domingo, 24 de julio de 2016

ERDOGAN, TURQUÍA Y EL GOLPE DE ESTADO

Por Melvin Mañón

Dedicado a Eduardo Álvarez y otros que me pidieron escribir del tema.

Los hechos son ya conocidos. Un intento de golpe de estado contra Recep Tayyib Erdogan que empezó la noche del viernes 15 de julio, colapsó en las primeras horas del sábado, produjo alrededor de 300 muertos y el encarcelamiento de más de 7 mil personas entre militares, funcionarios y civiles. Se estima que un tercio de la cúpula militar ha sido destituida y/o arrestada. Mucho se ha escrito explicando por qué fracasó el golpe. Poco o nada se ha dicho sobre quienes lo inspiraron, a quienes servía y por qué lo hicieron y que esperaban ganar con ello.

Lo primero que llama la atención es la amplitud de la conjura y el hecho de que la misma, no obstante las ramificaciones diversas y complejas, no fuera detectada antes de estallar y desactivada como suele ocurrir cuando son tantas las personas en conocimiento de y comprometidas con una acción de ese tipo. Si tantos estaban en conocimiento de la trama golpista cabe preguntarse: ¿cómo es posible que los aparatos de inteligencia no detectaran un complot de esa magnitud? Se entiende que no es lo mismo una trama entre un número reducido de complotados y una conspiración de esta envergadura y alcance. Sin afirmarlo, solo en el plano de la sospecha, esto apunta a un nivel de complicidad de parte de esos aparatos con la trama golpista.

¿Cuál es la explicación del hecho y del golpe mismo?

El presidente Erdogan ha estado en el poder desde 2003 inicialmente como primer ministro y ahora como presidente. Al margen de la denominación protocolar, él ha sido y es el hombre fuerte. ¿Pero quién es Erdogan y de donde viene?

Islamista moderado, sunita, economista, ex alcalde de Estambul, líder del Partido por la Justicia y el Desarrollo ha ganado consistentemente todas las elecciones en las que ha participado aunque al principio no le permitieron ocupar el cargo. Erdogan ha sido, a no dudarlo, la figura política turca de más renombre; ha gobernado durante más tiempo y se le acredita un accionar solo comparable con Mustafá Kemal Attaturk, pero con una diferencia esencial.

Attaturk anuló el califato, impuso una constitución laica, renunció e hizo renunciar a otros de la herencia, cultura y legado islamista para supuestamente conducir a Turquía a la modernización en la época de la postguerra que Turquía, con las naciones del eje, perdieron en 1918. Erdogan, tan autoritario y despótico como Attaturk, sin embargo, opera en la dirección contraria reislamizando el país. Ha reintroducido el velo, tolerado, promovido o aconsejado en materia de restitución de una parte del legado islamista del país sin incurrir en imposiciones aberrantes en materia religiosa. Esa islamización gradual, moderada, del país ha encontrado fuerte resistencia en sectores militares formados bajo la influencia occidental, especialmente americana y entre otros sectores de clase media, profesionales y empresariales. Turquía, vale recordar, es miembro de la OTAN, está en una encrucijada geográfica sin igual, guarda parte del arsenal atómico americano en la base de Incirclik, tiene el segundo ejército más poderoso de la OTAN y durante toda la guerra fría fue un bastión de Occidente contra la antigua Unión Soviética. Las clases medias, por su parte, miran hacia Europa esperando una ansiada y postergada adhesión a la Unión Europea cada día más lejana porque hay países que la objetan y como Austria anuncian abiertamente que se irían de la UE si se aprueba el ingreso de Turquía. Por otra parte, Turquía rehúsa aceptar numerosas imposiciones requeridas para convertirse en miembro de la UE y la más reciente de todas es la amenaza de Erdogan de aplicar la pena de muerte a algunos de los golpistas capturados.

Turquía es el único país del mundo donde los militares y las clases medias pueden oponerse a cualquier grado de islamización de la sociedad y al mismo tiempo aparecer como paladines de la libertad y no como reaccionarios golpistas contra un gobierno legítimo. En Turquía, oponerse a las reformas de Erdogan es una manera de restaurar a Attaturk y por tanto proclamar adhesión a “la libertad y la democracia” solo que las premisas y el contexto en que actuó Attaturk fueron muy distintas a lo que se vive hoy día. Los militares que derrocaron a Morsi en Egipto invocaron su rechazo a la islamización del país pero no tenían un Attaturk a quien invocar; ninguna esperanza de credibilidad fuera del ejercicio golpista puro y simple contra un gobierno legítimo.

Otro hecho significativo y que suele olvidarse es que la visión Occidental de Turquía no coincide más que parcialmente con la realidad. Ankara y todavía más Estambul son ciudades modernas, occidentalizadas y poco tienen que ver con el campesinado turco, con los pobres de provincia y sobre todo con los kurdos del sureste que continúan reclamando su independencia, algo a lo que Erdogan se opone ferozmente.

¿Qué ha sucedido en la Turquía de Erdogan? Una serie de acontecimientos importantes se han sucedido casi sin interrupción desde el ataque israelí en 2010 a una flotilla que prestaba ayuda a los palestinos sitiados de Gaza con un saldo de numerosos marinos turcos del Mavi Marmara muertos. Después Erdogan empezó a apoyar abiertamente a los rebeldes sirios tras declarar una enemistad a muerte contra Bashar al Asad. El apoyo en armas, inteligencia, vías de suministro y retaguardia proporcionados por Turquía alentaron el ISIS, permitieron su más rápida expansión y sirvieron otros propósitos internos y externos. Erdogan hizo abortar las negociaciones con los kurdos y lanzó contra ellos la más violenta y despiadada de las ofensivas militares que se recuerden en las últimas décadas.

Europa ha visto con malos ojos el apoyo turco al ISIS y la magnitud de los negocios entre las partes puesto al descubierto y documentado por los rusos. El manejo de los millones de refugiados ha sido otro punto de conflicto porque Turquía no solamente contribuye a provocar el éxodo de refugiados sino que se lucra de ello como consigna el acuerdo firmado con la Alemania de Merkel. La guerra contra los kurdos no fue bien recibida por Washington que ahora apoya a los kurdos contra el ISIS y también contra Bashar. La abierta injerencia turca en Siria puso a Erdogan en un curso de confrontación primero con Bashar y luego con Rusia agravado cuando esta decidió apoyar en grande al gobierno sirio. Este conflicto hizo clímax el año pasado cuando los turcos derribaron un avión SU-24 de los rusos que prestaba apoyo al ejército de ese país en territorio sirio y no como alegó Turquía dentro de su espacio aéreo. Por lo tanto Erdogan, que se opone a Irán y al mismo tiempo apoyaba al ex presidente Morsi de Egipto abrió más frentes de los que aparentemente podía manejar. Erdogan parece haber metido en la boca más de lo que podía masticar y de lo que podía digerir. Aludiendo a la presencia de tantos conflictos y a la naturaleza irredimible de muchos de ellos, es que Robert Fisk, el prestigioso analista británico de “The Independent” advirtió que Erdogan puede haber resuelto este golpe, pero asegura que vendrán otros en cuestión de meses y a más tardar pocos años.

Hasta ahora, no se sabe gran cosa de quiénes eran y qué querían los líderes del golpe más allá de la promesa de libertad y democracia. EE. UU., y todos los demás gobiernos que han tenido conflictos con Erdogan, se han apresurado a proclamar su inocencia. EE.UU. ganaría con la salida de Erdogan pero no necesariamente al precio de arriesgar la OTAN; Alemania preferiría un interlocutor más razonable que Erdogan, Israel no se siente cómodo con un Erdogan que ha enfrentado, con valentía, hay que decirlo, los abusos y crímenes de Israel contra los palestinos. Bashar estaría fascinado si su némesis fuera derrocado pero jamás trataría de intervenir para provocarlo. Los rusos aunque enojados por lo del avión, por el comercio de petróleo sirio vendido por el ISIS y por el apoyo logístico no improvisan y menos bajo la presidencia de Putin que ha demostrado visión estratégica, sangre fría y determinación. Los kurdos también estarían felices con la salida de Erdogan pero no necesariamente para quedar bajo una dictadura militar y posiblemente laica. En resumen, son muchos los que se beneficiarían del golpe, pero es difícil pensar que alguno de ellos se comprometiera a instigarlo y menos aun a involucrarse. Por lo tanto, hasta ahora, el intento de golpe parece una decisión interna que pretendía aprovechar el descontento múltiple de sectores con Erdogan para producir cambios en el alineamiento de Turquía y en la creencia de que podrían superar la secuela desastrosa de acontecimientos tanto alrededor de la OTAN, como la adhesión a la Unión Europea y la posición frente a Siria, los rusos y el cisma sunita-chita.

La opinión de los analistas rusos que es, a mi parecer, la más sensata hasta ahora, sostiene que el golpe fue una reacción a las malas decisiones de Erdogan durante los últimos años cuando su gestión se ha hecho más autoritaria, conflictiva e intolerante. Erdogan ha abierto tantos frentes, ha afectado tantas fuerzas y desarticulado tantos sectores a lo interno como a lo externo de Turquía que nadie debería dudar de que, el cuchillo asesino surgiera de cualquiera de las partes afectadas.

Todo lo anterior deja sin respuesta otra interrogante importante: no sabemos cuántos de estos conflictos fueron desatados por una decisión de Erdogan o simplemente lo arrastraron a él. ¿Fue el derribamiento del avión ruso una decisión impuesta por la OTAN a través de la jefatura militar al margen de Erdogan? ¿Hasta qué punto los negocios turcos con el ISIS eran una concesión a los EE.UU.? ¿La guerra casi obsesiva contra los kurdos quienes la impulsan? El surgimiento del terrorismo interno en Turquía ¿podría haber provocado una determinación de culpas sobre Erdogan y desatado el intento por derrocarlo?

Hace falta más tiempo y mejor información para entender exactamente la naturaleza de las fuerzas golpistas. Sin embargo, es razonable que el descontento interno y externo precipitara el accionar de militares y civiles resentidos por el autoritarismo intolerante de Erdogan, por la ampliación y proliferación de estos conflictos, el creciente nivel de terrorismo interno, la aspiración insatisfecha de los modernos por unirse a la UE, de los rurales por islamizarse, los kurdos por independizarse y más de un gobierno extranjero por deshacerse de un gobernante que parece cada vez mas irascible y fuera de control.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

galley472@yahoo.com