miércoles, 31 de julio de 2013

UN PUEBLO INDEFENSO

Por FÉLIX SANTANA GARCÍA

En los últimos años el pueblo dominicano ha perdido su valentía y espíritu de defensa al extremo de que sus autoridades le incrementan los costos, gastos y precios y no se inmuta o no reacciona para protegerse de medidas que le son adversas a su limitado o escaso presupuesto familiar. Actúa como si estuviera anestesiado o si fuese masoquista.

Es sorprendente ver que todas las semanas le aumentan los precios de los combustibles de forma sostenida arrastrando de encuentro todos los bienes, servicios y mercancías que de una forma u otra reciben el impacto de dichos aumentos y el pueblo dominicano sano y trabajador no levanta su voz de protesta.

Lógico en parte tiene que ver con los sectores de oposición que hoy se encuentran divididos en algunos casos y en otros silenciados por el dinero corruptor.

Mientras se informa que la inflación de enero-mayo 2013 es de 1,72% y la anualizada (mayo 2012 a mayo 2013) 4.99%, el pueblo comprueba en los mercados que esto no es así ya que los precios de la canasta familiar de los más humildes se estima en más de RD$25,000.00 agravándose tal situación porque en muchos hogares con más de cuatro miembros a penas trabaja una sola persona con ingresos netos de tan solo RD$7,000.00.

No es sorpresa para nadie ver como personas que ingresan a las plazas comerciales y supermercados salen con una sola fundita o quizás con las manos vacías a excepción de empleados encumbrados de la administración pública y privada que devenga lujosos emolumentos y beneficios colaterales.

En lo que va de año no se percibe una mejoría en la pronunciada inactividad económica que casi cae en recesión, no obstante las inyecciones de los RD$20,000 millones de la flexibilización del encaje legal y los RD$9,000 millones de supuestos ahorros presupuestales.

Nada ha valido para empujar el carro de la economia dominicana y todo por causa del déficit fiscal abismal de más de RD$205,000 millones sin que al señor Leonel Fernández autor intelectual y material de tal faltante, no se le haya invitado pasar por los tribunales dominicanos cuando por menos falta que esa o violación a las leyes de los Estados Unidos y la China Continental se procesa a un ciudadano común o un alto funcionario, al extremo de aplicársele hasta la pena de muerte.

Por lo anterior son muchas familias dominicanas que hoy son privadas de un mendrugo de pan y un mabí (agua azucarada, conocida popularmente como agua tenis) por no decir un vaso de leche para el sostenimiento de sus vidas.

Familias enteras, con pesar, solo ingieren algo de comer una vez al día, otras tienen que irse a las camas con un grano de sal debajo de la lengua y un vaso de agua, en algunos casos no potable, viviendo por debajo de la linea de la pobreza los que nunca alcanzaran ni siquiera el punto de equilibrio (equidad entre ingresos y gastos antes de impuestos e intereses si es que tienen algún préstamo).

Mientras todo esto sucede empleados y funcionarios encumbrados y personas relacionadas al partido de gobierno y Poder Ejecutivo disfrutan de altos ingresos y canonjías que les permite comer y beber como reyes y disfrutar de buenos resorts y viajes al extranjero.

Aumenta la pobreza a costa de corregir entre otras cosas las irregularidades de las finanzas públicas de los años recién transcurridos. Qué pena que el pueblo desposeído sea quien esté pagando los gastos de una fiesta a la cual no fue invitado y es la hora que no termina dicha fiesta.

Ni se sintió en las tiendas ni en las vías públicas el día de las madres ni el día de los padres y muchas otras celebraciones tradicionales, pues el poder de compra se encuentra en la mínima expresión, pues solo se gasta cuando aparece dinero en un trozo de plátano para poder mal vivir.

La Defensora del pueblo no se siente pues esta alega que no tiene despacho ni presupuesto, pero tampoco se siente Pro-consumidor como anteriormente se sentía pues se le prohíbe sancionar a los infractores de las leyes al vender sobre precios y productos vencidos.

Definitivamente el pueblo se encuentra indefenso, y este tal vez, por su mala alimentación no tiene fuerza para levantar su voz de protesta, por lo que si las fuerzas vivas, hoy muertas, no se activan tal como sucedió recientemente en Brasil por la corrupción y el alto costo de la vida, pronto el pueblo dominicano será una nación de muertos, fantasmas o zombis.

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