martes, 31 de agosto de 2010

LA IGLESIA CATÓLICA Y EL PREMIO "BRUGAL CREE EN SU GENTE"

Sería impensable para un sacerdote o religiosa aceptar un "reconocimiento de su labor apostólica" de un vendedor de drogas. No creo que se le ocurra a un obispo. Sería desbaratar con los pies lo que hacemos con las manos. Pero el colmo sería proponer mi nombre o el de mi congregación para ser "premiado" por una persona o grupo que se ha hecho millonario con la venta de droga.

En un primer momento pensé publicar esta propuesta, pero luego alguien me sugirió compartirlo con la familia, hacerlo llegar a aquellos de nuestra Iglesia que pueden tomar una decisión en este punto. Creo que es mejor de esa forma y por eso le hago llegar esta propuesta.

Como sacerdote, he tenido que trabajar principalmente en barrios pobres de los alrededores de Santo Domingo: Pasé ocho años en La Zurza, cerca del Mercado de la Duarte; otros seis en La 40 de Cristo Rey y siete en Villa Mella. Trabajo desde hace un año en Capotillo.

En los últimos 20 años he visto el auge de la venta y el consumo de las drogas que, ante la indiferencia de algunas de nuestras autoridades y con la complicidad de dos o tres jueces, está destruyendo lo mejor de nuestra juventud.

Otro fenómeno, aunque de más largo trayecto, es el aumento del alcoholismo.

Nuestras más viejas compañías licoreras tienen más de un siglo (lo anuncian con orgullo), pero el consumo masivo, la propaganda agresiva y bien dirigida, es algo reciente.

El consumo de alcohol y su consecuente daño a la familia y a la juventud es alarmante. Los hombres y las mujeres dominicanas, especialmente los adolescentes, beben cada vez más. Parece haber una estrecha relación entre este creciente consumo y el alto índice de embarazos entre las adolescentes.

Se ha establecido una relación directa entre los accidentes de tránsito y el consumo de alcohol. Cada día mueren 15 personas en nuestras calles y carreteras. La mayoría son jóvenes que utilizan motocicletas.

El Premio de Brugal y Compañía

Dejando a un lado la fuerte publicidad que tienen las casas licoreras en los eventos deportivos y culturales, algo ya prohibido en muchos países, y su cuota en la desaparición de muchas de nuestras fiestas patronales, quiero referirme a la participación de la Iglesia Católica en el premio millonario "Brugal cree en su gente", que se otorga desde hace trece años.

Si revisamos los nombres de quienes encabezan la lista de los "premiados", encontramos que la mayoría son religiosos, religiosas e instituciones católicas.

El equipo de publicidad de Brugal "ha dado un palo", como dice nuestra gente, al seleccionar a los Salesianos, Jesuitas, Capuchinos, a varias de nuestras congregaciones femeninas y a algunas de nuestras parroquias diocesanas, para presentarlos como "la gente que trabaja a favor de los pobres" y que merecen el reconocimiento del Ron Brugal.

¿Qué mensaje trasmite este premio anual?

Pienso que el siguiente: "Nosotros el Ron Brugal, no el Papa, ni el General de los Jesuitas, o el Rector Mayor de los Salesianos, o el General de los Capuchinos, tampoco el Superior de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, mucho menos el Sr. Cardenal o los señores Obispos; tampoco las comunidades católicas, saben NI PUEDEN saber quién trabaja por el Evangelio…QUIEN SABE ESO en República Dominicana es: Brugal y Compañía"

Al recibir el premio de un grupo económico, que se ha enriquecido del auge que ha tenido el consumo de alcohol, estamos apoyando no sólo la venta de este producto, sino que nos estamos solidarizando con su estilo publicitario y la forma agresiva como empujan a nuestra gente, especialmente a nuestros adolescentes y jóvenes a beber ron.

Lo mismo se aplica a la Cerveza Presidente, cuyo principal ejecutivo recibió recientemente un funeral de héroe nacional.

La Biblioteca de nuestra más antigua universidad Católica lleva el nombre de un conocido ron dominicano: "J. Armando Bermúdez"

¿Qué pensaríamos, le preguntaba hace poco a la comunidad de la parroquia Santo Cura de Ars en Capotillo, de una madre que fuera a solicitar ayuda para el entierro al propio asesino de su hijo?

La respuesta indignada que me dio la gente ya la imaginan: "A ninguna madre se ocurriría pedir ayuda de ningún tipo a la persona que le quitó la vida a su hijo"

Entre los actos más crueles de Trujillo se menciona el haber mandado flores al funeral de algunas de sus víctimas.

El premio de Brugal guarda algún parecido y nosotros debemos hacer conciencia de ello.

El Evangelio de Jesús debe ser anunciado con los medios que él nos dejó. Nos prohibió llevar bastón, mochila y dos túnicas. Sólo con recursos lícitos se debe hacer este anuncio.

Sería impensable para un sacerdote o religiosa aceptar un "reconocimiento de su labor apostólica" de un vendedor de drogas. No creo que se le ocurra a un obispo. Sería desbaratar con los pies lo que hacemos con las manos.

Pero el colmo sería proponer mi nombre o el de mi congregación para ser "premiado" por una persona o grupo que se ha hecho millonario con la venta de droga.

El premio de Brugal y Compañía es fruto de un concurso y los seleccionados deben previamente aceptar su participación. "El proponente deberá hacer constar en su propuesta su propio nombre, dirección y teléfono u otra forma de localización". Debe hacer una reseña de su labor apostólica en el país.

Luego de estudiar los expedientes el comité de Brugal determina quién o quiénes merecen el reconocimiento y recibir el premio, como un estímulo a las "obras de bien social que puedan considerarse como beneficiosas para el país."

Después de sopesar las propuestas, el jurado compuesto por 14 reconocidas personas (George Arzeno Brugal, Franklin Báez Brugal, Osvaldo Brugal Limardo, José Israel Cuello, Jottin Cury, Damaris Defilló, José del Castillo, Manuel García Arévalo, Freddy Ginebra, Hugo González, Zoraida Heredia Vda. Suncar, José Rafael Puig, Marianne Tolentino y Bernardo Vega), le informa al país cuál sacerdote o cuál religiosa está anunciando mejor el Evangelio, cuál de ellos está ayudando más a los mismos pobres, que Brugal está alcoholizando desde hace más de un siglo. Se reparte un millón o dos de pesos de los muchos que ha acumulado a lo largo estos años vendiendo ron.

Propongo que nuestra Iglesia Católica deje de participar en el premio "Brugal cree en su gente". Propongo que se deje de usar la Casa San Pablo, lugar donde se celebró la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, presidida por el Papa Juan Pablo II, para entregar el premio "Brugal cree en su gente".

P. Abraham Apolinario
Párroco de Santo Cura de Ars
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domingo, 29 de agosto de 2010

Los rumores de internet

En inglés le llaman Hoax y Urban Legends (Mitos urbanos). Uno de los hoaxes más sonados fue el que circuló recientemente acerca de que Marte se iba a ver en el firmamento como si fuera la luna el 27 de agosto. Uno que viene de lejos y todavía los incautos lo envían como cierto fue la supuesta carta de despedida de García Márquez, la que el Gabo desmintió e incluso catalogó de cursi, y después se ha sabido que la escribió el ventrílocuo Johnny Welch.

Por David Cuen
BBC Mundo

Relacionado: Falacias, Mitos, Leyendas Urbanas y otros fastidios en Internet

Desde que la red se volvió popular, por sus bits y sus pixeles han circulado infinidad de rumores.

Algunos son obvios y se encuentran en cadenas de correo electrónico. "Advierten", por ejemplo, que si no se envía un correo a 10 amigos, la cuenta de chat del lector será borrada.

Otros son menos obvios y más elaborados. Incluso, hay engaños que están tan bien hechos que han logrado llegar a los medios de comunicación.

¿Qué les parece si leemos algunos ejemplos y consejos para cerciorarnos de que la información que leemos es real?

Primer engaño: Steve Jobs retirará el iPhone 4 del mercado (publicado en un diario británico)

En Twitter existen muchas cuentas falsas para parodiar a empresas o personas. Una de ellas es @stevejobsceo, que busca satirizar al presidente ejecutivo de Apple. Con sólo leer sus tweets, es posible descubrir que el contenido es una broma.

Aún así un diario británico creyó que la cuenta era real y publicó una noticia citando el tweet como fidedigno.

La broma decía: "Quizá tengamos que retirar del mercado el nuevo iPhone. Esto es inesperado". El diario tituló: "El iPhone 4 de Apple podría ser retirado".

Segundo engaño: McDonalds repartió condones por accidente en la Cajita Feliz (publicado en un diario mexicano y varios blogs)

La historia era curiosa, pero completamente falsa. Según ella, por un error en un envío Mc Donalds había puesto condones en decenas de "cajitas felices", mientras que una escuela secundaria había recibido los juguetes. La nota tenía citas textuales y declaraciones de la empresa y la escuela.

El contenido era tan real que decidimos investigar más. Y ahí fue que cuando al ir a la fuente original -en el periódico la nota estaba firmada como "Redacción"- descubrimos que ésta era CAP News, un sitio que claramente especifica que todo el contenido que publica es sátira.

Tercer engaño: Una red social revelará los datos de sus usuarios (circulada masivamente en redes sociales)

Súbitamente en Twitter comenzaron a aparecer vínculos a un supuesto cable de una agencia noticiosa que decía que gracias a un correo electrónico se había descubierto que el sitio de preguntas y respuestas Formspring revelaría los datos de sus usuarios, hasta entonces anónimos.

Incluso se circuló un vínculo a una nota supuestamente firmada por la agencia que mostraba su logotipo. Todo era falso y una simple búsqueda en el propio material de la agencia bastaba para descubrir que no habían publicado dicha información.

En los tres casos aquí descritos parece obvio que el mayor problema es que antes de publicar o difundir la información no se revisó la fuente original de la historia.

La vida moderna con sus prisas y múltiples ocupaciones hace que en muchas ocasiones se dé por bueno un contenido sólo porque alguien nos lo comentó o porque lo leímos en algún lado.

Por eso cuando una información parece increíble -por más extraordinaria que sea- siempre es bueno revisar la fuente original o, como hacemos en BBC Mundo, cerciorarnos de que al menos dos fuentes distintas den por buena la noticia.

No basta con que dos sitios o medios publiquen exactamente el mismo contenido, si la noticia parte de la misma fuente.

Hacer noticias falsas es una labor sencilla. Incluso BBC Mundo desarrolló un juego interactivo para que las comunidades en línea puedan experimentar con información engañosa y reflexionar sobre el valor de las fuentes confiables de noticias.

Ante el ascenso de internet hay que recordar que a la red hay que tratarla igual que a cualquier otro medio: con sano escepticismo. A fin de cuentas la capacidad humana de cuestionar las cosas es lo qué nos hace una especie aparte.

Cómo decía mi abuela hay que estar con un ojo al gato y otro al garabato.
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martes, 24 de agosto de 2010

El valor de un senador

NOTA: Con perdón del autor de este artículo, debo señalar que un título más apropiado debió ser “El costo de un legislador”, porque como dice Serrat, no se puede confundir valor y precio.

Por José Antonio Torres (joseatorres1960@hotmail.com)

De El Nacional

En términos políticos y morales, es difícil establecer el valor de un legislador, sin importar el partido al que pertenezca, o si es senador o diputado, pero desde el punto de vista económico si es posible hacerlo.
Cada senador les cuesta a los contribuyentes más de 1 millón de pesos al mes, que, multiplicado por 32, y luego por 12 suman 384 millones de pesos al año. Esta suma equivale al salario mínimo de 48 mil trabajadores productivos.

Estas notas avalan lo que decimos: sueldo básico 125 mil pesos, gastos de representación, 50 mil; hospedaje (casi todos viven en la Capital) 25 mil; dietas 28 mil (ocho sesiones de 3,500 cada mes); el barrilito promedia $400 mil; algunos reciben más, otros menos. De entrada, el promedio es de RD$628 mil pesos cada mes.

Estos chelitos equivalen al salario base de 78 maestros del sector público, al que devengan 50 enfermeras graduadas, 20 médicos generales y 35 agrónomos.

Pero quizás usted no sabía que un senador trabaja un promedio de media hora diaria en el hemiciclo, ya que el tiempo de las sesiones no alcanza las 200 horas al año.

En este artículo hemos sido tímidos en la sumatoria de los emolumentos que reciben nuestros “sacrificados” senadores, porque no hemos incluido el pago del personal de sus oficinas particulares en las provincias, ni en la sede del Congreso.

También, hemos decidido pasar por alto los “cafecitos” que se toman con promotores de proyectos, las dos exoneraciones abiertas que reciben en el período y que en ocasiones su precio en el mercado alcanza el millón de pesos... Pero, con todo, después de estos datos hay que tener buen tupé para reclamar $50 mil pesitos más aumento de sueldo.... Sin importar el argumento.

Los senadores, y en su momento los diputados, reclaman sueldos privilegiados, alegando que tienen que realizar obras sociales en su comunidades, pero ocurre que, entre las funciones que establece la Constitución para los congresistas, no figura el papel de politiqueros ni de dadivosos que pretenden asumir los senadores.
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domingo, 22 de agosto de 2010

Crisis de Alianza Dominicana huele a conspiración

Por José Carvajal

La crisis de Alianza Dominicana podría haberse originado en la oficina municipal que otorga los fondos a esa organización sin fines de lucro, de la que reciben servicios más de 30,000 personas al año.

Mi informante Deep Throat asegura que la Ciudad adeuda más de dos millones de dólares a Alianza, por servicios que la ONG prestó a cientos de personas que acuden regularmente a programas que cubren una gama de necesidades que afectan a cientos de familias en el alto Manhattan.

De modo que no es descabellado pensar que la Ciudad es en gran parte culpable de la crisis al interior de Alianza. Sin la deuda y los retrasos originados desde las oficinas municipales, Moisés Pérez y la Junta de Directores no hubieran tenido la imperiosa necesidad de idear maneras de mantenerse a flote mientras el “pez gordo” soltaba la plata.

El problema creció a proporciones mayores cuando Alianza se vio imposibilitada de pagar el salario a su plantilla de más de 300 empleados. Por supuesto, el descontento no se hizo esperar y los reclamos afloraron a la luz del día y se filtraron a los medios de comunicación.

Yo particularmente no descarto una conspiración. Ninguna institución a la que se le adeuda más de dos millones de dólares puede sobrevivir a la crisis que eso genera, a menos que sus directivos sean lo suficientemente creativos para solucionar el problema, como ocurrió en este caso.

Ahora lo que sorprende es el silencio de los líderes políticos de Washington Heights en relación con esta posible conspiración aparentemente de índole financiero. Se han pronunciado muy poco, y de manera esquiva, como el que no quiere lidiar con una situación que no le corresponde.

Sin embargo, hay dirigentes que no pueden darse el lujo de esconderse ni obviar lo que está ocurriendo. No debe esconderse el asambleísta y ahora aspirante al Senado estatal Adriano Espaillat, ni el concejal Ydanis Rodríguez, ni el decano de los políticos comunitarios Guillermo Linares; porque los tres conocen perfectamente el derecho (Moisés y Alianza) y el revés de la moneda (la Ciudad). La comunidad debería emplazarlos para que se pronuncien enérgicamente, y con honestidad.

También debe pronunciarse la socióloga Ramona Hernández, cuyo Instituto de Estudios Dominicanos, amurallado en las regias edificaciones de City College of New York, recibió fondos gestionados por el ex concejal Miguel Martínez, degradado hoy a reo federal por delitos financieros.

Solamente los mediocres, los incapaces de ver más allá de sus narices, podrían apartarse del problema de Alianza Dominicana y verlo como un mal momento de Moisés Pérez y sus relaciones con la Ciudad.

En resumen: la Ciudad adeuda más de dos millones de dólares a Alianza Dominicana; hay 300 empleados que no cobran sus salarios como resultado de esa deuda; más de 30,000 personas ven en peligro los servicios sociales que reciben a través de la ONG, y ningún líder político dice nada. Y entonces, ¿adónde está el liderazgo que tanto pregonan?
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viernes, 20 de agosto de 2010

¿Desea Washington relaciones diplomáticas normalizadas con Venezuela?

Por Mark Weisbrot
Codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C.

Mientras el Presidente Hugo Chávez de Venezuela y el nuevo Presidente de Colombia, Manuel Santos, se reunieron en Santa Marta, Colombia el martes pasado y acordaron normalizar sus relaciones diplomáticas después de una fiera discusión diplomática, no existen indicaciones de que un detente parecido se manifieste entre Venezuela y los Estados Unidos. Parece que Washington ni siquiera desea mantener relaciones de embajadores. Esta situación podría representar un giro significativo hacia lo peor para la relación ya inestable entre Estados Unidos y su tercer proveedor más importante de petróleo.

En junio, la administración de Obama anunció el nombramiento de Larry Palmer, Presidente y Jefe Ejecutivo del Inter-American Foundation, para reemplazo del presente embajador en Caracas. Los venezolanos extendieron su aprobación inicial. Pero de ahí ocurrió el proceso de confirmación del Senado estadounidense. Aunque no hubo graves problemas con el testimonio de Palmer ante el Senado el día 27 de julio, subsecuentemente se le pidió a Palmer que respondiera a las dudas del senador Richard Lugar, el Republicano de rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

Aunque se presumió que las respuestas de Palmer ante estas preguntas fueran para los senadores y no para el público, una semana después aparecieron en el sitio web del senador Lugar. Desgraciadamente, Palmer escribió algunas cosas que un candidato para Embajador no diría públicamente sobre el país anfitrión. Se refirió a la "moral" en las fuerzas armadas venezolanas como "considerablemente baja" y a "lazos claros entre el gobierno Venezolano y los guerrilleros colombianos." Hubo varios otros comentarios sobre Venezuela que una mayoría de gobiernos considerarían bastante poco amigables y hasta ofensivos.

Alan K. Henrikson es Director de Estudios Diplomáticos del Fletcher School of Law and Diplomacy at Tufts University. "Aunque esperamos respuestas cándidas a las preguntas de un senador que deberían de haber sido confidenciales, la publicación de dichos comentarios - considerados hostiles y degradantes por parte del país anfitrión - es extremadamente inusual," dijo en una entrevista por teléfono. "Muchos países no aceptarían como embajador a alguien que hiciera comentarios así en el momento que está siendo considerado para el nombramiento."

No tomó mucho tiempo para que todo esto apareciera en grande en las noticias, especialmente en Venezuela. El Presidente Chávez anunció el 8 de agosto que Palmer no era aceptable, y apeló al Presidente Obama para que nombrara a otro embajador. Según fuentes legislativas aquí en Washington, las preguntas de Lugar a Palmer y la fuga de sus respuestas son percibidas como una "complot por parte de la derecha." Sin embargo, no hay ninguna indicación, hasta el momento, de que la administración de Obama reemplace a Palmer con otra persona.

Washington es una ciudad de intriga diplomática, y hay un aspecto interesante de "quien lo hizo" en el ambiente diplomático. ¿Fue esta fuga de información sencillamente el trabajo de la oficina de Lugar? o ¿fue hecha en colaboración entre los funcionarios del Departamento de Estado que querían torpedear al nombramiento?

Cualquier juego desde adentro que esté ocurriendo, el sabotaje de este nombramiento es aun otra indicación clara de que Washington no está listo, ni dispuesto, para tratar de normalizar sus relaciones con Venezuela. Los insultos públicos gratuitos de la secretaria de estado Hillary Clinton hacia Venezuela - condenados extensamente cuando Chávez se comporta de forma parecida hacia los Estados Unidos - son otra indicación de que los funcionarios de alto nivel en Washington no desean normalizar sus relaciones diplomáticas.

Lo que la administración de Obama no se da cuenta - o tal vez no le importa - es de que esta situación también alejará a la mayoría de los demás gobiernos en la región de América Latina. La estrategia de la administración es casi siempre orientada hacia los medios de comunicación, y quizás logren convencer a la mayoría de los medios de que cualquier discusión con Venezuela tenga que ser la culpa de Chávez. La junta editorial del Washington Post no perdió tiempo echándole la culpa histéricamente a Venezuela como fuente del problema. Sin embargo, todos los diplomáticos latinoamericanos verán - dado el carácter ofensivo de los comentarios escritos de Palmer - que Venezuela no puede aceptar este nombramiento. Igual como los esfuerzos de la administración de Obama para ayudar a que el gobierno del golpe de Estado en Honduras obtenga legitimidad internacional durante el presente año pasado; la continuación de las sanciones comerciales de la administración Bush contra Bolivia; la presencia militar aun más extensa en siete bases militares en Colombia y ahora en Costa Rica, esta discusión diplomática fomentará desconfianza y minará más lo poco que queda de la credibilidad de Washington en el hemisferio.
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sábado, 14 de agosto de 2010

LA RESACA Y EL POLVO DE CÉSAR SÁNCHEZ BERAS

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sábado, 7 de agosto de 2010

VIRIATO SENCIÓN: 18 AÑOS DESPUÉS DEL PREMIO NACIONAL DE NOVELA

Por José Carvajal

Viriato Sención, el escritor que a principios de los años noventa estremeció el ambiente político de República Dominicana con la publicación de su primera novela, está ahora en York, una apacible ciudad de Pensilvania de unos 60.000 habitantes. Allí vive estos días junto a su compañera de toda la vida: Milagros, convertida hoy en la guardiana de su salud.

Sención se dio a conocer ampliamente en 1992 cuando publicó “Los que falsificaron la firma de Dios”, novela que provocó de inmediato la ira del entonces presidente Joaquín Balaguer, protagonista alegórico de la obra; y de otros personajes que se vieron retratados en las páginas de una historia en la que resultó inevitable que la ficción se mezclara con la cruda realidad del Poder.

—Viriato, hace ya 18 años que estremeciste los cimientos de la vida literaria de República Dominicana con tu obra “Los que falsificaron la firma de Dios”, con la que ganaste el Premio Nacional de Novela. ¿Qué te ha dejado la experiencia de ser Premio Nacional? ¿Te ha servido de algo?

VS:- Ganar el Premio Nacional siempre halaga a un escritor. Y más si es ganado en buena lid, como fue mi caso. Como es sabido, el premio me fue negado por el gobierno de Joaquín Balaguer de forma arbitraria, pero tengo la satisfacción de que la presea me fue reconocida largamente por el pueblo dominicano, que me apoyó espiritualmente y compró masivamente el libro. El premio me dejó muchas satisfacciones y también algunas heridas. Le agradezco al jurado que emitió la decisión ganadora, por su valor al desafiar los dictados del poder; a la mayoría de mis colegas escritores, que me dieron su respaldo mediante dos documentos publicados en la prensa. En casos como el mío también se suscitan envidias y despechos en muchas personas, tanto del gremio de escritores como de la vida política y los medios. He arrastrado a través de todos estos años el odio de personas que no pudieron resistir el rotundo éxito de mi obra literaria. Pero en sentido general todo fue muy satisfactorio.

—Pero ¿cómo recuerdas lo qué ocurrió con los gobiernos que sucedieron al de Balaguer y tu premio?

VS:- Con el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, de Leonel Fernández, no había ninguna esperanza, pues se trataba de un gobierno que llegó al poder comprometido muy fuertemente con Balaguer. Luego vino el gobierno de Hipólito Mejía, del cual yo fui funcionario, pero la encargada de reconocerme el premio, Milagros Ortiz Bosch, Secretaria de Estado de Educación, se acobardó ante un Balaguer que aun tenía mucha influencia en la vida pública dominicana. Esta señora llegó al colmo de escribirle una carta a Balaguer pidiéndole permiso para reconocerme el premio, es decir, que él le diera su anuencia. No me consta, pero me imagino que hizo todo eso en combinación con el presidente Hipólito Mejía. Balaguer le respondió negándole el permiso. Ambas cartas reposan en los archivos de la señora Ortiz Bosch. El caso es que mi premio se convirtió en un Asunto de Estado. Finalmente, ya Balaguer muerto, andando en puntillas, con mucho sigilo, un doctor Fernández, que sustituyó interinamente a la señora Ortiz Bosch en la Secretaría de Educación, me reconoció el premio.

—Y luego te tradujeron al inglés… ¿qué memoria guardas de esa experiencia?

VS:- Con mucha satisfacción, por supuesto. Se trataba del primer bestseller dominicano traducido y editado por una empresa estadounidense. Aunque eso puede dar motivos para enorgullecerme y alimentar el ego, lo que me produce es mucha pena, al reconocer que estamos muy a la zaga en el mercado editorial internacional. No hay forma de que coloquemos una obra en las librerías fuera de nuestro país. Yo desconozco cuales son los secretos de esas arterias comerciales pero no es por falta de calidad de nuestras obras.

—Eres un escritor que inició su carrera siendo parte de la diáspora dominicana. ¿Cómo recuerdas la actividad literaria de los años ochenta en Washington Heights?

VS:- Yo tenía más de cuarenta años cuando di mis primeros pininos en literatura. Fue por allá por los años ochenta en el barrio de Washington Heights de Nueva York. Un joven de mucho entusiasmo y pasión por las letras, Juan Torres, dirigió un grupo que terminó llamándose Punto 7, fundó una revista con el mismo nombre y allí escribíamos todo lo que se nos ocurría. Así escribí mis primeros cuentos. Fue una época que yo denomino de “entusiasmos infantiles de la literatura”. No importa la edad que tuviéramos, éramos unos niños. Los corazones vibraban de entusiasmos infantiles y utopías. José Carvajal, aunque no estaba en el grupo de Punto 7, era el más entusiasta de los niños de Washington Heights. Era loco con los libros, la escritura y las actividades literarias. Para mí, fue la época más brillante de las artes de la diáspora dominicana de Nueva York. Lo hacíamos todo de gratis, la literatura por el gozo mismo de la literatura. Y fue, además, la etapa fundacional de todas las instituciones importantes de esa comunidad. Yo, personalmente, se lo debo todo a esa generación de la década de los ochenta de Washington Heights.

—Cuando regresaste a Dominicana después del éxito de tu novela, fuiste a ocupar un cargo público, el de presidente de Efemérides Patria… ¿se puede lograr algo por la Cultura siendo funcionario de un gobierno de turno?

VS:- A mí me tocó dirigir la Comisión Permanente de Efemérides Patria. Las efemérides patria son muchas; hay que recorrer todo el territorio nacional recordando la participación de nuestros héroes en las gloriosas gestas por crear y consolidar los cimientos de la república. Hay que predicarlas en las escuelas, las plazas públicas, permanentemente. Hay que publicar libros y folletos referentes a nuestros héroes y gestas. El trabajo es mucho y arduo. Yo creo que cuando dirigí la comisión cumplí con mi deber de funcionario público. Tengo la conciencia tranquila y los bolsillos limpios. Desde las posiciones públicas se puede hacer mucho por la cultura, no importa de la cantidad de recursos de que se disponga. Siempre hay la forma de buscarlos. Se requiere diligencia, voluntad, buena administración y gerencia. Pero sobre todo vocación de servicio. Todo intelectual al que le den responsabilidades públicas debe actuar con honestidad. Desgraciadamente muchos no han cumplido con ese deber.

—Hablando precisamente de responsabilidades, ¿por qué publicaste “El pacto de los rencores”?

VS:- “El pacto de los rencores” es una novela producto de reflexiones y vivencias de los últimos cincuenta años de historia dominicana. Nuestro país es muy dado a crear mitos falsos; ídolos de barro, que permanecen en sus altares porque está prohibido tocarlos, juzgarlos. Lo mismo en la política que en nuestras letras. Son el producto de reflejos condicionados. Una vez lo imponen, ya no son pasibles de ser juzgados en los tribunales de la razón. Repito una frase que te oí decir a ti: Digo públicamente lo que otros intelectuales dicen en secreto en sus tertulias de cafés. Esto, por supuesto, tiene sus consecuencias. Yo las asumo. Si con algo no juego a esta altura de mi vida es con mi sueño, con mi almohada; todas las noches busco irme a mi cama con la conciencia tranquila. Eso me da un amanecer sereno, con soles renovados cada día.

—Ahora permíteme una pregunta cliché: ¿cuáles son tus autores dominicanos preferidos?

VS:- De los novelistas dominicanos me quedo con dos: Pedro Vergés y José Enrique García. Los escojo sin ninguna duda. “Sólo cenizas hallarás”, novela de Vergés, y “Una vez un hombre”, novela de García; son dos textos que pueden llenar de orgullo a cualquier dominicano; son las novelas más acabadas escritas en el país.

—¿Y extranjeros?

VS:- De los autores extranjeros tengo varios favoritos, que leo con devoción estética. Los leo y los releo. Me voy referir a autores de la lengua. Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges y Juan Rulfo. Si me dieran a escoger tres libros con los que me quedaría solo en el mundo, no dudaría en decidirme por “El informe de Brodie”, de Borges; “El reino de este mundo”, de Carpentier; y “Pedro Páramo”, de Rulfo. Los leería y releería sin cansancio hasta el fin del mundo.

—Y cuando no eres "el lector", ¿qué busca Viriato Sención cuando escribe una novela?

VS:- A mí, como escritor dominicano, me duele ver pasar con indiferencia, tantos pecados públicos cometidos por nuestros gobernantes. El único instrumento a mi disposición es la palabra. Hago uso de ella para denunciarlos ante las presentes y futuras generaciones. No sé con qué resultados, pero ya dije que con eso al menos tranquilizo mi conciencia.

Además de “Los que falsificaron la firma de Dios” y “El pacto de los rencores”, Viriato Sención es autor de las novelas “Los ojos de la montaña” y “Adrianita, qué oscura la noche”.
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jueves, 5 de agosto de 2010

DIÓGENES Y GUILLERMO MORENO

Rindo este testimonio por escrito y públicamente porque lo siento así, y pienso que al lanzarse a la arena política con las más altas aspiraciones, el doctor Moreno adecenta el ambiente y lanza un rayo de esperanza para el rescate de los valores éticos en crisis.

Por Rafael Molina Morillo

Diógenes de Sínope, filósofo griego, discípulo de Sócrates y apodado “El Cínico”, es más recordado a través de los siglos por su famosa anécdota de que andaba con una lámpara encendida a plena luz del día porque buscaba un hombre honesto y no lo encontraba.

Otra de sus anécdotas es la que nos cuenta que el rey Alejandro le fue a ver en el tonel donde vivía y le preguntó de qué modo podía servirle, a lo que el filósofo le respondió: “¿Puedes apartarte un poco, para que no me quites la luz del sol? No necesito más”.

Fue el mismo a quien un rico cortesano le dijo: “Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas”, a lo que él contestó: “Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey”.

Hago mención de Diógenes porque ayer recibí una visita que me hizo recordar el episodio de la búsqueda del hombre honrado, quedando convencido yo de que, si existiera el túnel del tiempo y el filósofo del cuento apareciera por estas latitudes con lámpara o sin ella, hubiera encontrado lo que buscaba en la persona del doctor Guillermo Moreno.

Rindo este testimonio por escrito y públicamente porque lo siento así, y pienso que al lanzarse a la arena política con las más altas aspiraciones, el doctor Moreno adecenta el ambiente y lanza un rayo de esperanza para el rescate de los valores éticos en crisis.

Desde este modesto rincón formulo votos porque, con muchos Guillermo Moreno en este país, los Diógenes de la antigua Grecia no tengan nada que buscar por estas latitudes.
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