sábado, 5 de marzo de 2016

SHOW ME DON´T TELL ME (Muéstrame, no me hables)

Por Melvin Mañón

Esta era la frase favorita de la profesora Leslie O´Flaherty cuando yo estudiaba Guión Cinematográfico en Boston hace 16 años. Eso es exactamente, aunque con otra intención, lo que hizo el director de un video que se exhibe en las redes sobre el lanzamiento de un movimiento de intelectuales y artistas por y para la reelección de Danilo Medina.

El video, o al menos la version de este que vi en FaceBook, dura aproximadamente unos 10 minutos. Aparece un señor llamado Pedro Gris quien explica en su discurso los objetivos estrictamente electorales del acto y del movimiento. Mientras el señor Gris habla, la edición del video se centra en el rostro de aquellos asistentes cuya presencia los organizadores querían destacar. “Show me don´t tell me”. La idea de todo el video no es el argumento del señor Gris sino mostrar en cámara quienes estaban allí para comprometerlos si es que acaso no estaban ya bien comprometidos. Se quiere que nosotros, los que estamos fuera, digamos con una exclamación de asombro o de horror: ¡pero viste quien estaba ahí! Ese video quiere también mostrarnos un ejemplo a seguir, la inutilidad de nuestra conducta frente al éxito. Esa finalidad, la de identificar los asistentes en tomas de cámara, en primer plano, a no dudarlo, fue lograda. Pautan el modelo.

Quieren que conozcamos el camino del éxito. De eso se trata.

Muchos de los que no estamos con la reelección sino en contra empezaremos a condenar a fulano, sutano y a mengano porque estaban allí, porque se prestaron a, porque son cómplices de . . y así por el estilo. Yo, por mi parte, creo lo siguiente: Las exigencias derivadas de haber asumido un estilo de vida y los costos que esto conlleva han condenado a muchas personas en la República Dominicana a obrar contra sus creencias, contra sus principios cuando los han tenido y contra sus inclinaciones naturales. Todo esto viene con la época y con las nuevas normas y valores que relativizan la conducta en este “mundo líquido”. El todo es todo y el nada es nada. Yo lo puedo hacer porque los otros también lo hacen. No me importa que sea el PLD porque el PRD, los reformistas y Trujillo mucho antes también lo hicieron.

Entre los que apoyaron al fascismo alemán y el trujillismo nuestro había dos clases de profesionales e intelectuales: Los que no sabían o pretendían no saber nada de lo que estaba pasando y los que no les importaba lo que estaba pasando siempre y cuando no fuera contra ellos mismos.

Tengo unos parientes danilistas a quienes he dejado de visitar no porque sean danilistas, que es su derecho, sino porque, en lugar de admitir los beneficios y ventajas que han recibido me vienen con historias de una gestión meritoria cuando yo sé y hasta los burros de este país saben que, este gobierno ya tiene un lugar asegurado en el zafacón de la historia donde van a parar, no los que no han tenido éxito sino los que no han tenido mérito. Hay también, y debo decirlo, quienes, hastiados de hablar, aconsejar y pedir que les hagan caso se desilusionaron y borraron la línea divisoria. Pero ese es también testimonio de nuestro fracaso y del de nuestros líderes. La oposición pues, debería sacar algunas conclusiones de este hecho.

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