miércoles, 10 de julio de 2013

PRESIDENTE DANILO MEDINA CREE GRUPOS QUIEREN “VER SANGRE”

Por Isaías Medina

Por supuesto que Leonel Fernández es un hombre diferente a Danilo Medina. Todos somos diferentes. Lo que nunca he creído es que en cuanto a comportamiento político el Presidente Medina sea diferente a Leonel Fernández. Y es que no puede serlo por una razón lógica: ambos responden al Comité Político de una institución malsana y perversa. Y si ambos provienen de la misma cloaca podrida y hedionda, ¿podría Danilo oler a flores? No importa cuán valiosas nos quiera este hacer creer que son las visitas a agricultores, la saltadera de charcos, la sonrisa un tanto melancólica que nos muestra, su cara de buena gente y cuantos artilugios baratos utilice, el hombre en cuanto a su trabajo hasta ahora se ha comportado como un presidente más a quien al parecer poco le preocupa su legado y se conforma con pastar cómodamente en la zona de confort delineada por su predecesor.

Una demostración de que el hombre es más de lo mismo, ocurrió recientemente.

Ante la pregunta de periodistas sobre las presiones de algunos grupos para que exfuncionarios sean enjuiciados por presuntos actos de corrupción, o un funcionario como Vincho Castillo sea obligado a renunciar o sea destituido, el presidente Medina se limitó a mirarlos, a sonreír y lanzar el comentario: “la gente quiere ver sangre, ¿verdad?”.

¿Quién quiere ver sangre, Sr. Presidente? Y más importante, ¿por qué debe haber sangre? ¿Tan poderosos son esos carajos que le rodean que usted tiene miedo a lo que harían si usted trata de tocarlos? ¡Caramba! ¡Elegimos un presidente que esperamos haga honor a su investidura, comportándose como un estadista, no como un pusilánime!

No, no queremos sangre, Sr. Presidente; ¡queremos justicia!

Lo que queremos es que se acaben los abusos, la burla, la delincuencia de rateros descalzos y de cuellos blancos; que los que se han hecho ricos de la noche a la mañana respondan cómo consiguieron las riquezas; que se acabe el padrinazgo al saqueo institucionalizado que su partido realiza desde que asumió el poder, primero en 1996 y desde 2004.

Queremos que respondan los que se robaron los US$130 millones de la Sun Land; que se haga justicia a los que han pervertido nuestra sociedad de tal forma que el ciudadano común no tiene sosiego ni en su propia casa; que respondan los que han sembrado la pobreza como nunca, los que han deteriorado nuestra educación llevándola a simas vergonzosas, y, sobre todo, que se lleve a la justicia a los que causaron un déficit fiscal de más de 200 mil millones de pesos en siete meses y medio en 2012 para llevarlo a usted a la Presidencia de la República.

No, no queremos sangre, pero de una cosa sí puede usted estar seguro, Sr. Danilo Medina; si aparece otro Caamaño o Fernández Domínguez que esté dispuesto a casarse con la gloria, habemos muchos dispuestos a sumarnos a esa causa y hasta dar nuestra sangre si fuere necesario para que la calaña a la que usted protege y pertenece sea llevada a la justicia. ¡Lo puede escribir!

¿Es usted diferente? Demuéstrelo con hechos tangibles, no con "gimmicks" y mierdas baratas, aplaudidas por sus bocinas pagadas en los medios para impresionar y condicionar a los discapacitados mentales como la masa de autómatas que ustedes han entrenado en sus filas para hacer coros y repetir como papagayos sus "doctrinas" baratas que enriquecen a la cúpula mientras ellos siguen comiendo bolitas de boñiga. ¡Déjense de vainas!

Todo el que conozco que como yo no pertenece a ningún partido, quiere que usted tenga éxito, si ello significa gobernar para el bienestar de la mayoría y crear un Estado justo, libre de intereses espurios. Yo le aseguro que si usted hace lo que su juramento le obliga a hacer en defensa de la Patria y comienza a actuar con manos firmes, tendría mi respaldo y el de una legión de buenos dominicanos; de lo contrario, si sigue usted con blandenguerías con todo lo mal hecho que se hace a su alrededor y pretende usted tratar de convencernos de que no pasa nada y todo está bien, como si fuéramos una camada de pendejos, con todo nuestro respeto, cargados de decepción la mas grande frustración le tendremos que decir: ¡váyase pa'l carajo, Sr. Presidente!

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