jueves, 23 de mayo de 2013

FOGARATÉ

UN BUEN CONSEJO
Por Ramón Colombo


Tras presenciar su destemplada reacción ante la sentencia de Eunice Minaya Pérez, y sus actuaciones públicas de años, convengo con Virtudes Álvarez en lo que copio: “Si venimos al mundo con el mandato divino de ser felices, el ciudadano Nicolás de Jesús López Rodríguez está a tiempo de serlo. ¡Tiene derecho! En el otoño de su vida, puede vivir su primavera. Debería plantearse lo que su rol en la iglesia no le ha permitido: ser un activista político. También desde el compromiso partidario se puede hacer profesión de fe. A Dios se le sirve desde cualquier tribuna. Piénselo, Monseñor”.

NOTA DEL EDITOR: ¡Qué va, es mejor coger los mangos bajitos...!

Es bueno vociferar y refunfuñar cuando lo que dices son solo palabritas que se dicen y ya...

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