sábado, 18 de abril de 2015

LA DISYUNTIVA LEONEL O DANILO

Por Manuel Rodríguez Bonilla

En la persona de Danilo Medina y en la de Leonel Fernández se conjugan dos estilos contrapuestos de administración del Estado. La práctica, en el ejercicio presidencial, ha demostrado que ambos simbolizan valores y principios éticos opuestos, a tal grado que la popularidad o impopularidad de uno u otro se debe al hecho de que la sociedad visualiza y compara sus extremas diferencias. Estas son tal, que es notoria la desconfianza entre sí.

El Presidente de la República, quien ha alcanzado niveles de aceptación en todos los estratos de la sociedad como jamás ningún político en la historia del país ha logrado, sabe muy bien que de retornar Leonel Fernández a la Presidencia, este volvería con su mismo estilo y voracidad de poder que haría difícil el retorno en el futuro a la Presidencia de Medina Sánchez. Así mismo, Fernández Reyna sabe a la perfección que permitir la reelección del actual primer mandatario de la nación es dejarle en bandeja de plata a este y su gente la consolidación por tiempo indefinido de todo el poder político, al tiempo de ver desaparecer los poderes acumulados por el leonelismo.

Entre Danilo y Leonel existe una lucha que va más allá de la Presidencia de la República. La lucha entre estos es por el poder político total, es por el predominio de una visión sobre el Estado y la sociedad. Ambos representan dos escuelas políticas que por sus contradicciones no pueden coexistir en el mismo hábitat.

Danilo Medina tiene el poder que le da la simpatía mayoritaria del pueblo, de acuerdo a todas las encuestas realizadas a lo largo de sus tres años de ejercicio gubernamental. Leonel Fernández dispone, aunque cada vez más disminuido por la pujanza del primero, del control del Partido de Gobierno, del Congreso Nacional y de los demás poderes del Estado.

El primero, de la cúpula del PLD no aceptarle trabajar para modificar la Constitución dirigida a introducir la reelección, está obligado a conseguir que se consulte a la base del Partido para luego la alta dirección decidir tomando en cuenta su interés. De lo contrario, de obstruirle todos los caminos, quedaría claro que el leonelismo está decidido a imponerse al danilismo, no dejando otra alternativa a Danilo Medina y sus seguidores a renunciar del PLD y formar una nueva organización política que tercie en las venideras elecciones nacionales, congresionales y municipales con sus propios candidatos; de hacer esto, iría en consonancia de lo que viene ocurriendo en la región de Latinoamérica y otras latitudes del planeta: el distanciamiento de la población de los partidos y prácticas políticas tradicionales.

Esta es la situación que se vive a lo interior del Partido de la Liberación Dominicana. Los acontecimientos de los días venideros darán luz sobre la realidad que allí se vive y sobre el futuro acontecer político dominicano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

galley472@yahoo.com