lunes, 20 de octubre de 2014

MANUAL DEL “FO” AL CORRUPTO

Por ELÍAS BRACHE
Noticia Libre


Hemos sido testigos de cómo hace unos días, un grupo de sujetos, señalados por el rumor público como ladrones del erario público, fueron identificados como tales por valientes ciudadanos en la ciudad de Nueva York.

La relevancia de dicho acontecimiento tiene diferentes vertientes, incluyendo la de resquebrajar la “zona de confort” de estos sujetos, quienes, desde ya, saben que donde haya un solo dominicano las posibilidades de ser “encuerado en público” estarán latentes.

Estas acciones son claves para adecentar la sociedad, pues no deja de impresionar el descaro de estos desfalcadores, quienes continúan pavoneándose exhibiendo sus riquezas.

Y eso es, lo que quien se respeta, no debe tolerar.

Aprovecho entonces para recordar una lista de las acciones que, el que quiera (y se respete), puede tomar si por mala suerte le toca cruzar su camino con un corrupto debidamente identificado.

En un lugar de esparcimiento (restaurante, bar, club social):

Pida la cuenta tan pronto haga acto de presencia uno de los señalados, y hágalo de forma visiblemente molesto. Siéntase libre de determinar la intensidad de su acción, ya sea con mirar de forma despectiva al sujeto en cuestión o de exclamar, por ejemplo: “yo no me mezclo con ladrones” o “mi comida la pago con mis cuartos que me gano trabajando, no con los que me robo”. Si tiene acceso al dueño del restaurante, adviértale que mientras el corrupto tenga cabida en el negocio, usted no volverá a poner sus pies ahí.

En un evento deportivo o cultural:

Si un corrupto está presente, hágalo sentir incomodo, no lo salude, no le “pele el diente”; si va a lanzar una primera bola o cortar una cinta, no aplauda, y si por casualidad es en el play, ahora que se acerca temporada de béisbol, que ese Buuuuuu llegue a las nubes (si quiere vocee ladrón también).

Cena privada:

Márchese del lugar y dígale a la persona que le invitó que usted no puede estar en el mismo lugar de quien ha arruinado el futuro de sus hijos y nietos.

Si le va a saludar:

Mírelo a los ojos (no pronuncie ni una sola palabra) y déjele la mano extendida, en este caso la mirada envía el mensaje, pues es probable, que como muchos ladrones, sea pendejo y esté rodeado de seguridad, y la idea no es que usted sea desconsiderado, herido o golpeado.

Los tribunales de República Dominicana no condenarán jamás a ningún miembro de esta camarilla, pero usted que me lee, puede ayudar a que todo un pueblo identifique quienes son responsables de que la mitad de lo que el país produce sea solo para pagar deudas (48%PIB).
Siéntase libre de sugerir más ideas y circular este escrito.

Estas son apenas unas ideas que pueden alimentar un manual del “Fo” al corrupto.

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