domingo, 14 de diciembre de 2014

TESTIMONIO DE LO VIVIDO EN LA TIRADENTES

Por Raúl Pérez Peña (Bacho)
lasmanaclas@gmail.com


Testigo “in situ” de los hechos registrados el 5 de noviembre

Lo siguiente es el testimonio del autor sobre los acontecimientos del 5 de noviembre en la Av. Tiradentes.

Esta relación de hechos es reforzada por cuantos estuvieron en dicha calle, esquina Gustavo Mejía Ricart.

Entre otros estaban: Crystabell Finke, Lissette Gil, Orlando Menicucci, Lisette Herrera Bisonó, Vielka Arias, Manolo Vidal, Ricardo Ripoll, Rodolfo Gil Malagón, Pedro Mena, Norca Amésquita, Fifi Landestoy, María José García, Dámaso Adames, Lourdes Desangles y Alejandro Nanita.

La violencia escenificada la protagonizaron centenares de activistas identificados con camisas, gorras y otros atuendos morados, con la sigla PLD, expresando consignas en favor de Leonel Fernández y sus aspiraciones presidenciales.

Mientras el “disco light” arengaba en alto volumen sobre las condiciones políticas de Leonel Fernández, un tropel humano se movilizaba de un lado de la Tiradentes, colindante con el edificio del hotel.

La prensa había informado una entrevista a Leonel Fernández por un periodista mexicano.

Nuestra vivencia personal es que hubo un plan operativo, bajo un montaje animado con sonido en alto volumen. Decenas de individuos con equipos de radiofonía se comunicaban con un obvio centro de coordinación.

Otros que aparentaban ser cuadros políticos se desplazaban sigilosos dentro del tumulto.

Décadas atrás pude testimoniar experiencias similares de violencia callejera, del formato de paleros, en El Conde y vías aledañas, bajo la dirección de Antonio Jiménez, “Balá”. Ninguno de los precedentes supera los hechos del 5 de noviembre en que las turbas y cuadrillas amenazaban con gestos e insultos a hombres y mujeres que pudieran ser testigos presenciales de su violencia.

Dentro y fuera de una franquicia de comida rápida.

Cuando transitaba por la acera de una franquicia de comida rápida, adentro había un grupo del cual salió Orlando Menicucci paran invitarme a observar los acontecimientos.

Entré y luego de unos minutos salimos a ver el acontecer. Entre otros, salieron Dilcia Rodríguez, Jocelyn Castillo, Vielka Arias, Dámaso Adames y Crystabell Finke.

Varios paleros despojaron de banderas a cuantos las portaran actuando con violencia e insultos. Halaban a las mujeres tratando de quitarles sus carteras. Rompieron los afiches localizados.

Afirma Crystabell Finke que “las mujeres fueron amenazadas de muerte, particularmente Vielka Arias, a quien un hombre que parecía jefe de seguridad le decía de manera decidida, mientras la miraba a los ojos ‘Vallanse de aquí. Yo te doy un tiro ahora mismo y no me pasa nada”.

El relato precisa que “a Dámaso Adames lo agarraron dos hombres al mismo tiempo insultándolo y midiéndolo para darle”.

A Crystabell la atropellaron. Fue víctima de dos hombres que la empujaron violentamente y la zarandearon de un lado a otro.

El más grave abuso de fuerza fue contra Lissette Herrera Bisonó, la joven vestida de negro que estaba a mi lado (RPP). Ambos estábamos sobre la estructura de concreto (macetero) con una pequeña verja superior.

Lissette Herrera reaccionó a la agresión con estoica dignidad.

Estaba muy próxima Crystabell Finke, quien precisa que a Lissette Herrera “la despojaron de su bandera, pero ella de inmediato respondió mostrando hacia abajo el dedo pulgar de cada mano, señalando la derrota de sus agresores”

Dice Crystabell que Lissette Herrera “fue varias veces empujada y halada por la ropa hasta bajarla. Acto seguido una mujer le haló los cabellos, llevándola de un lado a otro, y un hombre le dio una patada”.

La joven Finke fue testigo visual “cuando un reportero de pelo castaño y camiseta azul marina era perseguido por la turba que lo tiraba al piso y le pegaban patadas, mientras le quitaban su cámara”.

Otras agresiones fueron contra Manolo Vidal y Ricardo Ripoll quien logró insertarse al lado de la prensa frente al hotel. “Uno de los paleros con pistola en la cintura le dijo: Tira una foto. Tírala para que tu veas”.

Norca Amesquita, Fifi Landestoy y María José García notaron que “los paleros las miraban hostilmente. Fueron advertidas de que habían mujeres para pegarles si no se iban. Como no hicieron caso, fueron rodeadas por 2 hombres que las miraban amenazantes y les dijeron: “eto no eh nueva yol. Yo te pico aquí mismo”. Fifi intentó sacar su celular y uno de ellos, “se lo tiró al piso” de un manotazo.

Crystabell describe así a los paleros: “actuaban como locos o poseídos o quizás bajo el efecto de alguna sustancia por las actitudes, agresividad y poco contacto con la realidad o con sus sentimientos. Como si este espectáculo fuera poco, la Policía no intervenía. Y cuando lo hacía era para llevarse a los agredidos”.

El final del testimonio de Crystabell Finke dice:

“Estaba sucediendo la agresión a Lissette Herrera justo frente a Wendy’s (Tiradentes) cuando Raúl Pérez, alias Bacho, fue rodeado por dos hombres encontrándose encima de la jardinera con cierta elevación, cercada en cemento con hierros punzantes. Se acercaron otros dos tipos agarrando a Bacho por brazos y piernas, hasta caer a la acera desde una altura de más de 3 pies, escapando por milímetros de quedar incrustado en dicha verja; de inmediato fue rodeado por un grupo de personas que empezaron a golpearlo”.

Conclusiones:

1) No hay manera de que la fuerza bruta pueda amilanar los principios y la dignidad.

2) La confesión de un palero de que el plan era impedir los incidentes de Nueva York, revelan la intención de un “jefe” que se atreve a trazar límites de la libertad de prensa si su imagen corre riesgo.

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