viernes, 9 de agosto de 2013

ENTRE USTED Y YO

LOS ERUCTOS DIFERENCIAN A DANILO DE LEONEL
Por Rafael Calderón


NEW YORK. Si fueran aves rapaces, lo que de ellos se diría es que son de la misma nidada.

Si fueran roedores depredadores diríamos que son de la misma camada y que durante decenas de años se han cebado en la misma cueva, hartándose de exactamente lo mismo y desplazándose por los mismos vericuetos.

No podemos decir que Danilo Medina y Leonel Fernández son aves o roedores, pero con toda propiedad se puede afirmar que son políticos hechos el uno para el otro, que crecieron juntos y que en pareja desarrollaron una rapacidad y capacidad depredadora que les da pingües beneficios hasta el día de hoy en su eficiente e incansable rapiña del estado.

En esencia, Danilo y Leonel son la misma cosa. Si Usted le pregunta a un peledeísta de los viejos le dirá sin titubeos que Danilo hizo a Leonel, porque el hoy titular de la presidencia dominicana fue quien se encargó de llevar de la mano por todo el país a Fernández para presentarlo a los dirigentes provinciales del PLD, y ahora éste hizo presidente a Medina.

Lo cierto es que sin los sudores de Danilo en los años 90 del pasado siglo Leonel no le apagaba los “silibines” a Euclides Gutiérrez y que sin Leonel metiendo las manos, y todo el cuerpo, en las arcas del Estado Danilo no estuviera dándose su hartazgo como presidente.

Danilo chupa la sangre del pueblo dominicano con igual o mayor sed que la exhibida por Leonel; los aumentos del Itebis y los combustibles avalan lo dicho. En realidad la única diferencia, hasta ahora, es que en la presidencia Leonel eructaba sin ningún cuidado los gases de sus atracones a boca abierta y de manera sonora directo a la cara del pueblo -viajando y gastando con la opulencia de gran capo-, mientras Danilo todavía eructa inclinando un poco la cabeza y llevando el dorso de la mano a la boca para disimular el sonido y controlar la pestilencia, y va por ahí comprando simulación de humildad y humanidad con instantáneas de brinquitos y besitos de piquitos.

A Danilo le ha dado magnífico resultado la forma como lleva el desarrollo de la trama contra el pueblo. Sólo hay que ver que su presidencia transcurre con una tranquilidad que espanta, aunque aplica el mismo método que le generaba protestas y huelgas a Leonel. A nadie parece molestarle el aumento semanal de los combustibles, el despiadado Itebis, el crecimiento de la nómina pública o que pusiera a dirigir la educación del país y a administrar el 4% del PIB a un personaje con acusaciones públicas de corrupción tras su paso por la Dirección de Migración.

Pero hay que hacer la salvedad de que el mérito no corresponde exclusivamente a Danilo, pues su carnal inseparable encajó la estrategia de atraer y lidiar él con la malquerencia y el rechazo natural del pueblo al grupo más exitoso y despiadado en el saqueo del erario dominicano.

El tigueraje y las artimañas del PLD alguien se encargará de evidenciarlos en algún momento. Pero vaya sabiendo que a lo interno de esa corporación política todos entendieron como muy bueno y saludable para sus aviesos propósitos que en cualquier lugar del mundo donde viven dominicanos éstos salieran a las calles a cantar pacíficamente: “Leonel, ladrón, ladrón…” en lugar de oponerse con vigor al aumento y ampliación del Itebis para cubrir el déficit provocado por el robo.

Mire, aunque con propósito distinto, los peledeístas fueron preparados por Bosch para que políticamente vieran mucho más allá que sus colegas del PRD y el PRSC, para que vieran “al doblar de la esquina”, como dicen por ahí. Esa capacidad de visión la han usado con eficiencia implacable para saquear a la población. A mí no me extrañará si algún día alguno de los que saben del asunto deja escapar que no fue más que pantomima el “enfrentamiento” de Leonel y Danilo en 2007. Analice, y tampoco se extrañará, lo qué hizo Danilo después de ser “aplastado”:

Se levantó como si nada, anunció sin titubeo que no se iría del PLD y salió discretamente a asegurarse de que los viejos compañeros que le había presentado a Leonel no se fueran con el “amague” ni del partido y los motivó a no provocar contratiempo en la conquista de las elecciones.

A la luz de lo ocurrido, lo real del cuento del aplastamiento es que Danilo dejó la secretaría de la Presidencia y luego salió a trabajar cómodo, sin asedio de pedigüeños, por el triunfo de Leonel como mejor lo ha hecho siempre: por abajo. El colofón de la pantomima fue mostrar su voto rayado en la casilla del PLD y sentarse a esperar su turno en 2012.

Como lo que se da es lo que se siembra, la entretención en ensayo en estos días es el tema de la reelección. Habrá que esperar cual será el próximo garrotazo que le van a dar a la población si se entretiene chupando ese caramelo.

Danilo y Leonel son inseparables, seguirán en lo suyo y no tienen por qué cambiar. No van a arruinar su matrimonio. Ambos saben que quienes fungen como los patos machos legales del PRD y el PRSC no pasan de la categoría de amantes de la corporación PLD.

Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones y se apiade de la República Dominicana.

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