jueves, 19 de septiembre de 2013

INACEPTABLE

Por Ricky Noboa

Qué difícil es aceptar que el nacionalismo dominicano ha estado matizado por el entreguismo de un grupo de políticos empresarios que han navegado en una democracia, donde la cacareada gobernabilidad de sus actores políticos ha sido consensuada en el irrespeto del patrimonio nacional.

Ver el colapso de los ingenios azucareros de San Pedro de Macorís, el Ingenio Esperanza, San Luis, etc., es observar la triste realidad de un sector político al servicio de los intereses grupales y personales, que nunca soñaron cuando andaban en bicicletas, que hoy contarían con la aprobación de un sistema de justicia y cámara de cuentas que son hechura de los beneficios que se han agenciado en menoscabo del patrimonio nacional.

Contratos onerosos como el de Aerodom, la vergüenza de Placer Dome, son lastimosos a la conciencia de los ciudadanos que pagan sus impuestos eximiéndose de mejorar las condiciones de vida de sus familias; y todavía más doloroso el contrato firmado a partir de 2006 por el Estado dominicano y la Barrick Gold, en el que prácticamente regalamos el sustento de la mayoría de los dominicanos, a quienes deben llegar los beneficios de Loma Miranda.

El Congreso Nacional, llamado a ser uno de los poderes en preservar dentro del sistema democrático los intereses de la nación, fue el primero en conspirar en contra de las familias afectadas y propiciar la insalubridad que esto representaría en materia de medio ambiente. Empresas como la compañía dominicana de teléfonos (Codetel), nuestro ron Brugal y nuestra cerveza Presidente, ahora responden a capitales foráneos, lesionando así la estabilidad económica de una gran parte de la empleomanía nacional.

Hoy, la generación de recursos descansa en la voracidad fiscal, y esos recursos están en manos de los que por más de ocho años crearon el déficit fiscal que hoy obstaculiza el crecimiento económico del país. Solo quiero señalar el abuso que es seguir solventando el desfalco, y más aun, propiciar el irrespeto que significa avalar el latrocinio.

Es hora de “hacer lo que nunca se hizo” y tengo fe en que nuestro Presidente logrará evitar, como lo ha estado haciendo, todo contrato oneroso en perjuicio de la nación.

listindiario.com.do

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