Valeria Perasso
Entre jonrones, bateos, ponchadas… y política. Así trascurrirá el Juego de las Estrellas del béisbol estadounidense, organizado en Arizona y convertido en terreno para la protesta por las leyes anti-inmigración que rigen en el estado.
Un grupo de organizaciones por los derechos civiles ha llamado a manifestarse en contra del evento, que reunirá en la capital estatal, Phoenix, a los mejores jugadores de Grandes Ligas del año, entre ellos una veintena de latinos.
Los activistas pro-inmigrantes piden sumar esfuerzos contra la SB1070, la llamada Ley de Arizona, que entró parcialmente en vigor en abril de 2010 aunque algunas de sus cláusulas permanecen congeladas por decisión de un tribunal federal.
La norma criminaliza a los indocumentados y permite a la policía local interrogar a quien no pueda proporcionar identificación válida, bajo la figura de la "sospecha razonable" de ser un indocumentado.
Así, el partido del 12 de julio en el estadio Chase Field servirá de escenario para denunciar lo que consideran una "situación constante de discriminación" hacia los dos millones de latinos que viven en territorio de Arizona.
"Queremos utilizar la visita de miles de personas que vendrán al juego para mandar un mensaje fuerte a la nación, para que aquellos estados que están evaluando aprobar leyes como la SB1070 no lo hagan y se fijen en lo que ha causado en nuestro estado: un impacto económico altísimo, separación de familias y un estereotipo de Arizona como estado racista", le dijo a BBC Mundo Luis Ávila, de la coalición Somos América.
Estadio blanco
Esta asociación, que reúne a 25 grupos defensores de los migrantes, ha sido la abanderada de la protesta.
¿Qué se proponen? Vestir de blanco el estadio, con listones sobre las solapas de los espectadores y banderas con leyendas sobre las gradas, y entregar literatura informativa a los visitantes.
La idea original de los activistas era la de boicotear el juego. Pero un intento similar en 2010, en ocasión del mismo evento deportivo, no rindió frutos, pese a los reiterados pedidos al comisionado de las Grandes Ligas, Bud Selig, para mover la sede a otro estado.
"Decidimos que podíamos boicotear un partido que desafortunadamente ya vendió todos los boletos (40.000) o podíamos aprovecharlo para hacer saber al mundo el hostigamiento que sufren aquí los inmigrantes todos los días", apuntó el representante de Somos América.
Otras voces han sumado su pedido, como el fiscal de San Francisco, Dennis Herrera, o el legislador de Arizona Robert Meléndez, enviando cartas a la organización mayor del béisbol (MLB, en inglés) para que revise su decisión, al considerar que la ley que está en vigor amenaza a los latinos "incluyendo a jugadores y sus fanáticos".
Latinos hacen carreras
A pocos días del juego, la mirada está puesta en los jugadores: de los 64 que tomarán parte, 21 son latinos (seis de ellos, nacidos en EE.UU. de familias hispanas).
República Dominicana lleva la delantera, con 9, seguida de Venezuela y Cuba, con 3 cada uno.
Sin embargo, no han querido comentar todavía sobre la mezcla explosiva de deporte y política que tienen frente a sí, según dijeron a BBC Mundo en la Asociación de Jugadores de Béisbol estadounidense.
"Ninguno de nuestros jugadores latinos parece muy interesado en discutir temas de migración en esta instancia", confirmó a BBC Mundo Ray García, portavoz de los Medias Blancas de Chicago.
Muchos de ellos, se espera, harán una proclama pública a favor de los indocumentados a su llegada Phoenix, este fin de semana.
Adrián González, mexicano de los Medias Rojas de Boston, condenó la SB1070 cuando fue sancionada, a la que calificó de "discriminatoria", y llamó a que se boicoteara los campos de entrenamiento o los juegos de pretemporada que se hicieran en Arizona.
Otros -como el dominicano Albert Pujols, de los Cardenales de San Luis, el pitcher Yovani Gallardo de los Cerveceros de Milwaukee o el lanzador de los Cachorros de Chicago, el mexicano-estadounidense Rodrigo López- se sumaron a la "resistencia latina".
"Me siento decepcionado, porque Arizona ha sido mi casa y ahora podrán detener a una persona por el simple hecho de parecer latina", señaló López, quien en el pasado jugó allí para los Cascabeles.
Voz experimentada
Con cerca de 30% de jugadores extranjeros en las grandes ligas, el béisbol parece ser territorio apropiado para poner en escena reclamos por las leyes anti-inmigrantes.
Pero, a la vez, para cualquier beisbolista latino llegar a un Juego de Estrellas es un honor deportivo, con lo cual muchos columnistas han opinado, frente a los intentos de boicot y protesta, que es injusto pedirles que mezclen su carrera con la política.
El venezolano Bobby Abreu sabe del tema: pelotero de las grandes ligas alineado hoy en los Ángeles de Anaheim, participó dos veces en el Juego de las Estrellas y hasta fijó un récord en el derby de jonrones en 2005.
"El juego es una experiencia única. Tienes la experiencia de jugar con los compañeros que sueles jugar en contra y nunca puedes conocerlos. Segundo, es bonito tener la reacción del público cuando eres nominado al Juego de las Estrellas porque son los mejores de ese año", relata Abreu, en entrevista con BBC Mundo.
Para el beisbolista, su disciplina permite que los jugadores hispanos "representen su bandera en alto pero también representen a un conjunto más grande, de puros latinos".
¿Es justo entonces pedirles que se asocien a la causa política?
"Yo creo que tenemos que apoyarnos los latinos entre sí, los latinos están allí afuera (del campo de juego) y nos brindan el aplauso. Nosotros tenemos que ser recíprocos y apoyarlos a ellos en una causa mucho mayor, que tiene que ver con su vida", señala.
BBC Mundo, Los Angeles
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