Eso refiriéndose a la lata de leche que se robó una triste infeliz para dar de comer a sus hijos hambrientos. No es que quitemos importancia al robo. Sí, robar es robar y merece castigo. Lo irónico es que en Dominicana vayas a la cárcel por robarte un pollo o una lata de leche, pero si te robas la granja o la planta procesadora de la leche, ni te molestan porque los miembros de la misma clase no se tiran entre sí y te tratan con la mayor cortesía pues te consideran un VIP, un jurel que como ellos jodistes a los pendejos.
¡Lo que debe uno escuchar y ver!
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