martes, 20 de octubre de 2009

¿Latinos, hispanos, americanos o qué diablos?

Por Isaías Medina Ferreira

En nuestros respectivos países somos simplemente argentinos, mejicanos, dominicanos, cubanos, puertorriqueños, etc. Al llegar a los Estados Unidos, además de seguir siendo argentinos, mejicanos, dominicanos, etc., somos parte de la gran “familia hispana o latina”, sello distintivo que nos plantan como si fuese una chapa pendiente de un collar. Pero cuidado, no sólo somos latinos o hispanos, también somos latinoamericanos o hispanoamericanos, para distinguirnos de los “únicos americanos”, los de los Estados Unidos, o América, como les gusta a los norteamericanos llamarse, como si ellos fuesen los únicos americanos.

Según este razonamiento, nosotros somos de las “Américas” un topónimo que además de incorrecto, pues América es todo el continente que se extiende desde Alaska hasta la Patagonia, es despectivo, pues implícitamente denota que existe “la América verdadera, Estados Unidos, y el resto”, refiriéndose a Suramérica y a América Central.

Pero no sólo hay imprecisión cuando aceptamos y usamos el topónimo “Américas”, sino que hay confusión en cuanto a qué somos, ¿latinos o hispanos? En algunos casos somos ambos, si procedemos de un lugar donde se hable español.

Como hemos dicho, América se extiende desde Alaska hasta la Patagonia y por conveniencia, por la ubicación, acostumbramos a referirnos a tres Américas: América del Norte o Norteamérica, que comprende a Méjico, Estados Unidos (incluyendo a Alaska) y Canadá; América Central o Centroamérica, que va desde Guatemala hasta Panamá (incluyendo a las islas del Caribe), y Suramérica, que va desde Colombia a la Patagonia.

No olvidemos que en Suramérica se habla, además del español, el portugués, como en el Brasil, y el inglés, como en la República de Guayana.

Decir Latinoamérica no es lo mismo que decir Hispanoamérica o Iberoamérica.

Iberoamérica se refiere a las naciones colonizadas por los países de la península Ibérica; o sea, España y Portugal. En ese caso, son iberoamericanos exclusivamente los países de América que hablan español y portugués.

Hispanoamericanos somos quienes venimos de los países colonizados por España y que por supuesto hablamos español. Esto incluye a Méjico, Centroamérica, una parte de las islas del Caribe y gran parte de Suramérica.

Latinoamérica comprende a todos los países colonizados o dominados por naciones latinas, lo cual comprende a España, Portugal y Francia. Latinoamérica incluye a Hispanoamérica; o sea, es un término más amplio. Haití, cuyo idioma oficial es el francés, es parte de Latinoamérica, pero no de Hispanoamérica, ni tampoco pertenece a ésta última designación Brasil, cuyo idioma oficial es el portugués.

Para ser precisos, cuando en Estados Unidos nos incluyen dentro de las “benditas” minorías, usado casi siempre como sinónimo de desposeídos o “descamisados” por los políticos, lo que incluye a los negros norteamericanos, a los nativos (o indios), a las mujeres y a los discapacitados; en fin, cuando se nos designa como ciudadanos de segunda clase, como grupo somos latinos, si la intención es incluir a todos los de las “Américas” y no simplemente a los hispanos.

Aunque no me avergüenzo de que me cuenten entre los latinos e hispanos, lo que al fin y al cabo no es más que un hecho fortuito, me deja un sabor amargo en la boca el que la mayoría de veces se use el término para señalarnos como a borregos. Después de todo, ¿por qué no exigir que se refieran a nosotros como individuos, como seres humanos, antes que nada, sin aceptar y contentarnos con sellos y distinciones peyorativas?

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