BARACK OBAMA Y DANILO MEDINA
Por Melvin Mañon
fines.org.do
Obama no hizo nada contra Bush, no lo denunció ni persiguió como media humanidad esperaba y, en la parte económica, continuó, básicamente, con el mismo equipo de su predecesor y las mismas políticas que este hubiera emprendido de haber permanecido en el cargo: rescate de las grandes corporaciones en quiebra y salvamento de los banqueros que habían sido los causantes de la crisis.
En un artículo recién publicado, Fernando Alvarez Bogaert, en el último párrafo, dirigiéndose a Danilo Medina y refiriéndose a la gravedad de la crisis económica y moral que vivimos dice lo siguiente: “Señor Presidente, la carga que usted encontró no le pertenece, déjela a un lado, pues si no lo hace en seis meses ella será suya y todos seremos perdedores. Actúe con vigor, con equidad y con sentido de propósito, que la nación así lo pide, ya que el tiempo apremia“.
Exactamente el mismo mensaje le fue enviado a Barack Obama tras asumir la presidencia de Estados Unidos en enero del 2009. Obama no era el causante de la desastrosa e ilegal guerra lanzada contra Iraq ni tampoco de la vendetta afgana ni mucho menos de la crisis económica que estremecía al mundo enriqueciendo desmedidamente a los ricos y empobreciendo desmedidamente a los pobres.
Obama no hizo nada contra Bush, no lo denunció ni persiguió como media humanidad esperaba y, en la parte económica, continuó, básicamente, con el mismo equipo de su predecesor y las mismas políticas que este hubiera emprendido de haber permanecido en el cargo: rescate de las grandes corporaciones en quiebra y salvamento de los banqueros que habían sido los causantes de la crisis.
Al cabo de algunos meses Obama era ya el heredero formal de ambas crisis; a la vuelta de un par de años compartía la culpabilidad y tras la terminación del tercer año, ya Bush había prácticamente desaparecido del escenario y quedó, toda la culpabilidad de las dos crisis, a Obama.
Los historiadores, periodistas y analistas más respetados estuvieron conscientes, pero no de acuerdo, con las decisiones de Obama o quizás, sería más propio decir, con su falta de decisiones y uno de ellos, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo ahora, indicó que el coraje, la decisión, la voluntad y la valentía personal no tenían sustituto en la gestión de ningún presidente.
El brutal parecido de este antecedente con la situación y los antecedentes de Danilo Medina y la creencia que al respecto he tenido de ello, inhibió cualquier posibilidad de que le hubiera dado mi voto. A quienes esperaban muchas cosas les dije que se estaban acogiendo a una especulación psicológica no porque no fuera Danilo un hombre decente, sino porque no le veía el machete al cinto para cortar malezas. Sin embargo, esto ahora, no es de gran importancia ya. La cuestión es la siguiente:
Para sobrevivir, Danilo necesita una reforma fiscal extremadamente penosa y nosotros debemos pagarla. Pero, al igual que en el caso de Bush, ¿por qué debemos pagar nosotros los platos rotos y no quienes los rompieron? Se robaron miles de millones de dólares. No de pesos, no, de dólares. Ahora hay que pagarlos y Danilo quiere que los pague yo. ¿Por qué? Porque no se atreve a cobrárselos a Leonel y su mafia; porque yo soy débil y no puedo obligarlo a cobrárselo a ellos o porque al final, él mismo se resigna como ante el fraude electoral perpetrado por el poder para llevarlo a la presidencia.
No importan las especulaciones psicológicas ni tampoco las “buenas intenciones“de Danilo Medina. No espero que levante la mano contra Leonel pero si lo hace tendrá el apoyo de más gente de las que voluntariamente votaron por él en mayo. Si no lo hace, nunca escalará la posición de presidente por la que tanto afanó. Su ejemplo personal de mesura y austeridad no basta porque una administración corrupta hasta la médula, no la arregla nadie sin sanciones duras y ninguna sanción que no empiece por la cúpula es creíble.
No espero que persiga a Leonel como debe sino que, como Obama, se consuele en la sabiduría de que, a pesar de haber traicionado a quienes votaron por él en el 2008, Obama casi tiene asegurada su reelección. No importa que Romney sea un verdadero imbécil, el hecho es que puedes traicionar tu electorado y aun así salir reelecto, no en 2016 que legalmente no puede Danilo, pero si más adelante, si el tiempo alcanza y la memoria, como la vergüenza, se diluye y se escurre por las cloacas.
Ahora, en esta época, lo que cuenta es el éxito. Medido por esa vara, Obama queda bien parado y la misma esperanza es válida para Medina solamente que, al final del camino, podemos distinguir entre…. ¿Qué importa lo que podamos distinguir?
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