jueves, 30 de mayo de 2013

¿PARA QUÉ MÁS JUECES?

Por Juan TH

Hay que ver la manera cínica y desfachatada como los depredadores de los bienes del Estado se burlan de la pobreza y la ignorancia del pueblo dominicano, al que le enrostran sus fortunas viviendo como jeque árabes, príncipes, reyes y faraones.

Usted los ve en los más exclusivos restaurantes con amigos, esposas o amantes. Tienen helicópteros, aviones jet, apartamentos en las torres más costosas, mansiones de veraneo y cuentas millonarias en pesos, dólares y euros. Nada les falta. Todo les sobra.

Al que todo le falta, y nada le sobra, es al pueblo que apenas recibe las migajas del poder usurpado cada cuatro años, cuando esos bandidos salen a comprarle su dignidad y su decoro para que voten por ellos en las elecciones que ellos mismos organizan, legitimando así el robo y el saqueo.

Tanto acumulan cada cuatro o cada ocho años, que pueden comprar, como en efecto, el Congreso, la Justicia y los demás poderes del Estado, incluso los mediáticos. De esa manera aseguran su impunidad.

La Constitución de la República, ni el código penal, se hicieron para los corruptos de la política. Las leyes son para aplicárselas a los miserables que roban chucherías, y que luego la policía mata en “intercambio de disparos”.

El presidente actual de la Suprema Corte de Justicia, antiguo socio y abogado del ex presidente Leonel Fernández, dice que en el país hace falta jueces por la cantidad de trabajo pendiente. Y que hace falta dinero para hacer más eficiente la justicia. Lo que hace falta, creo, es un sistema judicial honesto dirigido por gente idónea, no por políticos con toga y birrete protegiendo vulgares ladrones.

Hace falta un Ministerio Público independiente encabezado por un abogado sin compromisos partidarios ni vínculos con los depredadores y desfalcadores de los bienes públicos. Hace falta jueces capaces de condenar a los políticos desfalcadores no importa cómo se llamen ni qué posición tengan o hayan tenido.

Hace falta fiscales y jueces probos, comprometidos con las leyes y la justicia, que no sean miembros del Comité Central o el Comité Político del partido oficial, que no sean amigos, socios o relacionados de funcionarios corruptos, como sucede actualmente.

El Partido de la Liberación Dominicana ha instaurado una dictadura constitucional y mediática adueñándose de todos, absolutamente todos, los poderes del Estado. Ha corrompido abogados, periodistas, médicos, contadores, ingenieros, arquitectos, agricultores, alcaldes, regidores, diputados, senadores, sindicalistas, empresarios, buhoneros, chiriperos, artistas clásicos y populares, dirigentes de la “oposición”. Nadie se ha quedado sin bailar en la fiesta de la perversión y el despilfarro. Unos más, otros menos, de tal modo que pocos pueden lanzar la primera piedra.

Como todos estamos en la misma fiesta, unos en el centro, otros en los laterales, los poderosos, los que se roban 130 millones de dólares sin que nadie los acuse, los que montan Fundaciones millonarias con el dinero del presupuesto nacional, los que compran elecciones para reelegir el robo y el desfalco, se burlan del resto impunemente.

A esos delincuentes no hay un fiscal que lo investigue, ni un juez que lo condene. Ellos están protegidos por guardias y policías, fiscales y jueces, periodistas y medios de comunicación. Ellos están blindados. El sistema de justicia los protege de todo mal. ¡Hasta del mal de ojo!

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