viernes, 2 de octubre de 2009

Cuando un jefe es malo

Consejo experto-2
Por Laurie Davies

Los malos jefes abundan. Y si bien un gerente cascarrabias puede resultar entretenido, en realidad, un mal jefe puede hacer la vida imposible a quienes le rodean. De hecho, una encuesta Gallup realizada entre un millón de trabajadores, reveló que la razón citada más a menudo por estos para dejar una compañía era debido a una situación estresante o problemática con un supervisor inmediato.

Sea que usted supervise a un mal jefe o trabaje para uno, la situación es preocupante.

Desde el punto de vista del superior, dejar a un mal jefe sin supervisar es un riesgo que se podría traducir en pérdidas económicas costosas. En 2004, en los Estados Unidos, la compañía promedio duró 48 días para llenar una posición vacante a un costo promedio de $3,270 por posición.

“Los costos tangibles de reclutar y entrenar empleados son sólo el comienzo. Hay costos intangibles que es imposible cuantificar, pero que son importantes”, dice Gary Lahey, cofundador del website www.badbossology.com. “En el mundo súper competitivo de hoy, ¿cuántas ideas creativas y estratégicas está un empleado dispuesto a aportar si trabaja para un mal jefe? Baja moral no es el final del proceso, sin embargo. La situación crea, además, costos en la forma de ausentismo, robo, menos esfuerzo y descontento general”, añade Lahey.

Y si sus empleados están descontentos, seis meses después sus clientes lo estarán también, apunta Robert Levit, Ph.D. “Si bien la naturaleza de los negocios son los números y las ganancias, no retener empleados, hay un secreto que todo buen gerente sabe”, dice Levit. “Los humanos no rinden a niveles máximos a menos que no se les conecte como humanos. Si usted quiere máxima productividad y servicio superior al cliente, usted debe engranar con el espíritu humano, con el mérito de lo que sus empleados están haciendo”.

Si es usted quien sufre la mediocridad, o peor aún, la maldad, de su jefe, he aquí algunas estrategias para enfrentar la situación.

• No haga nada, al principio. Trate de comprender hasta qué punto es usted el problema. ¿Qué actuaciones causan la dificultad? ¿Habría algo que usted pueda hacer para disminuir esas situaciones?
• De a su jefe el beneficio de la duda. Apague un poco su susceptibilidad, los jefes son simplemente humanos y están bajo presiones enormes.
• Aprenda de su jefe. Vea las travesuras de su jefe como un mal necesario que sucede dos o tres veces a cada quien a lo largo de su vida como empleado.
• Haga un trato. Apele a la vanidad de su jefe. Un jefe sin destreza sabe que ésta le falta. Usted podría decir, “ya sé que no nos llevamos muy bien, pero yo voy a trabajar para apoyar sus objetivos y proteger su reputación”.
• Ármese de paciencia y enfrente la tormenta. Si su jefe es terrible, es posible que otros lo hayan notado y que en el mercado de hoy éste no dure mucho. Hágase de cuenta que la situación no es para siempre.
• Sea sensato y use discreción. Si su jefe toma crédito por un proyecto que usted realizó, elógielo ante cualquiera que quiera escucharle alabándolo por haberlo apoyado en el proyecto.
• Confronte su jefe. Pero aténgase a las consecuencias. Esto puede ser en la forma de pedir una reunión privada.
• Apele al jefe de su jefe. Otra vez, cuidado, esto le puede costar su trabajo. Asegúrese que tiene usted evidencia concreta.
• Planee su estrategia de salida. Si el trabajo afecta su salud, es tiempo de renunciar.

¿Es usted un mal jefe? A lo mejor no es usted el jefe que cree ser. Cuídese de no estar cometiendo estos seis errores.

1. Juzga a sus trabajadores por las horas que trabajan, no por su efectividad de ejecución.
2. Para usted, los errores son inaceptables.
3. Usted cubre sus errores.
4. Usted no estimula el espíritu de equipo entre sus empleados.
5. No apoya y defiende a sus empleados.
6. Su departamento tiene altos índices de renuncia de personal y ausentismo.

Título original: When bosses go bad, publicado en Future, revista de los egresados de University of Phoenix, Winter, 2005. Condensado y traducido por Isaías Medina-Ferreira (metransol@yahoo.com).

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