martes, 17 de julio de 2012

ENTRE USTED Y YO

LA MASACRE DE SALCEDO Y EL “RESCATE” EN SFM
Por Rafael Calderón

NEW YORK. Mucho le agradeceré que señale entre la masacre de Salcedo y el rescate de San Francisco de Macorís cuál de esos hechos protagonizados por miembros de la Policía Nacional considera Usted como el peor.

La masacre horrorizó a los salcedenses y el “rescate” asombró a los francomacorisanos. Los acontecimientos, me atrevo a decir, provocaron sentimientos similares entre quienes posteriormente fuimos espectadores de los mismos en los vídeos ampliamente difundidos en las redes sociales.

La masacre arrojó un saldo de cinco civiles muertos y decenas de heridos, golpeados y apresados, sin consecuencias disciplinarias. El “rescate” del raso Marino Alfonso Torres, acusado de matar al ciudadano Puro Enmanuel Díaz López, evacuó la cancelación de 28 oficiales y la puesta en retiro del joven general Miguel Raúl de la Cruz Reyna por “antigüedad en el servicio”.

Ambas acciones son repudiables y condenables, lo sé. Si le pido su colaboración para que me señale la peor es porque la reacción oficial fue de horror frente al rescate, aunque durante el mismo no se tiró ni un cohetico chino, y ni se inmutó ante la masacre. Los hechos no han sido medidos por los de arriba con la misma vara.

La jefatura de la policía, su comandante en jefe y distintas autoridades y voceros del gobierno no han dado espacio a la duda para indicarles a los uniformados, y al país además, la que a juicio de las dos acciones fue la peor, la que ellos no están dispuestos a permitir que se repita ni siquiera en la mente de quienes están bajo su mando.

No sé Usted, pero yo pienso que -hasta prueba en contrario- el paquete de cancelaciones obedeció más a la forma ruidosa como se produjo el “rescate” que al hecho de que el raso con una acusación criminal sobre sus hombros fuera arrebatado de las manos del sistema judicial.

Mire, en el fondo, los policías no hicieron nada distinto a lo que a diario ven que sucede en sus cuarteles cuando cualquier jefecito que tiene un puesto en el gobierno o en el congreso se presenta a buscar a algún delincuente perteneciente a su familia o a su entorno amistoso que ha sido detenido tras la comisión de un delito. Nunca he escuchado, y posiblemente Usted tampoco, que por soltar a un delincuente atrapado in fraganti el funcionario tal perdió su posición en el tren gubernamental.

Eso no se ha visto, y posiblemente no se verá nunca, porque con el mágico “usted sabe quién soy yo” ningún funcionario tiene que hacer bulla, como hicieron los policías en el trayecto de su cuartel a la fiscalía para indicar que estaban dispuestos a todo para “rescatar” a su compañero de unas manos que ellos saben que sueltan criminales de toda laya mediante otros estímulos que por cuestión de sueldo ellos carecen.

Los policías “rescatadores” y sus superiores que permitieron la acción se ganaron su cancelación, no voy a discutir eso. Lo que sí cuestiono es que quienes protagonizaron la masacre de Salcedo y los jefes que dieron la orden de ejecutarla permanezcan tan campantes y quizás algunos ya estén ascendidos o en lista para ello por cumplir al pie de la letra la orden de reprimir a la población dada por su comandante en jefe.

Lo justo sería que quienes dieron muerte a cinco personas en Salcedo estuvieran, presos como el raso Díaz López, y sus comandantes puestos en retiro, como el general De la Cruz Reyna. Y que en lo adelante todo el funcionario que vaya a un cuartel a soltar a un delincuente pierda su cargo, pero, lamentablemente, en mi querido batey no se puede soñar con justicia, por ahora.

Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

galley472@yahoo.com