Tomado de www.elcastellano.org
El periodista Andrés Oppenheimer analiza el trabajo de la Academia Española y el futuro de nuestra lengua desde una perspectiva optimista, considerando el número de hablantes, su crecimiento y la demanda creciente de cursos de castellano. Por otra parte, una postura iconoclasta, Oppenheimer aboga por la supresión de las tildes que, según él, ya nadie utiliza y son cada vez más obsoletas. Una afirmación más que discutible, pero que no está de más conocer.
Una de las sorpresas agradables con la que me encontré durante una visita a España la semana pasada —además de la «parrillada de vegetales», un plato que no había visto en mis viajes anteriores y que ahora ofrecen casi todos los restaurantes— es lo que está ocurriendo en el campo de la modernización del idioma español para hacerlo más fácil de leer y escribir.
La Real Academia Española (RAE), fundada en 1713 y que desde entonces regula la lengua española, está considerando seriamente eliminar antes de fin de año los acentos de las palabras «este», «ese», «aquel» y «solo». En este momento, esas palabras llevan acento cuando se les emplea en ciertos casos y no en otros, lo cual es un verdadero dolor de cabeza para muchos de nosotros.
Además, en un futuro próximo la Academia podría decidir adoptar oficialmente las versiones fonéticas de palabras inglesas como marketing, parking y sex-appeal.
El Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE, que es una especie de diccionario no oficial de términos usados frecuentemente y que están siendo considerados para ser admitidos en el diccionario oficial de la RAE, ya ha aceptado las palabras «marquetin», «parquin» y «sexapil».
Los 46 jueces de la Academia, que incluyen a escritores prominentes como Mario Vargas Llosa y Arturo Pérez Reverte, se reúnen regularmente para discutir si incorporar en el diccionario oficial —el Diccionario de la Lengua Española de la RAE— las palabras admitidas en el diccionario de dudas. Entre las palabras que ya han pasado del diccionario de dudas al diccionario oficial están «espónsor», del inglés sponsor, y «cederrón», de CD-ROM.
En una entrevista realizada en la señorial sede de la RAE, donde cada miembro de la academia tiene un perchero con su nombre para colgar su sombrero, paraguas y bastón, el director de la Academia Víctor García de la Concha me dijo que la globalización está haciendo cambiar rápidamente todos los idiomas. Las lenguas que no avancen al ritmo de la realidad posiblemente desaparecerán, agregó.
«Las palabras viajan mucho más rápido hoy, por internet, y por los viajes», dijo García de la Concha, de 75 años. «Para sobrevivir, una lengua debe ser usada por un gran número de personas, tener un idioma unitario, y estar actualizada con la tecnología».
La tendencia a simplificar la lengua española no es nueva. La Academia ya ha eliminado acentos de verbos tales como "entre" y "para" muchos años atrás. Pero ahora pretende eliminar las tildes de palabras usadas mucho más frecuentemente, cuando estos no sean indispensables para marcar la tonicidad.
Además, la Academia está a punto de publicar sus primeras reglas gramaticales comunes para todos los países hispano-parlantes, en un esfuerzo conjunto emprendido con veintidós academias nacionales de la lengua.
«Se están neutralizando bastante las diferencias», dijo García de la Concha, refiriéndose al español usado en diversos países de habla hispana. «Más del 90 por ciento del léxico es común de España con América Latina».
Los críticos de la Academia dicen que, en muchos aspectos, la RAE sigue siendo una institución troglodita, que mantiene términos racistas y discriminatorios para con las mujeres.
Su diccionario oficial aún incluye la palabra «judiada», definida como «acción mala, que tendenciosamente se consideraba propia de los judíos». Y mientras define la palabra "zorro" positivamente, como «hombre muy taimado y astuto«, describe al femenino «zorra« entre otras cosas como «prostituta».
Mi opinión: Aunque en algunos aspectos la Academia sigue viviendo en la Edad Media —no hay excusa para mantener «judiada», un término que ya no se usa en ningún lado, ni en mantener vivas expresiones sexistas que también forman parte del español antiguo— me alegra ver que la institución esté tratando de simplificar y modernizar más rápidamente la lengua española.
Los puristas no deberían alarmarse por las propuestas de españolizar palabras en inglés: es algo que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo, y no ha puesto en peligro al idioma español. La palabra «fútbol», del inglés football, o «mitin», de meeting, hoy día son parte de la lengua hispana, sin que a nadie le choque.
Y el intento por eliminar los acentos debería ser más que bienvenido: en la era de internet y de mensajes de texto, donde casi nadie usa las tildes, estas últimas se están convirtiendo, cada vez, en más obsoletas.
Hasta ahora, siempre creí que la Academia era un anacronismo que mantenía a la lengua española presa en una camisa de fuerza.
Pero después de visitar esta institución, empiezo a pensar que cumple una buena función al unificar y simplificar la lengua española en todo el mundo, asegurando así su supervivencia.
Sólo hace falta que la RAE erradique algunos de sus vestigios medievales, y haga un poco de «marquetin».
Andrés Oppenheimer, El País de Montevideo
Adenoma Hepático en paciente con Esplenectomía Previa: Estudio Sonografico
y Elastografico
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Femenina de 42 años de edad con historia de esplenectomía previa hace unos
años y 4 cesáreas. Consulta con su gastroenterólogo por estreñimiento
severo y...
Hace 3 días
Con respecto a la palabra ¨zorra¨, no se por qué se dice que es lenguaje sexista, si a quienes más se las escucho es a las mismas mujeres al referirse a una rival en cuestión de amores y no es frecuente escucharlo en comentarios de hombres machistas, ya que estos utilizan otros términos más grotescos.
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