martes, 18 de marzo de 2014

EL MOISÉS DEL SIGLO XXI

Por Miguel Guerrero

El expresidente Leonel Fernández parece cada día más atrapado en su necedad; la de creerse el único con capacidad para dirigir el país, ciego ante la realidad de haberlo conducido a un oscuro laberinto con una deuda impagable y un déficit fiscal histórico superior al ocho por ciento del PBI. En su artículo más reciente, el señor Fernández alcanzó la cúspide de su propia veneración, comparándose con Moisés, el personaje bíblico que condujo al pueblo hebreo a la tierra prometida, con lo cual el culto de su personalidad superó cuantas idioteces y fantasías se han tejido alrededor de los peores liderazgos mesiánicos que a lo largo de nuestra accidentada historia republicana hemos tenido.

Cuando se analizan sus más recientes intervenciones—su antológico artículo sobre el “liderazgo y los sobrecitos”, su anécdota de las bocinas vehiculares pidiéndole que se echara a un lado apenas momentos después de haber entregado la banda presidencial y su conferencia sobre el mismo tema en San Cristóbal, ampliada en el artículo mencionado--se llega a la conclusión de que el presidente del PLD, es un político obsesionado por el poder, sin límites de ninguna especie. Los reproches y recriminaciones saltan a la vista con un claro destinatario.

Tras haber sentado que el liderazgo se fundamenta básicamente en la capacidad de usar los recursos público, recurre a una parábola bíblica, para resaltar la “traición” de quienes creían que él tenía “ demasiado tiempo dirigiendo al pueblo hebreo y ahora les corresponde el turno a ellos” para advertir a seguidas que “todos los que no tuvieron confianza en su capacidad de liderazgo o conspiraron en su contra, quedaron convertidos en escombros, luego de que bajo la ira de Jehová, la tierra se abriese y se los tragara”. Más que un mensaje, un trueno que retumba en los ambientes de un oficialismo anegado en la lucha por la sucesión.

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