UNA HISTORIA ALTERNATIVA
Por Aníbal E. Melo
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anibalmelo@Yahoo.com
El último ciclo electoral demostró lo que muchos hispanos ya sabíamos, que la inmigración debía ser uno de los principales puntos a tratar positivamente por los candidatos.
Muchos especulan que fue con ese tema con el que los republicanos definitivamente perdieron la presidencia.
Desde que en el pasado mes de noviembre, el voto latino dio un aplastante 27% a Romney, contra un 71% en favor de Obama, los líderes del Partido Republicano han querido demostrar que aman el idioma español, mientras que al mismo tiempo tratan de no ofender a sus amigos racistas.
Si les llaman "extranjeros ilegales", "inmigrantes indocumentados" o simplemente "gente que viene a Estados Unidos en busca de una mejor vida", ahora personas de todas las tendencias filosóficas admiten que la creciente población latina es un tema principal en la agenda de la nación.
Con este escrito, mi objetivo es tratar de descubrir por lo menos algunas de las raíces de la presencia latina en los Estados Unidos y los poderosos factores de empuje que han provocado las migraciones masivas en todo este hemisferio.
Aquí trato de abordar este asunto desde una perspectiva diferente, formulando algunas preguntas aparentemente simples:
¿Quiénes son esas personas?
¿Qué hacen aquí?
¿Por qué están aquí?
La apariencia, la respuesta superficial dice que son gente pobre de países del tercer mundo que emigran hacia Estados Unidos para ganar más dinero.
Simple, ¿no?... Pero...,
¿Por qué los países latinoamericanos están tan plagados de guerras civiles y pobreza abrumadora?
Pienso que parte de la respuesta la podemos encontrar en sus propias fallas de elegir y apoyar a políticos corruptos, pero también en la visión neo-colonial aplicada por el Gobierno de los Estados Unidos contra esos países.
De todos modos, la esencia de mi argumento es menos filosófica y más histórica.
Lo que quiero decir es que existe una "historia alternativa" de la inmigración muy reveladora.
¡Veamos!
Todo se inicia más o menos a principios de los 1800 cuando la mayoría del occidente y el suroeste del Continente eran parte de México.
Corto de población y preocupado por mantener seguras esas vastas extensiones de tierras no ocupadas, México dejó que los colonos se hiciesen cargo del asunto.
Ondas de ganaderos y propietarios de plantaciones del Sur emigraron a Texas-México, con la esperanza de convertirla en territorio esclavista.
México, que ya había prohibido la esclavitud, rechazó la idea, lo que en parte originó la famosa Guerra México-Americana entre el 1846 y el 1848.
México perdió, por lo que el Tratado de paz redactado en su totalidad por Estados Unidos, otorgó a este el control de Texas, todo el territorio que comprendía el norte del Río Bravo, Alta California y Santa Fe de Nuevo México, apropiándose de lo que hoy son los Estados de Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y parte de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.
Para México, la guerra representó una cadena de tragedias. Significó la pérdida de más de 800,000 millas cuadradas de tierra, o el 55% de su territorio de entonces.
Además de las pérdidas en riquezas, territorio y vidas, la guerra le dejó a México cientos de miles de huérfanos, viudas y lisiados.
La derrota provocó inestabilidad política en esa nación, lo que eventualmente devino en otra guerra civil — La Revolución Mexicana.
Por otro lado, la conquista territorial hizo de Estados Unidos una potencia continental, adquiriendo los depósitos de oro, plata y petróleo de los nuevos territorios, así como los puertos de la Costa del Pacífico.
Aunque las nuevas riquezas contribuyeron a la expansión económica y a la migración hacia el Oeste, de pronto, los estadounidenses se dieron cuenta de que tenían el mismo problema que los mexicanos: mucha tierra y un número insuficiente de habitantes.
Y cuando el Presidente Lincoln prohibió la esclavitud, los americanos del Suroeste se vieron obligados a iniciar lo que han estado haciendo desde entonces, importar mano de obra barata desde el Sur de la frontera.
Eso estableció el patrón para que los mexicanos y otros latinos emigrasen a los Estados Unidos.
Pero eso..., fue sólo el comienzo.
A mi modo de ver, la inmigración procedente de Nicaragua, México, República Dominicana, Cuba y otras naciones es el resultado directo de la mano norteamericana en América Latina.
Si miramos a cada país individualmente, podemos ver historias como la de Puerto Rico, que es uno de los ejemplos más poderosos de la participación de Estados Unidos que conduce al éxodo en masa de gran parte de la población de un país.
Pero las historias se vuelven más reveladoras en la medida que pintan una imagen recurrente.
Pienso que el "punto de inflexión", sucedió en Guatemala a mediados de los años 50.
Ese país había salido de una dictadura eligiendo a un progresista, Jacobo Árbenz Guzmán, como su Presidente.
El nuevo gobierno guatemalteco planeaba distribuir más equitativamente las tierras de la nación, lo que perjudicaba a compañías que poseían grandes latifundios en el país, como la multinacional "United Fruit Company" que era propietaria de casi el 50% de las tierras cultivables de Guatemala, misma que se opuso a las reformas del nuevo Presidente.
Ya sea por miedo al "comunismo" o por intereses financieros, en el 1954 el Presidente Eisenhower tomó la decisión de intervenir y derrocar a ese Presidente democráticamente electo.
¿El resultado?
La "United Fruit Company" obtuvo lo que quería, y Guatemala ha estado pagando el alto precio de una guerra civil que duró 36 años.
250,000 personas perdieron sus vidas, incluyendo un genocidio contra la población Maya.
Todo esto plantea una cuestión moral muy importante, que rara vez entra en el debate sobre la inmigración.
Si una potencia es responsable de la desestabilización de un país, ¿Cuál es la defensa que les queda a los ciudadanos del país que sufre?
Y el dilema se pone más oscuro cuando se consideran tantos otros países con historias similares: El Salvador, Nicaragua, un déspota cruel que dirigió a la República Dominicana, todos hijos del gobierno de los Estados Unidos.
Eso, sin considerar a Cuba y el apoyo que Estados Unidos le dio a Fulgencio Batista, cuyo horrible reinado inclinó el péndulo en favor de un dictador de izquierda, el señor Fidel Castro.
¿Podría haber una correlación en el hecho de que estas naciones son las que envían la mayor cantidad de inmigrantes desde los países de América Latina?
Y es que el legado de Guatemala se convirtió en el "modus operandi" de los países poderosos para subyugar a los más débiles.
La pregunta de si la política exterior de Estados Unidos provoca o agrava los problemas en el mundo, es controversial para muchas personas.
Pero si uno quiere entender "el por qué" de la crisis de inmigración actual, todos esos acontecimientos representan una poderosa y convincente cadena de hechos que han contribuido a la ola de inmigrantes que vienen a Estados Unidos, huyendo de la miseria, de la violencia y del abuso de gobiernos corruptos.
No tengo todas las respuestas del problema, pero si uno no quiere que los vecinos se aparezcan en su puerta buscando un lugar donde quedarse, no debería quemarles sus casas.
En Estados Unidos hay una gran necesidad de realizar una Reforma Migratoria, pero antes de tratar de ver el futuro, podría ayudar, el mirar hacia atrás y reconocer cómo se ha llegado hasta aquí.
Creo que la decisión correcta, es crear normas de inmigración que reflejen las realidades económicas y sociales tanto de Estados Unidos como de América Latina.
En este punto quiero decir que pienso que la mayoría del pueblo estadounidense es gente buena y tolerante, y que toman la decisión correcta cuando se les presentan todos los hechos y las puras verdades.
¡Veremos!
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