viernes, 27 de junio de 2014

EL PAPA, LA MAFIA CALABRESA Y EL EXNUNCIO WESOLOWSKI

Por Margarita Cordero
7dias.com.do

El pasado día 21, el papa Francisco pronunció un rotundo anatema contra la mafia de Calabria, Italia: “La ‘Ndrangheta es la adoración del mal y el desprecio del bien común. Es un mal que hay que combatir y alejar. Los mafiosos no están en comunión con Dios. Están excomulgados”.

El motivo de esta excomunión bien la merece. El pasado enero, la mafia calabresa asesinó, junto a su abuelo materno, a Cocó Campolongo, hermosa e inocente criatura de tres años de edad. Una vida que apenas germinaba fue tronchada por las balas implacables de la ‘Ndrangheta, que cobraba así una deuda por droga.

El crimen conmocionó a Italia. Imposible que la sensibilidad de Francisco cerrara los ojos frente a esta expresión de la bestialidad del mal. En un gesto inusual en el papado católico, visitó en la cárcel al padre y a las dos abuelas del niño y, buscando hacerles menos dolorosa la herida, les confió que ha rezado y reza mucho “por Cocó y por todos los niños víctimas de este sufrimiento”.

Y sin embargo el exnuncio en la República Dominicana, Jozef Wesolowski, se pasea tranquilo, libre, despreocupado, por las calles de Roma y casi con toda seguridad del Vaticano.

Como los que dispararon contra Cocó Campolongo, Wesolowski es también un asesino que ha provocado a sus víctimas infantiles enormes e insuperables sufrimientos cuando abusó sexualmente de ellas. Cuando prevalido en su poder impune convirtió en ventaja para él el hándicap de la miseria de ellos.

Como los mafiosos calabreses, Wesolowski es un adorador del mal y desprecia el bien común. Uno que debemos combatir y alejar. Uno que no está en comunión con su Dios, que es el mismo de Francisco.

No pedimos que Francisco excomulgue a Wesolowski. Pedimos que lo juzgue por sus crímenes, porque gracias a los privilegios medievales de que goza la Iglesia Católica en su relación con el Estado dominicano, no pueden hacerlo los tribunales dominicanos.

Pedimos que Francisco nos quite de encima el peso de saber que este pederasta canalla se burla de sus víctimas y de la sociedad dominicana, ya suficientemente ofendida por la complicidad con él y su desvergüenza de la jerarquía católica local.

Pedimos a Francisco que demuestre que en su corazón arde la llama de la justicia y la solidaridad con las víctimas.

Le pedimos que sea creíble.

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