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La expresión “Divide y vencerás” o “Dividir para reinar” es conocida desde tiempos ancestrales, atribuida por algunos al emperador romano Julio César, mientras otros la han adjudicado a Napoleón y a Nicolás Maquiavelo. La recomendación se halla también en la obra “El arte de la Guerra”, de Sun Tzu.
Esa concepción militar o política es usada para debilitar a los adversarios, que unidos pueden destronar a quienes gobiernan contra la voluntad de las mayorías, como ocurría en la antigüedad y a todo lo largo de la historia. Se trata de un recurso político para mantener bajo control a la población, dividiendo y fragmentando el poder de las distintas organizaciones o grupos existentes e impidiendo su unidad por un objetivo común.
Para dominar a sus adversarios en la India, los imperialistas franceses como los británicos, utilizaron las tácticas de enemistar a las diferentes regiones y a sus líderes usando marginalmente sus ejércitos.
Los que usurpan el poder, luchan para evitar la unidad y entendimiento entre sus contendores. El poder central estimula la división y crea disensiones y desconfianzas entre sus opositores.
Para ello, el que está en el poder alimenta disputas y controversias entre la franja política que le adversa, para dificultar las alianzas o coaliciones entre ellos e impedir que se fortalezcan y le desplacen del gobierno.
Sun Tzu explicaba que lo supremo en el arte de la guerra consiste en someter al enemigo sin darle batalla, fragmentándolos para evitar cohesiones que se puedan convertir en una “amenaza peligrosa”.
En nuestro país sobran ejemplos. La cúpula del PLD aplica esos procedimientos políticos contra sus opositores, para poder mantenerse en el gobierno sin el respaldo de la mayoría del pueblo dominicano.
El punto más importante en la agenda de un gran Frente Político Opositor es sacar del gobierno alPartido de la Liberación Dominicana (PLD) y a sus aliados, que se proponen eternizarse en el poder mediante el uso abusivo de los recursos del Estado, con el que vienen fusionándose desde el 2004.
De modo, que enfrentar al PLD es confrontar al Estado, y para derrotarlo es indispensable una amplia unidad opositora, que fundamente su accionar en un programa mínimo de gobierno que cohesione a sus integrantes.
Es una insensatez, que la oposición se proponga de forma separada enfrentar un partido que lleva casi cuatro períodos, tres de ellos consecutivos, aferrado al poder y amalgamado al Estado dominicano.
Si las izquierdas se mantienen dispersas y de igual forma marcha la oposición liberal, prescindiendo de la más amplia unidad, con Leonel Fernández o sin él como candidato, el PLD retendría el poder en 2016.
Para los peledeistas es crucial mantener el poder, porque de no hacerlo se expondrían al “tsunami social” de que se les haga justicia por los 16 años de gobiernos marcados por la corrupción y abusos de poder.
La tendencia a la dispersión de los sectores liberales y de izquierda será estimulada por el gobierno, el PLD y los órganos del Estado, para mantenerlos divididos y vencerles en las elecciones de 2016.
De tal manera, que PLD-gobierno-Estado harán todo lo posible para impedir la conformación de la más amplia unidad opositora. Y para ello usarán todos los recursos que tienen a mano, que son variados y poderosos.
Sería infantil que los opositores pretendan enfrentar por separado a un partido oficialista carente de escrúpulo. Y es algo más que lastimoso que se le haga el juego en su labor de dividir a sus adversarios.
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