martes, 31 de julio de 2012

ENTRE USTED Y YO

EL TÓXICO NACIONAL
Por Rafael Calderón


NEW YORK. ¿Cuál resultará más dañino para la salud y la integridad de los pobres del pueblo dominicano entre el salami y la política?

La pregunta es capciosa, lo admito. Y reconozco que es hasta un abuso de mi parte asociar el grado de toxicidad -aparentemente mínimo- que contienen las trazas de heces del salami con el gigantesco envenenamiento moral provocado a la sociedad por el ejercicio político liderado por el doctor Leonel Fernández.

Hago la comparación sólo porque tanto el salami como la política son de muy alto consumo en la población dominicana, que indudablemente posee una envidiable capacidad de sobrevivencia, una resistencia de acero proveída por Dios. Sólo hay que pensar que, según lo dicho por el ministro de salud, hace largos meses que las autoridades sabían que lo que los fabricantes de salami, casi el 100%, estaban ofreciendo al público era un cóctel de ingredientes contaminados hasta con heces y sin ningún valor nutricional.

Los análisis que arrojaron los resultados denunciados hace unos días por Altagracita Paulino datan desde enero y, hasta donde las autoridades otorgan el derecho a saber, no se ha registrado ningún brote epidémico o muerte por la ingesta de salami.

Es asombroso que nadie, ni siquiera de manera psicosomática, se haya declarado enfermo después de la denuncia, a pesar de que continúa el consumo de los salamis porque las autoridades no los sacaron de los establecimientos de expendio. Bueno, así está nuestro pueblo, aparenta estar inmunizado, pero la realizad es que sin fuerza, sin capacidad de reacción sobrevive intoxicado, la política lo ha envenenado.

A uno por aquí le da escozor, por lo menos, leer que la corrupción en las Fuerzas Armadas se llevó en los últimos siete años, hasta 2011, unos 15 mil millones de pesos, pero el pueblo sigue ahí, inficionado.

Obnubilado, al pueblo no se le pone la carne de gallina con una información como esa de que la Policía Nacional desmanteló más tres mil puntos de venta de drogas en cuatro meses y que solamente sometió a mil personas a la justicia, lo que indica que más de 2,000 de los operadores, en caso de que sea uno por puesto, quedaron libres para mudarse a otros sitios.

Mire, sólo frente a un pueblo intoxicado metódicamente por él, Leonel Fernández puede proponerse retornar en 2016 sin todavía haber entregado la presidencia, prometiendo además modernizar su corporación política en la cual anunció cambios; no me sorprendería si el primero es cambiarle su razón social por la de Partido de la Leonelización Dominicana, con la que conservaría sus siglas PLD.

Sólo porque sabe que el pueblo está envenenado por su patrón, Miguel Vargas es capaz de soñar con lanzar en breve su proyecto con el sugestivo nombre “M-16” -empeñado como está en darle el tiro de gracia al PRD- partido en contra del cual su esposa, doña Angelita, hizo campaña en las pasadas elecciones.

Por último, sólo ante un pueblo infectado puede coincidir Hipólito Mejía con Alejandrina Germán manifestando preocupación por percatas minutas, como la economía y los empleos, que ellos entienden que pueden afectar a Danilo Medina cuando empiece a disfrutar de la presidencia que le agenció el doctor Fernández, a quien el salami ni remotamente le puede disputar el título del tóxico nacional por excelencia.

Bueh, para no correr el riesgo de que terminemos contaminados, lo mejor que puedo hacer es decirle: por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.

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