lunes, 21 de marzo de 2011

EL CINISMO DE LA CORRUPCIÓN

Por Olaya Dotel*

La aprobación de manera ilegal, de la ley orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura es la culminación de una escalada de corrupción en la que han incurrido las autoridades gubernamentales, la cual deja sin seguridad jurídica al país y coloca en situación de ilegalidad al presente gobierno.

Exhibiendo la seguridad y tablas de actores consumados, congresistas justifican sus acciones, intentando dejar la idea de que lo que existe es un problema de interpretación, mientras con sus acciones terminan de llevarse consigo, no sólo los recursos públicos, sino también la poca legalidad que le quedaba a la sociedad dominicana.

Desde el nefasto precedente de la Sun Land, pasando el resto de actos de corrupción protagonizados por importantes funcionarios públicos pasados y actuales, que han quedado impunes, construyeron el contexto que envalentonó a la Presidencia y sus congresistas para violar nuevamente la Constitución.

La infravaloración de la corrupción pública, sin duda ha permitido que quienes roban los recursos públicos que deberían estar garantizándole a la población servicios públicos de calidad, lo hagan con total impunidad, no sólo por el encubrimiento que sistemáticamente ha dado la dirección política del país, sino también por la tolerancia de la sociedad.

Gánsteres del manejo de la cosa pública son tratados con respeto por la sociedad dominicana, mientras que ladronzuelos de los barrios son vilmente asesinados por la policía nacional o linchados por los propios pobladores. Lo cierto es que las acciones de quienes hoy manchan con su presencia el Congreso Nacional, son las que hoy impiden que los dominicanos y dominicanas tengamos una mejor vida.

Son los que se llevan entre sus uñas los recursos que garantizarían invertir el 4% del PIB en educación, así como poner en marcha el régimen contributivo subsidiado y el resto de los componentes del sistema de seguridad social.

Y es que no hay ninguna diferencia en apropiarse de los recursos públicos y violar la Constitución. Por eso hoy el Congreso ha dado más que razones para perder la legitimidad que le quedaba y lo que emane de él podrá ser cuestionado en todo sentido, ya que con sus actos se terminó de desvestir la institucionalidad dominicana…ya no le queda nada. http://www.7dias.com.do

*La autora es Politóloga. Maestría en Ciencias Sociales, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, Buenos Aires, Argentina. Investigadora especialista en políticas sociales.

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