ENTRE USTED Y YO

EN EL IMPERIO DEL ABSURDO: UN DIABLO DE CARDENAL
Por Rafael Calderón

NEW YORK. ¿Qué le parece? Yo aquí… pensando que en mi querido batey no es cierto eso de que “lo que es igual para todos no es ventaja para ninguno”, donde es ley taxativa que todos trabajen para uno, pues establecido está -atarugado y pegado con cola de cacamite, cual mueble antiguo- el imperio de lo absurdo.

¡Sopla! Tan absurdo es el imperio dominicano que como cardenal de la iglesia católica tenemos a un diablo de hombre, un diablo a caballo o cualquier otro diablo que a Usted se le ocurra, menos el Tun Tun que menciona Cuní, porque es “in-bailable” Nicolás, con todo y que este nombre es mencionado por Ismael Miranda en una salsa que obliga a tirar los pies al más lerdo.

Dígame Usted: ¿no sería ventaja para todos si se le dieran al pueblo los 100 días de gracia que todos los poderosos de la República Dominicana están pidiendo para Danilo Medina, por ser éste el nuevo presidente nominal de un gobierno viejo?

A mí me parece que lo justo sería que el respiro se le dé al pueblo, vapuleado hasta lo indecible en los últimos ocho años con cinco reformas fiscales. Danilo debió decretar 100 días de gracia, con cero aumentos de los precios de los combustibles, de los alimentos, de la electricidad, etc., y, además, empezar a repartir las riquezas creadas por Leonel Fernández de las que tanto habló en su campaña presidencial. Con eso hubiesen gozado, además de los peledeístas, los dos tercios de los dominicanos que no son de su partido.

Pero, ¡adonde tela si no hay araña!, de lo que habla él y su gente es de discutir ya una nueva reforma fiscal. Los discursos del progreso y el crecimiento económico de los últimos ocho años desde el recién pasado 16 de agosto para acá se fueron “p’al carajo”.

Gente como Roberto Rodríguez de Marchena, el vocero principal del gobierno, nos habla hoy de que Danilo se encontró “con graves problemas nacionales”, algo que dejó caer citando razones por las cuales el mandatario se ha tardado en ordenar la colocación de su foto en todas las oficinas públicas del país, consulados y embajadas, y el acarreo de la silla presidencial adonde quiera que él se dirige, desmintiendo la aviesa información de que Danilo abandonaría esas prácticas trujillistas. Se me ocurre que si Medina trae su silla cuando visite a la ONU haría algo que nunca se ha hecho.

Y… ¿qué decir del diablón del cardenal? En lugar de reprender a Danilo por mentir en la campaña, a quien le marcha es al pueblo, advirtiéndole que Medina hará lo que pueda porque “no es un mago” y que está iniciando un gobierno cuya situación “no es fácil”, por lo que tiene que buscar el dinero “donde sea”… menos en las arcas de su residencia catedralicia, asumo. Bárbaro -aunque no del ritmo como Benny- del pueblo estás abusando, Nicolás. “♪Te estás aprovechando, Nicolás, re-mi-do-si-la-fa♪”.

Excúseme, tengo que dejar esto ¡ya!, ahora. Desde que mencioné a Cuní e Ismael en el segundo párrafo es son y salsa lo que tengo entre ceja y ceja. No arranqué de inmediato a armonizar unos pasitos con Amarilys porque ella no está aquí.

Eso sí, voy a encender la vitrola, “el picó”, el tocadiscos, la radiola, la consola, el componente, los tengo todos con un simple clic en la computadora, donde readquirí los quebradizos discos de 78 rpm, los irrompibles de 45 y los LP de 33 que llegaron después; las cintas y los cassettes, en fin, toda la música que escuché y bailé desde chiquito.

Hummm hasta me estoy recordando de la fórmula perfecta que saboreábamos los jacarandosos de la calle Espaillat: 1x1 + 2 cubos de hielo, la cual consistía en mezclar (en un vaso enano) partes iguales de whisky y soda amarga o de ron y cola, con su chapita de limón en este último caso. Lo siguiente era decir: !Salud!, y a reír por pila.

Bueno, aún sin el vaso, es válido decir ¡salud!, y desear salud al pueblo marginado, pues la necesita para aguantar de pie la nueva andanada.

Por hoy me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.