domingo, 16 de noviembre de 2014

EN RUTA AL XIII ENCUENTRO FEMINISTA LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE (EFLAC)

Manifiesto de mujeres inmigrantes del área de New York y New Jersey

Nosotras, las abajo firmantes, mujeres inmigrantes de diferentes países latinoamericanos y caribeños, que residimos mayoritariamente en Nueva York y Nueva Jersey, agrupadas en organizaciones feministas, sociales, religiosas y comunitarias o simplemente como mujeres independientes saludamos solidariamente y de manera muy especial a las compañeras del Comité de coordinación e implementación del XIII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe -EFLAC- 2014, que tendrá lugar del 22 al 25 de noviembre y por segunda vez en Perú, tierra cuna de sabias ancestros. Saludamos de igual manera, a todas y cada una de las mujeres que se darán cita para seguir trenzando los hilos para la construcción de una sociedad de respeto a los derechos humanos de las mujeres, reafirmando nuestra práctica feminista de vida.

Como mujeres inmigrantes nos reconocemos en ese esfuerzo colectivo que durante más de tres décadas ha permitido encontrarnos como feministas latinoamericanas y caribeñas en diferentes países, haciendo posible continuar los pasos de otras miles que nos antecedieron en la lucha por nuestros derechos. Entendemos que hoy más que nunca es fundamental profundizar el análisis, debate y compromisos como movimiento feminista frente a la sistemática violación a los derechos humanos de las mujeres en nuestra región en general, y los de las latinas y caribeñas inmigrantes que viven en los Estados Unidos en particular.

En tal sentido, nosotras denunciamos lo siguiente:

• En nuestra región, la mayoría de los gobiernos son protagonistas de una corrupción rampante y como forma de capear la crisis global del sistema capitalista neoliberal, adoptan medidas que se traducen en la explotación irresponsable de los bienes comunes, la privatización de los recursos públicos y del medio ambiente, y la mercantilización de los derechos humanos. Como siempre, esas medidas afectan a los sectores más vulnerables a la pobreza y a la exclusión, integrados en su mayoría por las mujeres, privándolas del acceso a condiciones de vida digna, a la igualdad y a un futuro esperanzador. Hoy es más evidente la profundización de la pobreza y su feminización.

• Nuestra región enfrenta a la par de la crisis económica, un incremento en la violencia intrafamiliar. Mientras leyes débiles e ineficaces trivializan el feminicidio, las estadísticas muestran una galopante tasa de feminicidios en la mayoría de los países. Como doloroso ejemplo están nuestras hermanas de Ciudad Juárez, donde se estima que alrededor de unas 700 mujeres fueron asesinadas en el 2013. En lo que va del 2014, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, se han reportado más de 1,796 casos de violencia contra las mujeres. A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que más del 38 % de las muertes violentas de mujeres ocurridas en el mundo en el 2013 fueron cometidas por sus parejas.

• De igual manera, seguimos enfrentando la brecha de un 23% promedio entre los salarios de mujeres y hombres. En el primer año de empleo, después de graduarse, y aun sin experiencia de trabajo, el salario de las mujeres es inferior al de los hombres, independientemente del grado de escolaridad y de las especialidades cursadas. Según las estadísticas, en los Estados Unidos las mujeres constituyen las dos terceras partes de quienes reciben salario mínimo. Mucho más mujeres que hombres interrumpen su educación, sus empleos, sus carreras para cuidar de la familia. En la ciudad de Nueva York se reducen cada día más los servicios subvencionados de cuidado infantil para mujeres de escasos recursos y aquellas con trabajos informales o a tiempo parcial no cualifican. En las calles neoyorquinas se ha incrementado el número de mujeres en el pluriempleo del sector informal.

• En la región caribeña:
a). Sobrevive Haití, una nación de territorio reducido, que ha permanecido en el total silencio y olvido. Un pueblo que tuvo la valentía de romper las cadenas de la esclavitud para erigirse como la primera república negra de nuestro continente. Las condiciones políticas, económicas y sociales de Haití afectan negativamente a la mayoría de sus habitantes, pero las mujeres haitianas enfrentan obstáculos adicionales que les impiden el pleno ejercicio de sus derechos básicos. El 43% de las familias haitianas están dirigidas por una mujer. Las mujeres haitianas sufren con más fuerza, la carga de las desigualdades en la protección de sus derechos civiles, políticos, económicos y sociales. A lo anterior se suma la ocupación militar de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), integrada por algunos de nuestros países latinoamericanos como son Chile, Argentina, Brasil y Perú. Durante diez años, esta ocupación ha violentado los derechos humanos del pueblo haitiano.
b). En Cuba, las mujeres han sufrido por 55 años el bloqueo más prolongado de nuestra historia reciente. Un bloqueo inmoral y abusivo, impuesto por los Estados Unidos. De manera particular, nuestras hermanas cubanas se encuentran en la disyuntiva cotidiana de manejar las carencias básicas que impactan a sus familias, producto de ese aislamiento económico criminal.
c). En pleno siglo XXI persiste la política de la colonización y ya por más de un siglo, Puerto Rico sigue siendo una colonia de los Estados Unidos. Las mujeres puertorriqueñas enfrentan una de las mayores crisis socioeconómicas en la historia del país, producida por el neoliberalismo imperialista y neo-colonial, debiendo afrontar recortes masivos en el sector público y una aguda precariedad laboral, a lo que se suma un drástico proceso de reducción de las tierras cultivables en las casi desaparecidas zonas rurales y un brutal ataque a la educación pública. Este panorama afecta mucho más a los pobres y a las jefas de hogar. La crisis ha ocasionado un crecimiento en el número de feminicidios y un patrón migratorio que impacta a las mujeres de manera desigual.
d). En la República Dominicana, una sentencia con un sesgo racial del Tribunal Constitucional ha desnacionalizado a más de tres generaciones de personas en su gran mayoría de ascendencia haitiana, proceso que es vivido de manera diferente por las mujeres por ser las más pobres dentro de los pobres. Asimismo, como mujeres apátridas son mucho más vulnerables al abuso y a la explotación como son la violencia basada en género, la trata de personas y la detención y deportación arbitrarias con su secuela de separación familiar.

• En nuestra región seguimos enfrentando el flagelo del tráfico y trata de mujeres, la mortalidad en el parto, las malas condiciones de higiene en los abortos clandestinos e inseguros, el bajo nivel en educación y la baja o poca participación política, sin desestimar lo positivamente simbólico que es el contar ya con tres mujeres presidentas.

• Como inmigrantes latinoamericanas en los Estados Unidos somos sensibles a la situación por la que atraviesa la población indocumentada, especialmente las mujeres, y el fenómeno reciente de las niñas y niños que llegan solos por la frontera con México, y que sobrepasa los 52, 000. Según algunos expertos y organizaciones de derechos humanos, refiriéndose a las mujeres que entran clandestinamente a territorio estadounidense, “ese viaje es uno de los más peligrosos del mundo. Se estima que hasta seis de cada diez mujeres inmigrantes sufren violencia sexual durante el viaje por los coyotes o los agentes de la patrulla fronteriza. Muchas bandas delictivas parecen utilizar la violencia sexual como parte del 'precio' que exigen a las personas inmigrantes. El peligro de violación es de tal magnitud que los traficantes de personas muchas veces obligan a las mujeres a administrarse una inyección anticonceptiva antes del viaje, como precaución contra el embarazo derivado de la violación”. Denunciamos también, el uso de los grilletes electrónicos del programa de vigilancia de los Estados Unidos dentro de su territorio, que criminaliza a las personas indocumentadas y mediante el cual se monitorea también a mujeres inmigrantes latinoamericanas, en su mayoría madres. Ese artefacto que se amarra al tobillo y funciona como un GPS, es una tecnología degradante, deshumanizante, cruel e innecesaria que esclaviza y humilla públicamente el cuerpo de la mujer por el sólo hecho de buscar un mejor destino para su familia.

• Más que nunca antes nuestros cuerpos siguen siendo el blanco de la multimillonaria industria cosmética mundial. La Asociación Americana de Cirugía Plástica reportó que de las personas que en el 2012 se sometieron a intervenciones cosméticas un 91% fueron de mujeres y un 9% de los hombres, con un gasto de más de 11,000 mil millones de dólares, persiguiendo un ideal de belleza culturalmente impuesto mediante el uso y abuso de procedimientos quirúrgicos.

• Por último, resaltamos que sigue siendo de primer orden el continuar la presión para que los gobiernos de la región garanticen el libre acceso a la información y a los servicios de salud sexual y reproductiva, que incluya el derecho al aborto y una política pública de prevención del embarazo.

Algunas puntualizaciones finales:
1. Es importante, seguir facilitando el fortalecimiento del EFLAC para que continúe siendo un espacio donde todas podamos consolidar y tejer nuevas alianzas basadas en el diálogo transparente y respetuoso entre nosotras, sin jerarquías ni privilegios; con una presencia de mujeres haitianas, cubanas, indígenas, negras, inmigrantes, jóvenes y de todas las orientaciones sexuales y prácticas de fe.
2. Formalizamos la solicitud al EFLAC de que en consulta con las compañeras cubanas presentes en el XIII Encuentro, se explore la posibilidad de realizar el próximo Encuentro en Cuba como una acción en contra del bloqueo.
3. Solicitamos que el EFLAC asigne un espacio espiritual permanente en cada Encuentro en donde se honre la memoria de todas las mujeres asesinadas por la violencia de género.
4. Pedimos también que se apruebe una resolución del Encuentro en apoyo a la reciente sentencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que condena a la República Dominicana por claramente violar los derechos humanos y en la que se enfatice la condena al Estado Dominicano por despojar de la nacionalidad a tantas hermanas dominicanas de ascendencia haitiana y a sus hijas e hijos.
5. Incluir en la agenda el apoyo a la lucha del pueblo haitiano y al llamado internacional para el retiro inmediato de la MINUSTAH del país caribeño.

Como mujeres inmigrantes seguiremos luchando desde nuestras distintas instancias por una sociedad plural donde la participación democrática, el respeto de los derechos humanos, la igualdad de género, la justicia y la diversidad y el desarrollo económico equitativo sean posibles.

Nos reconocemos como mujeres transgresoras, brujas, inmigrantes y negras. Reiteramos con nuestras firmas que creemos que un mundo mejor es posible y que ese mundo comienza aquí y ahora con todas y cada una de nosotras.

Dado en la ciudad de Nueva York a los 28 días del mes de septiembre del año 2014

Este documento ha sido elaborado de manera colectiva por:

Hortensia González-Gómez
Miriam Mejía
Claudia de la Cruz
Nita Adames
Blanca Dole
María Fernanda Heyaca
Marimer Berberena

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