Por Aviva Rutkin
New Scientist
El hombre del futuro no sabrá si los pensamientos son suyos o se los generó alguien o algo.
¿Qué problemas y temores tendremos dentro de 25 años sobre el modo en que interactuaremos con las computadoras?
La revista New Scientist analizó el tema según las predicciones de los principales investigadores en el área y, si tienen razón, vamos a estar discutiendo, preocupándonos y debatiéndolo todo, desde la cirugía extrema hasta las implicaciones de la publicidad en implantes cerebrales.
Los chips cerebrales harán que no distingamos del todo cuáles son nuestros propios pensamientos o meras ideas implantadas por los anunciantes. Los vehículos que se manejan solos relegarán a los conductores humanos tradicionales, que sólo podrán estar al volante en parques especiales de recreación. Y el número óptimo de dedos en nuestras manos será 12.5.
¿Confundido? Esta es una visión sobre cómo será el mundo en 25 años según investigadores especializados en tecnologías de interacción humano-computadora (CHI).
Humanos y computadoras
Normalmente, CHI significa investigar formas de interacción entre humanos y los dispositivos electrónicos. Pero en una conferencia celebrada recientemente en Toronto, Canadá, fueron más allá.
Crearon el programa de una conferencia imaginaria celebrada en el año 2039, donde se predicen los retos que enfrentaremos con las computadoras del futuro, muchas de las cuales serán implantadas.
"Se supone que es una especie de parámetro en la investigación de la interacción humano-computadora, lo que realmente es aterrador o provocativo", dice Eric Baumer, de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York.
"Hay una gran cantidad de pensamientos retrospectivos sobre el pasado, pero no se ha pensado mucho acerca de lo que es el futuro hacia el cual creemos que estamos trabajando".
New Scientist utilizó el resumen de esta hipotética conferencia para crear una lista de preguntas que, en el año 2039, podrían hacerse nuestros descendientes cyborg.
¿Es raro cuando mis órganos hablan entre sí?
En un resumen titulado "Mi hígado y mi riñón compararon notas", el investigador Michael Muller de IBM, con sede en Cambridge, Massachusetts, observa lo que pasa cuando los monitores implantados en los órganos internos de las personas, una red que él llama Arterionet, son capaces de compartir datos y acumular conocimientos para ofrecer consejos vinculados a la salud.
Su conclusión: "Aunque la mayoría de los usuarios se mostraron escépticos, muchos proponen características adicionales que podrían llevar a una mayor aceptación y cumplimiento de dichas recomendaciones".
Cabe pensar en cómo la gente podría lidiar con los consejos de salud de los monitores de órganos.
La tecnología portátil que registra actividad o estadísticas de salud ha ido ganando en popularidad desde que a principios de año investigadores implantaron tiras de silicona que generan energía en los corazones, pulmones y diafragmas de vacas, cerdos y ovejas vivas.
Muller dice que el mayor reto de la creación de Arterionet será averiguar cómo insertar una inteligencia artificial en un contenedor lo suficientemente pequeño y seguro.
¿Por qué las plantas necesitan su propio Facebook?
Para entender esta cuestión, necesita saber de Plantastic, una creación de Bill Tomlinson, y de sus colegas, en la Universidad de California en Irvine.
En su resumen, razonan que para que nuestro suministro de alimentos sea más sostenible, puede resultar lógico sembrar más frutas y verduras cerca de nuestra casa. Pero ciertos cultivos prosperan cuando son plantados en grandes cantidades o junto a alguna otra planta, lo cual no siempre es posible para el agricultor promedio.
La plataforma Plantastic le recomendará qué plantas funcionan mejor en su área y le dirá qué están sembrando en su vecindario.
Nanochips en las plantas enviarán los datos de nuevo al sitio. Esta información a su vez se podría utilizar para saber qué crece mejor en cierto tipo de ambiente.
El equipo de Tomlinson creó un estudio de ficción que observó diez huertos durante dos estaciones de crecimiento. El estudio sugiere que el uso de Plantastic aumentará el rendimiento de un 4% a un 12%.
Juliet Norton, estudiante graduada de Tomlinson, está trabajando en una versión inicial de como se vería el sistema en línea.
Los vehículos autónomos han hecho que conducir sea muy aburrido, ¿Qué debo hacer?
Andreas Riener del Institute for Pervasive Computing en Linz, Austria, escribió una presentación que arranca con una visión audaz del futuro: "El primer vehículo sin conductor cruzó nuestras carreteras en 2019. Ahora, 20 años después, es el momento de revisar cómo esta innovación ha cambiado nuestro comportamiento con respecto a la movilidad”.
Esta visión se basa en una tendencia real. Los automóviles sin conductor han sido objeto de titulares desde hace varios años. Es legal conducirlos en el estado de Nevada, y el automóvil sin conductor de Google ya acumula cientos de miles de kilómetros de práctica.
La contribución de Reiner es explorar cómo esto nos va a cambiar. Él predice que una vez que los robots puedan conducir en cualquier lugar, muchos de nosotros vamos a perder por completo el interés en manejar.
Muy pocos tendremos vehículos propios. Quienes lo tengan no perderán tanto tiempo equipándolos o manejándolos sólo por diversión. Las personas que todavía aman a los automóviles tendrán que hacerlo en "parques de recreación" especiales, donde puedan conducir de forma manual en un ambiente artificial.
"Si los vehículos del futuro son sólo un medio para llegar de A a B, esta cultura del automóvil podría perderse", dice.
¿Acabo de pensar en esa idea o un anunciante me la implantó?
Varios colaboradores de CHI 2039 imaginan un futuro de implantes cerebrales.
Estudian si serán dispositivos que capturen las percepciones de cada uno de nuestros sentidos o si leerán directamente la información transmitida or nuestras neuronas.
Los científicos no se preguntan si los implantes serán una realidad sino cuándo lo serán, lo que podría generar oportunidades pero también retos.
Shachar Maidenbaum de la Hebrew University of Jerusalem, Israel, imagina dispositivos que registrarán nuestras experiencias del día a día y luego nos permitirán compartir nuestros recuerdos con otros, revolucionando tribunales, aulas y nuestras interacciones sociales.
Por su parte, Daniel Gruen de IBM Research, contempla dispositivos que podrían estimular la memoria cuando se nos olvida algo, lo que podría tener algunas consecuencias escalofriantes.
"Imagínese que en un futuro contamos con sistemas que nos ayuden con la memoria", dice. "¿En qué momento usted comenzará a preguntarse, 'Un momento, tuve una idea. ¿Será realmente mía o es que la idea viene de otro lugar?'".
¿Cuál es el número de dedos ideal?
¿Alguna vez ha tenido que esforzarse para deslizarse a través de la pantalla de su iPhone? Ese ya no será un problema cuando nos implanten un pulgar adicional en la mano.
Ese es el punto de partida de un estudio ficticio en el que 124 personas optaron por implantarse dedos biónicos en sus manos, hasta un promedio de 13.4.
Johannes Schöning, científico informático en la Universidad de Hasselt en Bélgica y sus colegas, incluso tienen una conclusión interesante: "12.5 es el numero óptimo de dedos en la mano, con seis dedos de tamaño normal en cada mano y la mano dominante con un dedo extra, mediano, que puede moverse libremente a 6 grados".
Es algo interesante, pero incluso Schöning admite que 25 años podría no ser suficientes para que esto suceda.
Originalmente, este artículo fue publicado por la revista New Scientistscience y la revista de tecnología. Para mayor información, visite a New Scientist.
Tomado de BBC Mundo
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