martes, 27 de noviembre de 2012

PANCARTA

CARTA A LEONEL EN UN NOVIEMBRE OSCURO
Por Raúl Pérez Peña (Bacho)


Distinguido señor:

Sin duda que usted ha vivido un noviembre oscuro, insospechado para un predestinado que soñaba con un Nobel de la Paz, una ONU, o por lo menos una maltrecha OEA.

El salto hacia atrás es tal que lo vemos en un peregrinaje crítico, al caballo, apelando a que le paguen favores y pensiones, desde el “bunker” Funglode.

Durante doce años de ejercicio presidencial fue obvio su temor a dilucidar, con interlocutores respetables, los problemas del país. Usted prefería almuerzos “premier-gourmet” de finas exquisiteces y las bebidas más caras del mundo. Siempre a la carta de la “cooptación”.

El dinero público que usted gastó en giras internacionales estableció marcas en montos derrochados para un gobernante en funciones.

Dicen que tras una drástica reducción, su equipo de comunicadores bajó a poco más de 700, cuya élite asesora olfateó tiempos difíciles, por lo que recomendó denunciar “una trama”.

Fue la trama “del juicio”, la cual se volvió un bumerán: arma cuyo disparo regresa a su punto de origen, y hace blanco en quien la manipula.

Por el impacto inicial, usted se convirtió en el mejor promotor del enjuiciamiento a su gestión y conducta. La “percepción” de un sicólogo fue que hubo un desequilibrio de nervios, precipitado desde que citaron a Funglode como eventual “cuerpo del delito”.
Una vez se “contextualizó” el fenómeno, se alborotaron legisladores y funcionarios. Es que en esas esferas abunda el cuerpo del delito, trajeado, calzado, con corbata y tarjeta de crédito ilimitada, pagada por el contribuyente.

El influjo de los nervios provocó un discurso que de inmediato fue refutado desde disímiles latitudes, desmentido en números por un subalterno cuya lealtad hizo agua sorpresivamente, parece que para curarse en salud.

El descuadre en el monto del déficit avalado por el FMI pasa de 200 mil millones de pesos cifra alarmante que no ha sido desmentida. Tampoco ha sido desmentido el multimillonario diferendo entre lo supuestamente entregado y lo recibido por el Banco Central, algo de urgente aclaración, sin demora ni desvío de la atención pública, otra peregrina aventura. “Esto no es un chiste” diría Carlos Sánchez.

El célebre discurso que usted nunca debió pronunciar adolece de violaciones a tantas leyes que lo incriminan peligrosamente.

Ahora que se enfrenta la violencia contra las mujeres, no sobra agregar la violencia contra las leyes. O el irrespeto al ordenamiento legal establecido, en el que se involucran las cúpulas oficiales.

Con devastadores daños sociales, aquí opera la violencia de género también en la comunicación social.

De los equipos de comunicación a su servicio, articulados con dinero público, hay reporteros que cubren eventos como si ejercieran el periodismo informativo, cuando de hecho manipulan y retuercen con un vaciado de prejuicios en un mediocre periodismo de opinión.

Con ese servicio de soporte comunicacional se monta la distracción con unos y otros peregrinos, que pasan y posan en Funglode.

Una acción tan peregrina como la de pasar factura, con fractura de la verdad. Usted agregó un caso triste y deleznable que recordó el precedente con Juan Bosch aquel 2 de junio en el palacio de los Deportes.

Lea la carta de Ramón de Luna que recorre el mundo como pólvora, retrato del daño irreversible que usted le provoca a un hombre merecedor de una postrimería digna en la Cuba de Martí y de Fidel, donde nadie se rinde, ni denigra a la juventud.

Si se toma un cafecito con Ramón de Luna sabrá de otras cartas que estremecen la conciencia social dominicana, y de la indignación que acogota familias distantes del escenario político partidista, un fenómeno con la única lectura de que ya el juicio a Leonel Fernández tiene su veredicto irreversible.

Hace casi 15 años, el jurista Bircán Rojas escribió sobre el contundente juicio de la opinión pública, donde usted también registra pérdida de causa.

Quien quiera contemplar una ironía de la historia, puede buscar el video de un episodio de la tribu “Tángala” del talento de Luisito Martí, que presenta a un jefe indio con su grupo enjuiciado por haberse llevado hasta las hojas de la selva.

¿Dónde se activan las alarmas del pánico? En las redes sociales y las emisiones de las cadenas noticiosas internacionales que divulgan los sentimientos que recorren el territorio dominicano, movilizando una juventud, “no comprometida con el pasado”, a la que se le quiere arrebatar el derecho a denunciar la impunidad.

Quebrado el “blindaje” de la economía, ahora pretenden “blindarlo” a usted con la imagen de Fidel y Chávez, sin consentimiento de Venezuela ni de Cuba.

Más le vale pagar Petrocaribe y que desistan de pretender ese baño politiquero con la imagen de Fidel y Chávez.

Como no tienen ni idea de la profundidad del incipiente fenómeno social, promueven la también peregrina tesis de que detrás “del inventado juicio” está fulano o sutano.

A falta del Nobel, la ONU o la OEA, el club canadiense de la Barrik Gold le otorgó el premio de consolación: “Estadista del año”. Con lo que habrá exclamado: “Algo es algo”.

Su reconocida vocación para simular lo lleva a repetir, señor Fernández, que es “palante que vamos”. ¿Todavía no se da cuenta que “la guagua va en reversa?

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