sábado, 17 de enero de 2015

POR SUS HECHOS LOS CONOCERÉIS

Por Raúl Pérez Peña (Bacho)
lasmanaclas@gmail.com


Lo sucedido moralmente en el PLD es una expresión del proceso que ha registrado la partidocracia dominicana, integrada por siglas cuya asociación dista mucho de ser de bienhechores.

“Por sus hechos los conoceréis”.

El patrón del PRSC se conocía como referente de corrupción, criticado primero por el perredeísmo, que siguió igual comportamiento de inmoralidades, con manchas imborrables.

En el partido morado se incubaron expectativas por la prédica sistemática de Juan Bosch, cuyo distanciamiento del PRD radicó precisamente en medulares asuntos éticos.

No es llover sobre mojado insistir en que, moralmente, acompañar a Juan Bosch en la ruta hacia al poder, suponía asumir el siguiente mensaje: “La gente que aspira a gobernar y ganar sueldos altos que se le paga con dinero del pueblo no puede llegar a puestos importantes.

Los que hacen eso son unos irresponsables, pero además, unos vividores que engordan con la sangre de las mujeres y los hombres y los niños de este país, y merecen el repudio más enérgico de todos los dominicanos”.

Juan Bosch nunca se percató que estaba criando cuervos, con uñas largas y pico punzante. Por eso cayó en la ingenuidad de decir: “Los dominicanos saben muy bien que si tomamos el poder no habrá un peledeísta que se haga rico con los fondos públicos, no habrá un peledeísta que abuse de su autoridad, en perjuicio de un dominicano”.

Lo menos que comentarán desde hace más de una década los multimillonarios morados es que Juan Bosch estaba loco “de cepo” y merecedor de un zipper en la boca cuando advirtió que no habría un morado que se hiciera rico “con los fondos públicos”. Existen otras palabras de Bosch que desenmascaran al PLD: “No habrá un peledeísta que le oculte al país un hecho incorrecto, sucio o inmoral”. Como Bosch murió, sus alumnos dirán que “el muerto con tierra tiene”.

Eso entraña luz verde para la corrupción y “rumba abierta para baile en el PLD del siglo 21”, sin distingo de tendencia, ni gobierno.

La verdad es que la angurria en la búsqueda de cuantiosas millonadas sigue sin freno en el PLD, con o sin la decoración de Juan Bosch.

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