miércoles, 26 de septiembre de 2012

ENTRE USTED Y YO

EL PODER Y EL AMOR
Por Rafael Calderón


NEW YORK. El poder absoluto puede robarse impunemente los bienes públicos y privados, además de que le sobra capacidad para comprarse sumisión. Los dominicanos tenemos por paquetes ejemplos de poderosos que han robado y comprado a dos manos.

“El poder lo puede todo, y es para usarlo”, afirman con desfachatez quienes están en el poder. Y no les falta razón a los poderosos cuando se refieren a que pueden avasallar, subyugar, aplastar, conquistar, ilusionar, manipular, tergiversar, embaucar, vengar y, más que todo eso: matar, el principal poder del poder, su fundamento existencial.

De entrada, el poder le mata el honor, la dignidad, la vergüenza y el altruismo que pueda tener el aspirante a poderoso, si es que acaso alguna vez tuvo alguno de esos atributos, pues cualquiera de ellos se convierte en obstáculo para un ejercicio absolutista. Es que el poder absoluto está hecho a la medida para ser liderado por criminales, egoístas, perversos, degenerados, personas con infancias sórdidas y crueles. Pase revista a los poderosos que hemos tenido, y se convencerá por cuenta propia.

“El poder lo puede todo…”, nos repiten una y otra vez. Pero en realidad hay algo que el poder no avasalla, no usa, no compra ni conquista, y eso se llama AMOR. Tiene que ser así, porque el más puro de los sentimientos no puede asociarse, acomodarse con la maldad, la perversidad.

El enfrentamiento entre el poder y el amor es eterno. Así que el poderoso puede disfrutar de todo, menos del amor. Ni siquiera del amor de sus familiares o allegados le acompaña siempre, porque tarde o temprano ese amor se convierte en interés, en el mejor de los casos, o en temor, y hasta en abominación de cualquiera que tenga un chin de honor, dignidad, vergüenza o altruismo.

Dígame Usted: ¿no es digno de abominación el pus que estamos viendo que se derrama como subproducto del último ejercicio de poder absoluto, a pesar de los esfuerzos que hacen Danilo Medina y sus ministros para evitar que quede al descubierto la putrefacción dejada por Leonel Fernández?

¿No merecen el rechazo general las canalladas de Reynaldo Pared Pérez, quien le pide al pueblo indulgencia para Medina, a la vez que le niega a ese mismo pueblo el derecho a conocer porque Medina ahora es digno de misericordia, si el propio Pared Pérez, hace apenas un mes, lo juramentó en el congreso como el presidente heredero del gobierno más progresista y de economía más sólida que haya tenido el país en su historia?

El pueblo está pagando las fechorías económicas de los últimos ocho años, con $60 mil millones que van directos a la cuenta de Medina -como gastos de campaña para comprarle la presidencia- y encima de eso tenemos al truhán de Pared Pérez clamando indulgencia para quien está repartiendo canonjías a sus allegados. ¿Cabe una pizca de amor para algo así? ¡No! Se merece toda la aversión del mundo.

Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.

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