sábado, 13 de julio de 2013

BUSCANDO NIVEL

AGRESIÓN DE EUROPA A LATINOAMÉRICA
Por Fernando Rodríguez Céspedes


Más que al presidente Evo Morales y a Bolivia, la prohibición de Francia, Italia, España y Portugal impidiéndole sobrevolar sus espacios aéreos, constituye una agresión a los países latinoamericanos.

Sobre todo cuando una decisión tan drástica y peligrosa para la vida de los tripulantes del avión presidencial, fue tomada en base a especulaciones que, como se comprobó, carecían de fundamentos.

Aún en el caso de que el ex analista de inteligencia de la CIA Edward Snowden viajara con el presidente Morales, no se justificaba una medida que pudo haber terminado con la trágica muerte de todos los que viajaban en la nave.

Viendo este tipo de situación, uno entiende los palos a ciegas que en materia de seguridad vive dando los EE.UU. de Norteamérica, porque, ¿cómo es posible que se confundiera y desatara una cacería de brujas en base a la suposición de un hecho fácilmente comprobable?

De las naciones agresoras, España se adelantó, vía su canciller José Manuel García Margallo, a desmentir que cerrara su espacio aéreo aunque admitió que pidió a Evo Morales que lo invitara a tomarse un cafecito en el interior del avión lo que dignamente rechazó el mandatario por entender que se buscaba con esto chequear el interior del mismo.

Alegan, en su defensa, que fue en las españolas Islas Canarias donde se abasteció de combustible la nave ocupada por el presidente Morales, luego de llegar en escala desde Viena, donde permaneció retenida por 13 horas ante la correcta negativa del primer ejecutivo a la revisión de la nave.

Con justificada indignación, la OEA (que pidió una disculpa pública a los agresores), y varios presidentes latinoamericanos se han pronunciado contra la arbitraria medida de las naciones europeas. Entre estos se encuentran Nicolás Maduro de Venezuela, quien ofreció asilo al ex espía Snowden, Daniel Ortega de Nicaragua, quien hizo lo mismo, y la argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Esta última expresó que Bolivia y su presidente fueron humillados y creo, por el contrario, que los que se humillaron con su accionar fueron los países que por servilismo ante los EE.UU., se atrevieron a agredir a un presidente libremente escogido en una nación soberana.

Lo cierto es que al margen de cualquier consideración y las consecuencias de este vergonzoso hecho, se ha cometido un atentado contra un jefe de Estado que si no se rechaza con el vigor necesario, pudiera repetirse en el futuro contra cualquier otro presidente de esta región tradicionalmente saqueada y discriminada por los arrogantes países de Europa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

galley472@yahoo.com