino o conocido que ha tenido contacto social o profesional con ellos.

Acontece exactamente lo mismo con el acceso a los medios de comunicación y el manejo de las redes sociales. Mucha de esta clase media que, indignada y angustiada por lo que acontece en el país, protesta contra las barbaridades perpetradas por el gobierno y sus personeros conocen los medios de comunicación, tienen de alguna manera acceso a ellos, sabe redactar una nota de prensa o describir con propiedad un incidente; disponen de celulares, ordenadores y están interconectados entre si y con las redes y medios. Ese no es el caso con la población de los barrios que aunque dispone de los artificios tecnológicos carece del mismo tipo de acceso a los medios y al establishment.

Ahora bien, la diferencia más importante entre esta clase media que protesta y los más pobres de las barriadas es cultural y se expresa en una actitud. La gente que ha vivido y sido marginada dispone de la capacidad de protesta y de rebelión en sus lugares, barrios y calles pero no puede evitar sentirse intimidada al interior de los establecimientos donde reside el poder, donde se exhibe su parafernalia y discurren sus rituales y donde quienes lo ejercen cuentan o creen contar con la ventaja del posicionamiento que les otorga una superioridad inmediata que hacen valer sin piedad para disminuir y masacrar espiritualmente a los más pobres. No hay nada más intimidatorio para un hombre o mujer pobre que acudir a un hospital, juzgado, canal de TV o estación de policía porque allí, el otro pobre que lo recibe en un mostrador se ensaña y cobra venganza de su propia impotencia maltratando al pobre de la calle, alejándole las soluciones y discriminándolo de todas las maneras a su alcance. La personalidad política y social de los pobres, su capacidad de rebelión y de protesta se sumergen en presencia de la autoridad cuando esa autoridad está en sus locales no así cuando está en la calle que es el escenario donde ese mismo pobre da rienda suelta a su descontento.

La historia de muchos años enseña que por un mismo acto de rebeldía no pagan igual los pobres que los ricos y que la clase media siempre ha llevado ventaja porque, bien sea en tiempos de dictadura o represión violenta, el costo de matar o atropellar a un pobre siempre ha sido menor que el de infligir igual castigo a uno de clase media.

Pero es que no protestamos ni manifestamos por lo mismo podrían alegar algunos.

Nosotros denunciamos la OISOE, el soborno a los medios, la corrupción, las mentiras del Sr. Medina, la impunidad, el crimen cotidiano, el tráfico de sentencias, las burlas procedimentales, el endeudamiento público, el fraude, en fin el desastre y aquellas personas se tiran a la calle por un drenaje de cañada, un basurero, un pavimento, cuartel o una escuela, camino etc. No es lo mismo.

Pero señores, ¿quién ha dicho que no es lo mismo?

La desigualdad que se consuma al interior de la sociedad dominicana es evidentemente una injusticia pero lo que convierte esa desigualdad en una posibilidad de rebelión y cambio es la consciencia que de esa desigualdad ha ido cobrando la población tanto por la vía del empobrecimiento propio como por la vía del estrujado que los nuevos ricos hacen y ostentan de la riqueza mal habida.

Para obligar al poder a responder, para doblegar su voluntad depredadora es necesario estremecer todo el país y para estremecer todo el país, esa vanguardia de jóvenes que ilumina el futuro necesita vincularse, fundirse, mimetizarse con el enojo, la indignación y la desesperación de los más pobres no en el escenario escogido de antemano por unos sino en la realidad cotidiana donde quiera que esta se ponga de manifiesto y esto es válido y cierto incluso en el contexto del envilecimiento y la degradación promovidos por el PLD y sus prácticas. Los más pobres no pueden salir de sus lugares para apoyar nuestras protestas sino que nos esperan en las suyas para respaldar las de ellos y una vez juntos entonces todo cambia hacia lo que desde el principio perseguíamos. Esa es la lección que mi generación no supo o no pudo o acaso no quiso entender. Queríamos respaldo sin darlo, queríamos apoyo sin apoyar a otros y preferimos quejarnos de la ingratitud de los pobres antes que entenderlos. Sin nosotros ellos están perdidos de antemano y por eso los han puteado sin cesar. Sin ellos nosotros no podemos convertir los sueños en realidades ni evitar ser derrotados.
Siga Leyendo...

miércoles, 21 de octubre de 2015

ROMPER EL CERCO (I)

Por Melvin Mañón

La represión policial a los dominicanos que, protestando contra la corrupción, se apersonaron (mas bien trataron de hacerlo) ante las oficinas de la OISOE es elocuente demostración de lo obvio, pero también, y de manera más sutil, de lo que no lo es.

Lo obvio es la intolerancia del gobierno que rehúsa la protesta frente a la oficina que convertida en cloaca desde hace tiempo, maneja la construcción de edificios donde supuestamente funcionarán escuelas o algo parecido. Como esa, junto a las visitas “sorpresas” es una de las dos pinzas del ataque danilista han querido protegerla de la ira popular y a tal efecto el ministrico de interior viola la ley disponiendo un contingente policial para evitar una manifestación que según ese canalla y sus jefes políticos no estaba autorizada. Pero, como bien observaba en ese mismo escenario Bartolomé Pujals, un joven abogado y luchador, ellos no necesitaban permiso según lo estipula y consagra la Ley. Así que, a una ilegalidad que es el robo en la OISOE, el gobierno responde con protección policial a los ladrones y represión policial a quienes lo denuncian.

Durante los incidentes que se suscitaron durante el intento de hacer llegar la protesta hasta la puerta de la OISOE, tanto los manifestantes como la prensa se refirieron, en numerosas ocasiones a la imposibilidad de estos de “atravesar o romper el cerco policial”. Esta expresión está llamada a convertirse en bandera, emblema, consigna y logro. Porque de eso se trata, de romper el cerco como efectivamente aconteció en el curso de otra protesta en el hospital regional Cabral y Báez de Santiago.

Cada convocatoria para una actividad contra el gobierno tensa las fuerzas de uno y otro. Cada manifestación va a plantear el mismo dilema y dependiendo de cómo se resuelva en cada caso podremos estimar la fuerza de uno y la resistencia del otro, el empuje de uno y el miedo del otro, la determinación de uno y la intolerancia del otro. En otras palabras, cada enfrentamiento define en miniatura el futuro del país, el escenario al que nos acercamos, la clase de vida, sociedad y país que tendremos. Por eso, la meta deberá ser la de romper el cerco policial, la de romper todos los cercos y hay que advertir que la ruptura de cada cerco vendrá acompañada de represión, de violencia y de abusos perpetrados por una fuerza pública cuyos oficiales y tropas no están aun en condiciones de eludir el mandato ni desobedecerlo.

Ahora y sin mas tardanza, quiero referirme a lo que no es tan obvio en estas manifestaciones de protesta, no solamente frente a la OISOE sino en todas las demás instancias ya acontecidas. Cualquier observador in situ o frente a una pantalla de TV se hubiera percatado que los manifestantes hacia la OISOE eran un grupo reducido de algunas decenas de personas. Por lo mismo, cualquier observador igualmente se hubiera percatado de que otras convocatorias concitan la presencia de algunos cientos o unos pocos miles de manifestantes. Ese nivel de presencia ha estimulado en el poder la creencia de que están frente al disgusto de unos pocos impotentes, soñadores y exigentes pequeñoburgueses en la jerga política de años atrás.

Me complace advertir a la sociedad dominicana y en particular a esos manifestantes que esa no es la realidad. Los que han protestado en esta y otras ocasiones son ahora una vanguardia como en su momento lo fueron los que cayeron presos en el 14 de junio de 1960. En aquel momento, Johnny Abbes Garcia, un torturador de oficio, le hizo saber a Trujillo que debían detenerse los arrestos de conspiradores del 14 de junio porque ya todo el país estaba estremecido y de tal manera afectado que, las detenciones en vez de conjurar la amenaza, la amplificaban. En efecto, Trujillo suspendió los arrestos tras haberse percatado de que, en un país pequeño como el nuestro, tantas detenciones y muertes de gente de clase media mas que difundir el miedo contagiaban la rebeldía.

Los grupos de jóvenes que protestan no son pocos ni están solos. Ellos solamente son la parte visible de una sociedad harta de abusos y todo el país, aunque se queda en sus casas o en sus lugares de trabajo está atento a lo que ellos hacen y está definiendo su posicionamiento político en virtud de lo que esos jóvenes están haciendo y de hecho, sabiendo que su turno para participar se acerca y que dicha participación es tan inevitable como el día que sigue a la noche.

En tiempos de Trujillo, la gente temía por su vida y con razón. Ahora el temor es económico, a las consecuencias que sobre empleo, contratos, trabajos y oportunidades de negocio desencadena la participación en actos de protestas al interior de una sociedad endeudada y comprometida con un estilo de vida. Pero se equivocan quienes miden la fuerza y el impacto de las protestas por el número de manifestantes presentes y no por el efecto que su actuación tiene en los demás, por el impacto que lleva, por el ejemplo que ofrece, por la medida en que representa y se identifica con un sentimiento de hartazgo.

Las protestas deben seguir y seguirán. El cerco habrá que romperlo en todas las ocasiones donde y cuando sea posible y esa cadena de enfrentamientos y el matrimonio entre estas protestas de clase media y el descontento popular de barrios, municipios y sectores es la escuela donde inevitable y necesariamente tendrá que entrenarse esta generación. Gente como yo y muchos otros sobrevivientes tenemos la obligación no solamente de acompañarlos en cada ocasión sino de, y cuando sea posible o requerido, transmitir algunas lecciones, ventilar algunas enseñanzas y compartir uno que otro aprendizaje para que el destino de estos luchadores eluda las derrotas que sufrimos nosotros y que, puedan ellos, con todos los demás y para beneficio de todos, alcanzar un mejor destino.
Siga Leyendo...

lunes, 19 de octubre de 2015

DISPERSIÓN FUNCIONES GENERA CORRUPCIÓN EN EL ESTADO

Por Fernando Rodríguez Céspedes

La política populista del Estado de crear varias instituciones para una misma función, da pies a la dispersión de recursos, duplicidad de procedimientos burocráticos y operativos, generando lentitud en los procesos y propiciando la corrupción.

Los maleantes enquistados en la Administración Pública crean estructuras mafiosas para aprovecharse de situaciones como las originadas en la OISOE y en el Ministerio de Educación.

Esta última, pese a todos los recursos que recibe, no ha sido capaz de crear un equipo administrativo que maneje adecuadamente la cantidad de expedientes de constructores y suplidores surgidos con la "Revolución Educativa".

Esa falta de gerencia en el manejo de una situación que debió preverse conlleva retrasos que ponen al borde de la desesperación a contratistas, suplidores y a quienes han vendido solares al Ministerio para la edificación de escuelas.

Es cuando aparecen los extorsionadores que proliferan en toda la administración publica dispuestos a "ayudar" para agilizar los expedientes de pago a cambio de sumas generalmente abusivas.

El caso de la OISOE es paradigmático sobre todo en las gestiones de Félix Bautista y de Miguel Pimentel Kareh. Muchos pensamos que ante esas experiencias, la institución iba a ser limitada a la supervisión de Obras del Estado, como indica su nombre.

Pero no fue así, y ahí están los resultados. La población sigue sin entender porqué el Ejecutivo no adjudica al Ministerio de Obras Públicas la construcción de las escuelas dado que esta institución cuenta con la estructura profesional y la probada capacidad gerencial suficientes para cumplir con una misión asignada por decreto desde el 1956.

Además se evitaría la dispersión de funciones que tanta corrupción ha propiciado.
Siga Leyendo...

UN MODELO DE CORRUPCIÓN CORPORATIVA

Por Andrés L. Mateo

¿Por qué la sociedad está petrificada ante el desborde de la corrupción del gobierno actual, y se ve impotente, cercada, intimidada por la indetenible espiral de los hechos dolosos? Porque el modelo OISOE es una práctica generalizada

Numerosos artículos míos publicados en esta columna han intentado describir las diferencias que el fenómeno de la corrupción ha adoptado en nuestros días. La corrupción es una falla sistémica de la forma como los líderes históricos han organizado la sociedad dominicana. Se puede decir que entre nosotros las cosas ocurren de tal manera que ser corrupto es como lógico, natural y hasta tolerable. El Estado está ahí para arrancarle las muelas. Entrarle a saco a la riqueza social amparado en la concepción patrimonial del Estado se advierte como lo previsible, lo inexorable. Verdaderamente asombra que las organizaciones políticas, los poderes fácticos, y el conjunto de las relaciones de fuerza de la sociedad no se estremezcan ante una visión tan aldeana del Estado en pleno siglo XXI, porque esa ideología conchoprimesca subsiste íntegra todavía; y un Presidente es un pequeño Zar que dispone del erario a su antojo, y un partido triunfador es una maquinaria implacable de robo de la riqueza pública, y un maldito ladrón es tan solo un “compañerito en apuros” hacia el cual concurrirán todos los mecanismos de la impunidad para protegerlo. Porque la corrupción es un sistema.

Lo verdaderamente constante en la historia dominicana es verificar la corrupción como una práctica común en la accidentada trayectoria de la vida republicana. Ha sido todo un sistema en el cual desde el Estado se entreteje una amplia red de pequeñas y grandes complicidades. Obtener el poder político ha sido sinónimo de enriquecimiento. Eso se ve como un desprendimiento lógico. Toda la movilidad social dominicana de la primera y la segunda república descansaba en las confrontaciones de los grupos políticos, que perseguían el usufructo del poder armados de la ideología patrimonialista del Estado. Trujillo hegemonizó en forma absoluta la vida nacional porque la nación entera giraba alrededor de la estrategia de enriquecimiento personal del dictador y su grupo familiar. El poder y la riqueza de Trujillo eran proporcionales a la capacidad de producción y riqueza del país entero, y su figura llenaba esos signos de la dicha como si brotaran exclusivamente de su ser. Es esa perversidad de la historia la que reproduce una y otra vez la corrupción en nuestro país.

Después de la caída de la dictadura, con la siempre honrosa excepción del gobierno de Juan Bosch (¡Juan Bosch, dije, no PRD ni PLD!), todos los partidos que han gobernado han practicado la corrupción empinándose en la concepción patrimonial del Estado; pero el fenómeno actual de la corrupción obliga a replantearse las relaciones de fuerza en el país, porque alcanza ya dentro del Estado mismo al nivel corporativo. El modelo OISOE es un modelo de corrupción corporativa. Implica la participación de varias instituciones del Estado, y trasiega grandes cantidades de dinero por los canales administrativos de una a otra institución. Para lograr eso hay que contar con el poder.

Si un ingeniero caía en esa red mafiosa inexorablemente terminaba desplumado. A veces ni siquiera tenía tiempo de saber cuál era la mano muerta que lo estrangulaba.

Por ejemplo, el mismo día del suicidio del arquitecto David Rodríguez García el Ministerio de Educación informó que le había emitido un cheque de seis millones. Pero la cuenta del arquitecto Rodríguez estaba en cero. El sistema de corrupción corporativa tenía el poder de desviar hacia las cuentas de los “acreedores” las asignaciones de pago de las cubicaciones que hacía el Ministerio de Educación. Un verdadero sistema, un método de extorsión infalible que ha manejado más de mil quinientos (1,500) millones de pesos.

¿Por qué la sociedad está petrificada ante el desborde de la corrupción del gobierno actual, y se ve impotente, cercada, intimidada por la indetenible espiral de los hechos dolosos? Porque el modelo OISOE es una práctica generalizada, y la impunidad se ha desplegado con un nivel de efectividad tan sonoro que la sociedad se ha transformado en un gigantesco escenario de simulación y violencia. Si pudiéramos palpar todo lo que está ocurriendo en las instituciones públicas, nos daríamos cuenta de la dimensión casi absoluta del desplome de los valores. La cultura de la corrupción es ahora hegemónica. La construcción de los paradigmas sociales la ha legitimado. Es en la interactuación social donde se gestan el valor y las dimensiones valorativas de la realidad. Y nuestra realidad es el reino de los corruptos.

Tomado de acento.com.do
Siga Leyendo...

miércoles, 7 de octubre de 2015

EL CASO OISOE NO ES AISLADO

Por Fernando Rodríguez Céspedes

Las estructuras de corrupción del Estado se mantienen vigentes en los distintos gobiernos que se suceden en el país y por ello, estallan de vez en cuando escándalos que no pasan de ser eso, con uno o varios chivos expiatorios que no siempre son los máximos responsables del mal denunciado.

La OISOE en los tiempos de Bienvenido Martínez Brea (Bebecito), tenía una labor que con los años se fue desvirtuando hasta llegar a convertirse en "una cueva de ladrones" como la han calificado algunas entidades que han llegado a pedir su eliminación como única vía para erradicar la corrupción prevaleciente allí.

Hay casos emblemáticos de funcionarios que pasaron por esa oficina llegando a amasar fortunas que suman miles de millones de pesos, pero esos personajes son miembros claves de las estructuras del poder político lo que los libra de cualquier consecuencia judicial, a la vez que se manda una mala señal cuyos efectos estamos viendo.

Aunque cambian los funcionarios, los sistemas siguen operando a los ojos de todos, incluso de quienes llegan con autoridad para corregir algunas cosas, que hasta que no provoquen situaciones extremas, como el suicidio del arquitecto David Rodríguez, no se dan por enterados de lo que se mueve a su alrededor y se presentan como los primeros sorprendidos ante el escándalo.

En el caso destapado, todo gira alrededor de la OISOE, pero hay otras instituciones que como el Ministerio de Educación crea, con su morosidad, un excelente caldo de cultivo para la desesperación de los contratistas y el aprovechamiento de los mafiosos de siempre. Existen varias denuncias de intentos de extorsión en ese ministerio.

Es mucho lo que hay que revisar y modificar a nivel de los sistemas de pagos a contratistas y suplidores del Estado, en todas las dependencias oficiales, para que iniciativas bien intencionadas como la de los sorteos de las escuelas pública, no terminen en desgracias como la del arquitecto David Rodríguez.
Siga Leyendo...

NO SE VAYAN QUE ESTO SE PONE BUENO

Por Melvin Mañón

La popularidad de Danilo Medina hasta hace un par de meses era falsa pero la gente creía que era verdadera. Si la gente había creído en su popularidad antes parecía lógico que asumiera su reelección como inevitable. El cálculo político no era del todo infundado y le dieron curso. Medina, tras haber descalificado a Leonel Fernández que aspiraba como él a la nominación y tras haber sobornado en masa a los legisladores consiguió modificar la Constitución para optar por una reelección consecutiva; entonces algo interesante ocurrió. La gente de la calle, eso que llaman opinión pública, otros aspirantes, y, por supuesto, los seguidores del propio Fernández no simpatizaron con la reforma constitucional pero, resignados unos y derrotados otros, creyeron que Medina, a pesar de todo, se saldría con la suya y el país empezó a vivir lo que parecía un futuro indeseable pero inevitable.

Sin embargo, la situación ha cambiado. Las cosas han empezado a salirle mal al proyecto reeleccionista. La repartición de cargos electivos entre facciones y aliados en lugar de fortalecer la reelección de Medina, la ha debilitado por parálisis, deslealtad y desconcierto.

La renuncia a abandonar posiciones que creían ganadas, sinecuras que suponían seguras y futuro que esperaban inamovible han creado una situación que va de mal en peor. El PLD ha perdido en pocos meses, dos activos de los cuales se enorgullecía. Ellos proclamaban ser diferentes a los demás y no lo son. Eso lo sabíamos, pero la gente de la calle no lo aceptaba como parte de su realidad cotidiana. Ellos juraban que la unidad era inquebrantable y no lo era mostrándose ahora igual que los demás partidos de cuya ruina se han lucrado. Entonces, con su antiguo prestigio político hecho trizas y con su formidable maquinaria electoral herida y sangrando el proyecto reeleccionista cimentado sobre una estela de cadáveres políticos, de gente herida, de palabras traicionadas y compromisos burlados, como los barcos en alta mar, está haciendo agua y la gente se ha percatado de ello algunos con miedo, otros con sabia aceptación y muchos con alegre entusiasmo.

Los escándalos se suceden uno tras otro, Medina no dice ni hace nada y la sensación de ineptitud e incompetencia se sobrepone a la de hombre prudente, paciente y sabio. Sus visitas sorpresas fueron desenmascaradas y la contraofensiva informativa montada por el gobierno no logró restaurar la antigua imagen. El discurso de Medina ante la asamblea de Naciones Unidas no podía ser más torpe e inoportuno no solamente porque las cifras que presentó sobre reducción de la pobreza era una mentira de escolar de sexto grado sino porque las propias Naciones Unidas habían publicado un informe propio con cifras que demostraban lo contrario y la prensa dominicana, por más que intentó, como es usual, protegerlo, no pudo evitar la difusión de la información. Ni siquiera se había secado la tinta de este yerro cuando se produce el suicidio de un contratista adscrito a la OISOE y con ese hecho sale a relucir otro poco de la podredumbre que acompaña la gestión del señor Medina y nada más y nada menos que en su proyecto más querido: la construcción de aulas para alguien que dice construir escuelas. El suicidio y el escándalo echan por el piso su otra niña linda. Ahora, las visitas sorpresas y la llamada construcción de escuelas se revelan como lo que han sido siempre: un fraude la primera, una cloaca la segunda.

La oposición política también le ha creado un enorme problema al proyecto reeleccionista.

Aunque dista mucho de ser lo que debería, la oposición liderada por Luis Abinader ha tenido algunos aciertos pero sobre todo, ha evitado algunas de las torpezas y exabruptos que tan caro le costaron a Hipólito Mejía y que tanto favorecieron al PLD. Por primera vez se invierte la ecuación. El PLD hacía política burlándose de las improvisaciones de Hipólito. Ahora, el PRM se beneficia, en silencio, de las cosas que le están saliendo mal a la reelección.

Este giro de la situación ha creado una situación complemente nueva y cuyas consecuencias pueden ser extraordinarias.

Mientras la reelección era percibida como un proyecto seguro, el dinero necesario para tramitarla electoralmente resultaba en una cifra menor que ahora que se la considera en peligro. El poder político está obligado a invertir ahora mucho más dinero de lo que pensaba originalmente pero con dos factores en contra y ambos importantes. Primero, el precio a pagar por cada voto a favor de la reelección aumenta en la medida que dicha reelección es puesta en duda y pasa, de ser una apuesta segura a un proyecto que solamente es posible. En segundo lugar, los intermediarios que manejan la compra de adhesiones políticas que siempre se quedan con una parte del dinero que manejan, ahora primero aseguran su dinero y después reparten lo que sobra. Dado que ya perciben la reelección como una empresa dudosa lo primero que hacen es protegerse ellos mismos “por si acaso”. Por lo tanto, si hace algunos meses la reelección iba a costar 30 mil millones de pesos, hoy alcanzará los 50 mil millones. Ahora bien, si de esos primeros 30 mil millones los intermediarios iban a repartir 20 y a quedarse con 10, ahora y producto de la incertidumbre, de los 50 mil millones en total repartirán no más de 15 mil y se quedarán para ellos con 35 mil millones. Es decir, el poder político tiene que invertir disponer de más dinero para la reelección pero debido a las dudas creadas, la cantidad total de dinero que al final llegue a los vendedores de votos y lealtades es menor y por lo tanto, complica más y acentúa las dudas sobre el éxito reeleccionista.

Para el 2016 nadie tiene nada seguro. El poder político ha perdido la iniciativa pero eso tampoco significa que la oposición la haya asumido. El PRM no descolla por su audacia, sigue haciendo campaña electoral en lugar de oposición. Siguen sin asumir la representación de los desamparados que protestan todos los días pero, para su ventaja, el gobierno y el PLD hacen lo que nunca antes: cometen errores graves, frecuentes y en algunos casos irreversibles.

Con un electorado ya harto de PLD, si pierden la batalla de la imagen, si la creencia ya generalizada pero todavía no definitiva de que la reelección no es segura y de que está en peligro, si esa percepción se consolida, como está sucediendo, están perdidos y entonces, habrá que ver si el fraude descomunal podrá salvarlos y aun así a qué precio para ellos y para nosotros.

Nota: El título de este trabajo era el decir de Buck Canel un antiguo narrador deportivo de grandes ligas que animaba así a su auditorio en las entradas finales de un partido cerrado.
Siga Leyendo...

martes, 29 de septiembre de 2015

LA ALIMENTACIÓN ESCOLAR EN EL PAÍS

Por Fernando Rodríguez Céspedes

En el desarrollo de la proclamada "Revolución Educativa", del Ministerio de Educación, hay luces y sombras que requieren atención de las autoridades con miras a fortalecer lo positivo y a corregir las debilidades que arrastra un proyecto de tanta envergadura e implicaciones.

Entre las sombras están el retraso en el pago a contratistas y suplidores, y la falta de capacitación del magisterio. Existen otros elementos negativos, pero es justo destacar el plan de alfabetización "Quisqueya Aprende Contigo" y el Programa de Tanda Extendida como positivos.

Este último beneficia a más de 863 mil estudiantes de los inscritos en la modalidad que cubre un total de 6,253 escuelas del país, bajo la responsabilidad alimentaria del licenciado René Jáquez, director del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE), y proyecta alcanzar un millón de alumnos en diciembre.

El programa favorece directamente a 700 suplidores dominicanos de las provincias donde están ubicadas las escuelas del plan, quienes usan personal dominicano y productos criollos, contribuyendo a disminuir el desempleo y a dinamizar la economía de las distintas regiones del país.

En adición, al problema social que resuelve a los padres de familias de escasos recursos cuyos hijos reciben desayuno, almuerzo y merienda de calidad, elaborados en base a un menú confeccionado por chefs y nutricionistas y ejecutado bajo estándares de salubridad que deben extremarse, a la luz de algunos inconvenientes presentados.

Quienes conocemos las condiciones de pobreza que predominan en nuestros pueblos y campos, tenemos que aplaudir este importante programa de alimentación que coloca a nuestros niños y jóvenes en condiciones de aprovechar al máximo la educación que reciben para su pleno desarrollo físico e intelectual, así como las guarderías infantiles que se abren por todo el país.
Siga Leyendo...

viernes, 18 de septiembre de 2015

EL PELIGRO DE REÍRSE DE DONALD TRUMP

Por Aníbal E. Melo

Donald Trump enfureció a muchos cuando dijo que el Senador de Arizona John McCain no era un héroe de guerra.

Es triste:

…Tomó una actitud en contra de un héroe de guerra para que finalmente fuese condenado por sus colegas republicanos y los medios de comunicación estadounidenses, debido a que aparentemente, su racismo y xenofobia, no eran lo suficientemente dañinos.

Observadores de noticias de todo el mundo seguirán luchando con la pregunta de qué hacer con Trump.

Mientras que él es ciertamente entretenido, degradarle a las páginas de entretenimiento, es sin duda un grave error.

En lugar de reírse de la bufonería de Trump, las organizaciones de noticias tienen que hacer que él rinda cuentas por el daño social y político que hace, exponiendo sus verdades.

Y es que las opiniones racistas de Trump y su desinformación se legitiman entre una gran franja de ciudadanos estadounidenses que le temen a los cambios demográficos del país.

En lugar de cerrar los ojos, vamos a tomar a Donald Trump en serio.

Tratárlo como un payaso en lugar de un candidato real le da permiso para exponer sus odios sin compromisos.

¿Trump puede ganar?

Parece poco probable, pero por supuesto eso mismo fue lo que dijeron los medios de comunicación sobre un hombre de baja estatura y odioso de aspecto gracioso que utilizaba un bigote raro, tildado de ser un orador público horrible y no un candidato serio en la Alemania de la década del 1930.

En las elecciones del 1932 al Reichstag por el cargo de Canciller de Alemania, había 37 partidos políticos que competían en un combate electoral que tiene cierta semejanza con las primarias republicanas de hoy.

En las mismas, Hitler tuvo el tiempo y la cobertura de prensa necesaria para difundir sus tonterías racistas a un nervioso público votante preocupado de la preservación de la identidad nacional de y en contra de "los no alemanes".

Adolf Hitler ganó, y el resto es historia.

Ciertamente tenemos un sistema político más robusto que el del 1930 en Alemania.

Pero la retórica racista de Trump debe verse a la luz repugnante de la experiencia con Hitler.

Cuando se le llama a todos los mexicanos violadores, criminales, perdedores, y la fuente de toda las enfermedades (esa última afirmación era favorita de los nazis), se menosprecia a todos los hispanos como la causa de todos los problemas del país, y cuando se tiene el dinero para transmitir ese mensaje, los periodistas deben tomarlo muy en serio.

El discurso de Trump, es una táctica clásica para sembrar la división y generar miedos.

Que su mensaje encuentre lugar en cualquier hogar, es alarmante.

Una cosa es discutir sobre las políticas de inmigración, y otra muy diferente el condenar a todo un grupo étnico. (Imagínese si Trump dijese esas cosas acerca de los Judios?)

Los comediantes pueden y deben jugar con las ideas de Trump, pero las organizaciones de noticias deben ayudar a su audiencia a ver la verdad que hay en Trump, misma que no es divertida, y si muy peligrosa.

Y recordemos, que Donald Trump tiene sus raíces en Alemania,

Vaya coincidencia!

HABLANDO EN SERIO
Siga Leyendo...

domingo, 13 de septiembre de 2015

¿APOYARÁ DANILO A LEONEL EN EL 2020?

Por Fernando Rodríguez Céspedes

Las expresiones de estímulo y promesa de que serán reconocidos del presidente Danilo Medina a los precandidatos presidenciales de su partido, conllevan un sutil mensaje al ex presidente Leonel Fernández de que hay que dar oportunidad al relevo político dentro de la organización.

La ponderación de las cualidades de los pre-candidatos coinciden con el cabildeo realizado por el canciller Andrés Navarro, por mandato de Medina, para que el ex mandatario fuera escogido presidente de la Fundación Europea-América Latina y el Caribe (EULAC) con asiento en la lejana ciudad alemana de Hamburgo.

Esta posición conlleva compromisos internacionales que implican viajar con frecuencia y permanecer fuera del país al ex presidente Fernández por lo que puede considerarse como una forma elegante de ir sacándolo del ambiente político nacional el cual le ha resultado adverso con las derrotas sufridas.

Al igual que Medina, parte importante de la plana mayor del PLD cree en el sistema electoral norteamericano que permite una sola repostulación a la presidencia de la República. Esto quedó evidenciado con la modificación que acaba de hacerse, en esa dirección, a la Constitución del 2010.

En el caso de Fernández, estiman que cumplió su ciclo en el Palacio con tres cuestionadas gestiones de gobierno por lo que debe dar paso a los ex pre-candidatos presidenciales uno de los cuales podría, incluso, ser candidato vice-presidencial de Medina en las elecciones venideras.

El mandatario consideró a estos dirigentes con méritos y talento suficientes para ser presidentes de la República por lo que se colige que antes de dejar el poder, si resulta electo, apoyará a uno de estos para que lo suceda, correspondiendo así a su gesto de desistir a sus aspiraciones para facilitar su reelección.

Así luce el panorama del Partido de la Liberación Dominicana en lo concerniente al tema de sus futuros posibles precandidatos presidenciales donde el ex presidente Leonel Fernández , otrora amo y señor, se encuentra en bajo perfil tras la humillante derrota infligida por el actual presidente Danilo Medina.
Siga Leyendo...

jueves, 3 de septiembre de 2015

GOLPE A LA CORRUPCIÓN

EDITORIAL DE LA INFORMACIÓN DE SANTIAGO DE LOS CABALLEROS

El pueblo de Guatemala está librando una ardua lucha contra la corrupción de un Gobierno señalado culpable de encabezar una red corrupta contra el Estado y el pueblo de ese país centroamericano a través de las aduanas. En la última jornada de esa lucha contra el presidente Pérez Molina, la Justicia decidió dictar orden de arraigo prohibiendo la salida del inculpado, mientras que el Congreso aprobó retirarle la inmunidad con lo que se podrá someter a la Justicia al Presidente.

La grave situación guatemalteca es un caso de reacción soberana del pueblo empoderado contra un Gobierno que ha traicionado la legitimidad otorgada a través de las elecciones delegando su poder soberano en un partido y en un Presidente con la encomienda de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de esa República, respetando la institucionalidad democrática. La traición a esa encomienda ha despertado la movilización del pueblo guatemalteco, de tal manera que prácticamente se le ha quitado al presidente Pérez Molina su potestad hasta el punto de tener que enfrentar un juicio que podría enviarlo a la cárcel de aquel país centroamericano.

El ejemplo debe servir de referencia no solo para los demás países de la región, sino también para un país como el nuestro, que a diferencia del guatemalteco aún permanece pasivo y enajenado, pese a que los actos de corrupción auspiciados por nuestros gobernantes de las últimas décadas, han superado en cuantía y descaro a los hechos que se les imputan a los gobernantes de Guatemala. En nuestro país, la corrupción y la impunidad les han dado a nuestros gobernantes un manto de protección, luego de que los mismos han logrado contar con el control de todos los estamentos de sanción del Estado, a través del montaje de una gobernanza dominada por el clientelismo patrimonialista, que les ha permitido comprar la conciencia colectiva de la población, así como su indiferencia e indolencia.

Sin embargo, ante la corrupción y la impunidad, Guatemala nos ofrece el camino que han de seguir nuestros pueblos dentro del marco de la libertad y la democracia, para liberarnos de los gobernantes corruptos y traidores de la ética y la institucionalidad democrática. El empoderamiento colectivo contra la corrupción y la impunidad debe ser seguido por la movilización firme de la población para sancionar a los corruptos y fortalecer así la institucionalidad democrática pisoteada por los gobernantes como en los viejos tiempos de la dictadura.

¡Así, pues, la fórmula es empoderamiento y movilización!

Otro negativo mensaje

Otro ejemplo que deja un mal mensaje ha sido el traslado de la dotación de la AMET de Puerto Plata, luego del feo y degradante espectáculo que montara un exdiputado y presidente del partido de Gobierno en esa localidad del Norte. La decisión echa por el suelo la institucionalidad y la propia autoridad, que es convertida en sierva de la crápula política que ha asaltado las instituciones del Estado a través de la partidocracia clientelar y vulgar.

¡Qué penosa confirmación!
Siga Leyendo...

lunes, 17 de agosto de 2015

LA DEFORESTACIÓN, IRRESPONSABILIDAD OFICIAL Y CONSECUENCIAS

Por Fernando Rodríguez Céspedes

Los dominicanos empezamos a sufrir los efectos devastadores de una sequía producto de la irresponsabilidad oficial con que, a través del tiempo, se ha manejado el problema de la deforestación y saqueo de los ríos a favor de unos pocos privilegiados.

La situación mueve a preocupación, y ante el reclamo de las comunidades más afectadas, el Ministerio de Medio Ambiente se destapa justificando la existencia de más de 900 lugares de corte de madera “técnicamente planificados”.

Explicaron la extracción de material de los ríos, supuestamente para encauzarlos y evitar desbordamientos, argumentos rechazados por la Academia de Ciencias y la opinión pública al punto que tuvieron que suspender "provisionalmente" ambas actividades.

En los 15 años de gobierno peledeísta, solo en el tercer periodo, el entonces ministro del ramo, Jaime David Fernández Mirabal, desarrolló un extraordinario trabajo de reforestación y protección de áreas verdes y ríos teniendo que enfrentarse hasta a militares y funcionarios del Estado.

Pero más que corresponder a una política oficial, fue una actitud personal por formación y convicción, debido a que sus sucesores y antecesores en el cargo no han tenido, ni por asomo, una posición similar en defensa de nuestros recursos naturales.

Así, llegamos a una situación de crisis que priva de agua a grandes sectores de la población, y la ganadería y la agropecuaria empiezan a mermar su producción trayendo consigo el inevitable encarecimiento de los principales rubros agrícolas del país.

Mientras el pueblo sufre esta situación, los areneros y depredadores forestales disfrutan de las riquezas acumuladas a expensa del saqueo de nuestros recursos naturales con la anuencia o indiferencia del ejecutivo y las autoridades llamadas a preservar el medio ambiente.
Siga Leyendo...

domingo, 9 de agosto de 2015

HAITÍ Y UNA NOVELA DE MATOS MOQUETE (2)

Por José Carvajal

Toda obra literaria se convierte en documento irrebatible de su época, y lo es gracias a la factura de la imaginación, pues nadie puede rebatir la manera en que algunos ven el mundo que le rodea; y en el caso del escritor, el recrear ese mundo es registrar con recurso literario lo que haría el fotógrafo con la cámara. Es sin duda lo que ha pretendido hacer el dominicano Manuel Matos Moquete con su novela “La avalancha”, que se desarrolla en un gueto haitiano de Santo Domingo.

En toda historia narrada hay dos tipos de registros: el científico y el empírico. Y entre el uno y el otro se encuentra el discurso literario que se nutre lo mismo de la verdad que de la especulación y la mentira. Por eso no hay que tomarse en serio lo que dice una novela, aunque tampoco podemos descartar lo narrado como composición camuflada o preocupación legítima del autor y su circunstancia.

De la circunstancia quiero anotar palabras del filósofo español Fernando Savater, en un breve ensayo sobre José Ortega y Gasset: “La circunstancia es la historia, la circunstancia es la gente que le rodea, la circunstancia son las ideas y hay que salvar esa circunstancia; mi yo no basta; aunque yo me retire a mi torre de marfil, no basta con que yo logre de alguna manera alcanzar cierta perfección personal si no he logrado levantar y salvar la circunstancia que me rodea, es decir, el país, la época”.

En ese sentido debemos reconocer que una novela como “La avalancha” permite varias lecturas, no lecturas repetidas, sino estadios de lecturas. Una lectura sería la del aspecto sociológico, otra lo histórico, otra lo literario; esta última tiene que ver con la construcción de una obra que nos entrega un mundo aparentemente imaginario en el que el lector conocerá gente, costumbres, lugares, la manera de pensar de una colectividad, y hasta la forma de respirar de un pueblo.

En el caso de “La avalancha” de Matos Moquete la lectura de lo sociológico se impone a las demás porque lejos de ser un cronista de la realidad sin invención alguna, el que narra es un escribidor que pretende registrar lo que parece ser la vida cotidiana del barrio Pequeño Haití, en Santo Domingo. Y quizá por ello no es descabellado afirmar que estas páginas destilan racismo y discriminación a través de personajes que suponemos representan la sociedad dominicana ante el fenómeno de la inmigración de ciudadanos del vecino país con el que comparten la isla La Española.

De hecho, cualquier estudio serio acerca de “La avalancha” debería tomar en cuenta el racismo y la discriminación que se advierten en boca de personajes tanto masculinos como femeninos, y en el discurso mismo del narrador. Voy a citar algunos ejemplos al azar:

«Los haitianos nos llenan de enfermedades infamantes y contagiosas, propagan la delincuencia, la brujería y el atraso…».

«…tantos extranjeros con extrañas costumbres».

«Una avalancha de esos extraños vecinos había invadido el lugar».

«Apártenme de la vista esa negra que afea mi oficina».

«Ese ser extraño de piel oscura reluciente».

«Presentía que con la aparición de los haitianos llegaba una avalancha de gusanos verdes, gruesos y flácidos, que se reventaban en las aceras, penetraban en las casas y llenaban los jardines y los patios».

«No confiaba en alguien que se acostara con una haitiana».

«Cosas extrañas están sucediendo desde la llegada de los haitianos».

«Una limpieza que acabe con tantos negros en las calles. Llevárselo a todos. Meterlos en un camión y lanzarlos más allá del río».

«...cuando el lugar no estaba contaminado de haitianos, nunca hubo atracos y crímenes».
...
«En comedores improvisados los haitianos comían cosas desagradables: hongos, hojas, reptiles, escarabajos, cucarachas, tripas, entresijos, carne de la peor parte y cruda, panza, trozos de mierda».
...
«Lo peor es que muchas personas decentes les alquilan sus casas y se juntan con ellos».

Hasta aquí la muestra de que en "La avalancha" hay registro de racismo y discriminación. Sin embargo, debemos observar que el autor intenta mantener cierta objetividad, un equilibrio entre los personajes que aceptan dicha convivencia («La obra se llamará Torre Petit Haití. Será la torre de la hermandad entre los dos pueblos. Con la ayuda de los haitianos, queremos adecentar el barrio.») y aquellos que se expresan agresiva y despectivamente de los haitianos.

En una próxima entrega hablaré de la estructura literaria de “La avalancha”; de los personajes, de la composición, de espacios temporales, de contradicciones que pueden llamar la atención del lector avezado, y de referencias históricas que en el marco de la ficción pasan inadvertidas o se confunden en el contexto de lo que para mí no es más que un ejercicio de escritura sin consecuencias.
Siga Leyendo...

jueves, 6 de agosto de 2015

EN MATERIA DE SOBERANÍA

Por Melvin Mañón

El gobierno dominicano puede escribir y poner en vigencia las leyes migratorias que entienda pertinentes conforme al derecho internacional así como a las normas de humanidad generalmente aceptadas como consignan las notas que los auditores externos escriben siempre al final de sus auditorías. Los dominicanos tenemos derecho a determinar a cuales haitianos documentamos para que puedan trabajar y vivir legalmente en nuestro país. Esa decisión soberana ni siquiera tiene que ser consensuada ni negociada con el gobierno haitiano.

Es más, involucrar al gobierno haitiano en ese tema solamente complica las cosas porque si el gobierno dominicano es corrupto, mas o tan corrupto lo es el gobierno haitiano. Si Danilo Medina es un farsante y un impostor, Martelly es un payaso descarado, sinvergüenza y socio del PLD que contribuyó copiosamente a su campaña electoral. Ellos podrían ser personajes de un “reality show” si no fuera por lo trágico que resulta el balance de la gestión de ambos.

El tema haitiano en la República Dominicana tiene dos vertientes: una que concierne a la población haitiana, marginal, pobre y desamparada por los dos gobiernos y sus respectivas élites y otra que tiene que ver con las autoridades de cada país, ninguna de las cuales –como ya se ha dicho- está a la altura ni de las circunstancias ni de sus obligaciones.

Entonces ¿Por que se ha armado tanto lío?

El gobierno haitiano ha capitalizado a su favor la torpeza fraudulenta y canalla del Tribunal Constitucional dominicano al emitir la sentencia 168-13 y también ha sacado provecho de la campaña racista antihaitiana de la extrema derecha culpando y demonizando a gente cuyo único delito ha sido y es buscarse la vida trabajando donde encuentran la oportunidad. Si están aquí ilegalmente, como estoy seguro que es el caso de la inmensa mayoría, la culpa no es de ellos como personas sino de la desigualdad económica y de la corrupción de las autoridades dominicanas que durante muchos años y por dinero de peaje, contrabando y complicidades abandonaron la vigilancia y control de la frontera.

Sin el abrumador control mediático del PLD, sin los sobornos oportunos y sin el miedo que inspira a muchos el gobierno, no era posible que en el extranjero la gente creyera en la sinceridad, en la veracidad ni en las buenas intenciones de las autoridades dominicanas. Nunca fue difícil para el gobierno haitiano conseguir simpatías a expensas de la arrogancia y la estupidez del gobierno dominicano.

Por lo demás, atribuirle al oportunismo, la corrupción y la desvergüenza de las partes la categoría de planes estratégicos e intenciones maquiavélicas de dominación haitiana es una estupidez a la que se refirió con claridad en su discurso de despedida Steven Fisher, embajador británico en la República Dominicana el 29 de abril de 2015 cuando señaló:

“Al principio de este discurso mencioné que no evadiría todos los temas controversiales. Déjenme honrar esa promesa tocando el tema de Haití. Para empezar, vamos a desenmascarar dos mitos.

Mito número uno: “Hay un complot internacional para forzar la unión de la isla La Hispaniola”; esto es totalmente falso. Una anticuada versión de la Constitución Haitiana contenía dicha ambición, la cual desapareció hace mucho tiempo. Nadie – Estados Unidos, Francia, Canada, Reino Unido – ha considerado, ni por un segundo, promover una política tan absurda.

Mito número dos: “La Comunidad Internacional espera que la República Dominicana afronte toda la carga de rescatar a Haiti”. Esto también es absurdo. La ayuda internacional, incluyendo la británica, no cuenta con ninguna contribución directa por parte de la República Dominicana”.


El gobierno dominicano hizo trampa múltiple con la sentencia 168-13 mediante la cual, como se sabe, además de la retroactividad, legal y jurídicamente inconcebible produjo una interpretación absurda y perversa de las leyes y la Constitución vigentes al momento de emitir dicha sentencia. Como habían hecho trampa, las autoridades dominicanas se apresuraron a tapar el engaño empleando todos los recursos de control mediático que tienen a su disposición. El engaño prosperó al interior del país pero no en el extranjero donde fue denunciado. El haberse creído que el engaño y las trampas que prosperan al interior de nuestro país será aceptado por la opinión pública de otros países es un error frecuente entre los políticos dominicanos.

Prosperó entre nosotros porque era fácil poner a todos los medios de comunicación bajo su control a cabalgar sobre un antiguo prejuicio, ampararse en años de discriminación y además servir en bandeja de plata una agenda de dominación política del PLD; crear una cortina de humo para que el país se aboque a discutir y a dividirse sobre el falso tema haitiano para ocultar el verdadero tema dominicano marcado por la inseguridad ciudadana, la desigualdad, la ilegalidad, el abuso fiscal, la corrupción, la impunidad y lo menos mencionado pero igualmente terrible: el dispendio y la irracionalidad tanto en la inversión como en el gasto público. Porque debe reiterarse, los gobiernos del PLD no han sido solamente corruptos y perversos sino económicamente estúpidos y destructivos de la infraestructura productiva del país.

Termino reiterando una advertencia. Así como los horrorosos crímenes de los últimos días cometidos por colonos y religiosos fanáticos judíos contra niños, ancianos y mujeres en Palestina son producto del clima de odio creado, fomentado, alimentado y cultivado por la derecha política de Netanyahu y otros, así mismo, el linchamiento de varios haitianos, el ahorcamiento de otro en Santiago y varios casos mas son producto del clima de odio irracional sembrado por un grupo de estúpidos, criminales e insensatos. Convertir a una población tranquila, pobre, trabajadora y desamparada en víctima del odio los convertirá en monstruos temibles y a futuro, cuando veamos un haitiano, tendremos que mirar en él una nueva amenaza creada por ese odio y capaz de hacerle daño incluso a quienes se opusieron. Ese daño enorme que están infligiendo a la paz y la convivencia en suelo dominicano es adicional al daño inmenso e inconmensurable que le están haciendo a los dos millones de dominicanos que viven desparramados por todo el mundo por aquello de que, “lo que hagas, te harán” y sobre ellos, caerán pedazos de odio, discriminación y prejuicio que afectarán y dañarán sus vidas igual que muchos negocios, numerosos programas de cooperación internacional y especial, pero no únicamente el turismo pueden sufrir severos daños de seguir con la cantaleta antihaitiana.
Siga Leyendo...

miércoles, 5 de agosto de 2015

HAITÍ Y UNA NOVELA DE MATOS MOQUETE (I)

Por José Carvajal

Todo lo que se dice popularmente sobre el tema haitiano está en la “La avalancha” del dominicano Manuel Matos Moquete. Es una novela corta publicada en 2006 y que al parecer circula de manera silenciosa como lectura obligada de un curso que imparte el mismo autor en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Sin embargo, en estos tiempos de exaltación de ideales patrióticos y nacionalistas, de dimes y diretes diplomáticos, y de presunta campaña internacional contra República Dominicana por el supuesto trato que se le da a los migrantes haitianos, debería ser casi una necesidad que esta obra de Matos Moquete salga a conquistar lectores fuera de las aulas universitarias.

En términos generales, por tratar el tema de la presencia haitiana en territorio dominicano, “La avalancha” puede verse como una obra hermana de "El masacre se pasa a pie" (1973) de Freddy Prestol Castillo. Narra la transformación de un distinguido sector de Santo Domingo en un gueto de inmigrantes del país vecino que arrastran hasta ese lugar una forma de vida distinta, a partir de la presencia de un haitiano (Honson Baliat) que llega huyendo de un batey «junto a una banda de forajidos congos».

El escenario es el actual barrio Pequeño Haití (Petit Haiti) donde se encuentra el archiconocido Mercado Modelo, que en voz del narrador se convierte en el eje que atrae a los haitianos que terminan asentándose en el área. «Todos ellos llegaron un día de Haití atraídos por la baratura y desorden del Mercado Modelo en los años de su final decadencia.» (…) «El mercado era el culpable de que se creara el Petit Haití. La sombra de Honson Baliat estaba en el origen. Los haitianos venían por mercancías y terminaron llenándonos de mercancías, mendigos, enfermos, delincuentes y brujerías de las peores calañas satánicas».

Los personajes de esta novela son gentes que viven la transformación de su entorno desde la ficción que en este caso pretende retratar una realidad; gente que no puede detener dicho fenómeno social aunque quisiera. «Una avalancha de esos extraños vecinos había invadido el lugar. Las esquinas, los colmados, los lugares de esparcimiento se veían copados por ellos».

Uno de los personajes que más sufre el cambio etnográfico de su barrio es el joyero Ignacio Paredes, porque nació y creció en Los Hospedajes (luego Pequeño Haití) y heredó el negocio de su padre, quien le enseñó el oficio. «El joyero pasaba los días amargado desde que al abrir la puerta del negocio observaba el panorama de la multitud de haitianos que expedían su mercancía en la misma acera de la joyería.» (…) «En el barrio todo le parecía extraño y desastroso. Sentía que no era el sector donde nació y conoció a Carina.» (…) «La vida nocturna había cambiado. Después de las siete de la noche la población callejera era una calaña infame que hablaba creol».

Pero en la novela “La avalancha” se observa también la convivencia de dominicanos y haitianos; destaca el enredo amoroso de un ingeniero que construye una “torre” (edificio) que al igual que el Mercado Modelo se convierte en causa aparente de la presencia haitiana en el área. «Los haitianos trabajaban y vivían en la torre. El ingeniero le había improvisado un dormitorio hecho de bloc y zinc superpuestos.» (…) «El trabajo en la construcción era como un todo incluido. Se trabajaba y se dormía en el mismo lugar. Se les pagaba y se les daba la comida y dormitorio. Todos estaban circunscritos a ese ámbito con salidas controladas los sábados después del mediodía y los domingos».

Y así, entre los empleados de la oficina de La Constructora encontramos «una haitiana recién llegada que decía haber sido estudiante de arquitectura en su país». Se llama Irena Bienaimeé y es la mujer con quien se involucra el ingeniero dueño de la empresa.

La trama de “La avalancha” es relativamente sencilla: un capitán de nombre Pierrié que vivió los años de su niñez en el sector regresa al lugar a realizar indagatorias en calidad de jefe del Departamento de Crímenes y Delitos de la Policía. Investiga las acciones de la organización criminal La Mano Negra, «cuyo reivindicado inspirador era nada menos que el legendario Honson Baliat».

Del trabajo de Pierrié se desprende el resto de lo que para algunos sería un registro sociológico de primera mano que el mismo Matos Moquete califica de «leyenda negra sobre el Pequeño Haití, pregonada en la Esquina de M’a Guiselle», para luego caer en el juego de asegurar que en esa historia que despierta la curiosidad «nada es inventado, nada es real».

El problema es que aunque el péndulo de "La avalancha" se balancea entre verdad o mentira, la forma como está narrada la novela y el escenario real en el que se desarrolla la trama sugieren una veracidad de documento irrebatible. Pero de eso hablaré en una próxima entrega.
Siga Leyendo...

domingo, 2 de agosto de 2015

R.D. SALE FORTALECIDA IMPASSE CON LA OEA

Por Fernando Rodríguez Céspedes

La República Dominicana, país que ha dado muestras de coraje enfrentándose a potencias mundiales como Francia, España y Estados Unidos por su libertad y soberanía, no podía adoptar una posición distinta a la asumida frente a las imprudentes declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro Lemes, en torno al impasse con Haití.

La firme posición del gobierno, a través de la Cancillería, y la espontánea solidaridad de los distintos sectores de la población, sin distingo de banderías políticas, constituyeron la mayor demostración de la unidad del pueblo ante situaciones que puedan poner en cuestionamiento su derecho a la autodeterminación.

Nuestra actitud ante las expresiones de Almagro sugiriendo que no debían existir dos países en una misma isla, lo llevaron a tratar de cambiar su discurso, pero de nada sirvieron sus excusas ante el enorme movimiento de opinión pública que se originó en el país y en el exterior contra sus malintencionadas declaraciones.

La firme posición del gobierno obligó a la comisión de la OEA a ceñirse a la verdad de los hechos y a desestimar las falsas denuncias de las autoridades haitianas quienes pretendieron tapar sus deficiencias e irresponsabilidad ante su pueblo, acusando al país de racista y de llevar a cabo una deportación masiva contra los ilegales del vecino país.

Desenmascarada la farsa haitiana con el informe de la OEA, la República Dominicana vuelve a crecerse cuando proclama que no ha pedido ni necesita la mediación del organismo para reiniciar el diálogo con Haití y reclama, con todo su derecho, que la vecina nación cambie de actitud para retomar las conversaciones.
Siga Leyendo...

jueves, 30 de julio de 2015

PELA DE LENGUA DE PEDRO MARTÍNEZ A UN TAL COLIN COWHERD


Un tal Colin Cowherd, comentarista de ESPN, ahora en Fox Network, levantó un vendaval de críticas cuando declaró que el beisbol no debe ser "muy complejo" ya que lo juegan muchos dominicanos. Preguntado al respecto el día de su elevación al Salón de la Fama, según The New York Times Pedro Martínez expresó: "lo siento, pero él tiene que llegar a mi nivel para yo contestarle. Yo estoy en el Salón de la Fama".

He aquí el texto de lo dicho por Pedro, según un tuit de Tim Britton, traducido por Isaias Medina.

"Solo va a ser un insulto para quien caiga a ese nivel. No estoy en ese nivel, lo siento. Estoy tratando aquí con gente educada, gente decente, gente que entiende los derechos humanos, que entiende quienes somos. Estas son las personas a las que pongo atención. Esa persona que ni siquiera conozco, de la que nunca he oído hablar... no lo conozco, ni lo quiero conocer.

Quiero conocer a las gentes que representan algo, que significan algo para nosotros, que entienden cómo podemos mejorar. Sí, somos un país del Tercer Mundo; sí, no tenemos los recursos para ser más educados. Pero ¿sabes qué?, de vez en cuando va a surgir uno como yo, que no tiene miedo de enfrentarse a ustedes, para decirles cuan culto o inculto soy, que se siente muy orgulloso de haber llegado a ser lo que soy. No nos vamos a parar y volver probablemente a ser el país del tercer mundo que fuimos hace 30 años. Queremos seguir hacia adelante. Estamos mirando hacia adelante. No queremos mirar hacia abajo, donde él está. Queremos mirar hacia arriba donde están ustedes, los que votan, los séniores que están aquí, los miembros del Salón de la Fama que han elevado los estándares, como lo hizo Roberto Clemente. Quiero colocar la barra más alta para cualquier otro jugador que viene de mi país - y no sólo para ellos, sino para los seres humanos que están llegando. Espero que logremos colocar gente en el gobierno, espero que crezcamos hasta llegar a ser una potencia. El treinta por ciento de los dominicanos en el gobierno, en la industria, en todo - no queremos mirar hacia abajo a las personas que no saben que son probablemente menos educadas que la gente que están tratando de menospreciar. No, nosotros no queremos caer en esa categoría. Estamos aquí - con estatus de Salón de la Fama. Ahí es donde él tiene que llegar. Si él no puede llegar hasta ahí, lo siento; no va a hablar conmigo".

Coge ahí, estupidito...
Siga Leyendo...

miércoles, 29 de julio de 2015

EL JEFE DE LA P.N. NO TIENE RAZÓN, TAMPOCO LA CULPA

Por Fernando Rodríguez Céspedes

Cuando el jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo se queja de que hay sectores que buscan desacreditar a la institución, no tiene razón dada la frecuencia con que miembros de la institución aparecen involucrados en actos delictivos.

Pese a los esfuerzos que hace para cambiar la imagen de la entidad, esta padece un mal de fondo que por mucho que quiera no podrá eliminar sin la voluntad política del gobierno que luce indiferente ante la ola de criminalidad que azota al país y que mantiene a la ciudadanía en jaque.

En lo personal, el mayor general Castro Castillo no es responsable del salario de miseria que devengan los miembros de la policía, situación que no justifica pero que explica el que muchos agentes tengan que "buscársela" para mantener a sus familias, cayendo en tentaciones delincuenciales.

Corresponde también a una instancia superior corregir que la mitad de los miembros del cuerpo del orden en lugar de estar en sus labores, permanezcan fuera de los cuarteles dizque cuidando oficiales retirados, cuando en realidad están en labores particulares tan diversas que incluyen el sicariato.

Otro elemento preocupante es la cantidad de agentes y oficiales dados de baja por mala conducta a quienes no se les da seguimiento y andan por ahí "patrullando" y cometiendo toda clase de fechorías utilizando el entrenamiento militar recibido en las academias de formación policial.

Estos son solo algunos aspectos de un problema que escapa a la voluntad de cualquier jefe policial, por buenas intenciones que tenga, por lo que el mayor general Castro Castillo debe seguir haciendo lo mejor que pueda sin ver en las críticas de la población y los medios, algo personal contra su gestión.
Siga Leyendo...

lunes, 27 de julio de 2015

¿Y QUIÉN VA A OBEDECER?

Por Melvin Mañón

Es necesario entender la importancia de tres palabras: legitimidad, credibilidad y autoridad. Sin ellas nadie puede gobernar porque, para empezar si no tiene autoridad, su palabra, sus órdenes, sus instrucciones no se convierten en realidades y ni los que reciben la orden se lo toman en serio ni quien la imparte está equipado con la voluntad, la decisión, los recursos y los mecanismos para obligar a los demás a cumplir con el mandato. Entonces, quien o quienes imparten órdenes que no son cumplidas carece de autoridad real aunque nominalmente le haya sido conferida.

Cuando las órdenes no son cumplidas ni las instrucciones obedecidas y no pasa nada ni hay consecuencias, la ausencia o pérdida de autoridad se transforma de manera inevitable en una pérdida o carencia de credibilidad. Como nadie respeta mis órdenes ni las hace cumplir carezco de autoridad pero, y por eso mismo, carezco también de credibilidad porque a nadie puedo amenazar con imponerle leyes o castigos y cuando lo hago nadie pierde el sueño porque todos saben que no dispongo de los medios ni la determinación ni el compromiso para implementarlas.

Por vía de consecuencias resulta que esa falta de autoridad, es decir el hecho de que mis órdenes sean irrespetadas, de que mis amenazas carezcan de fuerza para persuadir emanan a su vez de un problema anterior que es la legitimidad; el hecho de que quienes están bajo mis órdenes saben que la autoridad nominal que ostento no es legítima en su origen ni se ha legitimado por la vía de los hechos. El cargo que ostento, el rango al que he sido ascendido, la posición que ocupo son percibidas como producto de una o varias trampas, maniobras, estafas, fraudes y de cualquier manera ilegalidades. Por lo tanto y producto de lo anterior, cuando quiero invocar mi autoridad nominal descubro que no tengo autoridad moral porque cada decisión mía está contaminada por el origen ilegítimo de la autoridad que ostento y porque esa autoridad no ha sido consciente y libremente aceptada por los demás, tanto mis iguales como mis subalternos. Puedo poner los condicionantes al revés o al derecho y el resultado será siempre el mismo. Si la población está acostumbrada, por tradición y cultura a entregar la jefatura al mejor cazador de la tribu o al viejo más sabio, aceptará como jefe a quien, siguiendo los procedimientos establecidos, sea elevado a la posición. Si esos procedimientos son violados y/o si la trampa permite el ascenso a la jefatura de alguien que claramente no tenía los méritos, entonces la legitimidad se pierde desde el principio y si, arriba de eso, el desempeño del nuevo jefe es contrario al interés general, la ilegitimidad da paso a una pérdida de autoridad y credibilidad irrevocables que históricamente preceden a la desobediencia y a la rebelión.

El drama dominicano de hoy es precisamente la caracterización del desorden descomunal, masivo, múltiple y multisectorial que nos aqueja y todo ese desmadre con su secuela de homicidios, abusos, inseguridad, desigualdad y pobreza aunque se ha venido labrando en varios gobiernos, encuentra su consagración última en la gestión de Danilo Medina: El siguiente titular del periódico Listín Diario, a propósito de una posible emergencia nacional lo ilustra mejor que nada ni nadie:

LO ANTES POSIBLE

Medina pide a sus funcionarios un plan de contingencia para enfrentar escasez de agua

EL JEFE DE ESTADO DIO LAS INSTRUCCIONES AL ENCABEZAR UNA REUNIÓN EN EL PALACIO NACIONAL CON TODOS LOS REPRESENTANTES DEL SECTOR.


Y ¿hay alguien, en su sano juicio en la República Dominicana entera que se crea que de ese pedimento, de esas reuniones o de esa decisión pueda salir un plan de contingencia para enfrentar la escasez de agua y que la gente vaya a respetarlo?

El Sr. Danilo Medina, quiérase o no, carece de la legitimidad, la credibilidad y la autoridad moral para implementar y hacer respetar ningún plan de contingencia para enfrentar la escasez de agua y tampoco lo tiene ninguna otra institución oficial porque en este país hay gobierno solamente para recaudar impuestos pero no para proveer los servicios y las garantías a que están obligados por haber cobrado esos impuestos.

Danilo Medina, para conseguir el acatamiento, la aceptación consciente, el sometimiento de la población no tiene la legitimidad, la credibilidad ni la autoridad moral imprescindibles para hacer realidad ninguna de las disposiciones, anuncios, promesas o amenazas que publican los diarios y registran las gacetas. Aquí se vive una ficción de anuncios y publicaciones que sustituyen la realidad en el debate público. El militar o policía de a pie está contratado, cobra un sueldo de miseria y está en la calle pero no hace nada porque su jefe no tiene ante él legitimidad, credibilidad ni autoridad porque no está calificado para el rango o llegó al mismo con trampa o no tiene voluntad ni vocación. El jefe de ese teniente vive lo mismo con el capitán, este con el mayor, el mayor con el coronel y todos los coroneles con los generales y esos mismos generales con los ministros y todos los ministros con el Presidente.

La RD es un país en desorden total. Ni siquiera las funciones mas rutinarias como el tránsito vehicular pueden desenvolverse con un mínimo de disciplina. Yo quiero que me digan, en presencia de una grave escasez de agua o en medio de alguna otra emergencia como las que suelen desatar terremotos y huracanes, ¿quién a nivel de calle tiene autoridad, credibilidad y legitimidad para imponer orden? Nadie. El desorden dominicano está vinculado y depende en los hechos de la fragmentación de la autoridad, la legitimidad y la credibilidad de manera que, por ejemplo, algunas personas, grupos o instituciones disfrutan de credibilidad y legitimidad pero solamente dentro de sus respectivas área de influencia sea barrial o confesional pero ninguna posee autoridad.

Otros, encomendados con la autoridad no pueden ejercerla por falta de autoridad moral y legitimidad. El narco por ejemplo, tiene autoridad y la ejerce pero confinada en exclusiva a la salvaguardia de sus intereses inmediatos. En ese contexto han de verse los partidos políticos, los empresarios y sus asociaciones, las iglesias, los gremios, las pequeñas organizaciones comunitarias, por supuesto el propio gobierno y los sectores que en medio de tantas carencias agitan el odio racial sin percatarse de las consecuencias a corto plazo de todo este desorden.

Los brutos se llevan a la escuela y aunque no aprendan nada se les enseña a obedecer.

Los imprudentes son peores que los brutos y no hay como detenerlos.
Siga Leyendo...