sábado, 17 de octubre de 2009

Lecciones de vida - 3

La Dra. que reemplazó la auto conmiseración con la esperanza
Tomado de NPR.org

Cuando Andrew DeVries se recobraba de un serio accidente en el año 2002, conoció una doctora que le ayudó a navegar en las dificultades de recobrar su salud y, en el proceso, a entablar una amistad para el resto de su vida.

El accidente — DeVries fue chocado por un automóvil mientras conducía su motocicleta — destrozó su pierna. Y el daño fue tan devastador que los cirujanos comenzaron a prepararlo para la posibilidad de que su pierna tuviera que ser amputada.

Hablando recientemente con su amiga Karyl DeBruyn, DeVries recordó: “mientras todo el mundo se preparaba para mi vida sin una pierna, una joven doctora se me acercó y me preguntó,‘Andy, ¿qué clase de bolas de golf prefieres?’”.

La doctora — quien funge como médico de cuidado primario para los pacientes del hospital — era Sarah Scholl.

DeVries, quien ahora tiene 62 años, recuerda que en medio de las noticias de los doctores de que iba a perder su pierna por la mitad del muslo, “hablar de bolas de golf me pareció casi una idiotez”.

Pero le contestó a Scholl que él prefería las bolas Pro V1 de Titleist.

El próximo día, al despertarse, DeVries encontró flores en su cuarto.

“Y justo en medio de todas esas flores, había un paquete de 12 bolas de golf Titleist Pro V1”, dice DeVries. “La Dra., Sarah, las había comprado para mí. Y con ello me trajo esperanza”.

“Ella me ayudó a parar de pensar en la lástima que debía sentir por mí mismo al contemplar la vida sin una pierna y me trajo un destello de esperanza”, recalca DeVries.

DeVries fue sometido a otra cirugía, la que podría resultar en una amputación.

“Desperté en la sala de recuperación y tenía los 10 dedos de los pies”, dice DeVries.

“Había un pequeño flujo de sangre — y decidieron no cortarme la pierna”.

Cuando DeVries fue dado de alta del hospital, Scholl fue quien lo condujo en una silla de ruedas a la ambulancia que lo conduciría a su casa. Y ella quería pedirle un favor a su paciente.

Dice DeVries: “Ella y yo habíamos entablado una muy, muy estrecha relación de doctor a paciente”.

Scholl le dijo a DeVries que ella había perdido su padre unos años antes y que cuando la ocasión se presentara ella quería que fuera él quien la condujera al altar y la entregara.

“Yo le dije, ‘Sarah, tú ni siquiera tienes novio’”.

A lo que Scholl replicó, “algún día tendré”.

En esa oportunidad, DeVries no estaba seguro si volvería a moverse sin su silla de ruedas. En total, le tomó cinco años para recuperarse completamente de la lesión en su pierna.

Él y Scholl mantuvieron la comunicación.

“Y este verano”, dice DeVries, “recibí un correo electrónico de ella que decía ‘ya tengo novio, ¿vas a venir?’”.

“Yo tuve el privilegio de caminar con mis propios pies, en lugar de una silla de ruedas, al conducir a Sarah por el pasillo hasta el altar”, dice DeVries.

Scholl se casó en Oregón. Cuando ella vio a DeVries en el aeropuerto de Portland, era la primera vez que lo veía en postura vertical.

La historia fue narrada en NPR el día 16 de octubre de 2009. Traducido al español del original The Doctor Who Replaced Self-Pity With Promise, por Isaías Medina Ferreira (metransol@yahoo.com)

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